El Deseo Del Saber

Capítulo 22 : Antes de la tormenta

En el norte, el ejército real se encontraba prácticamente listo para realizar un ataque a gran escala, sin embargo, no quieren precipitarse y empezar algo que pudieran lamentar en un futuro.

En la sala de reuniones el rey sus hombres hablaban de sus posibles opciones tanto en el ataque como en la defensa.

—Señor, sé que atacar en este momento sería muy precipitado, pero si nos quedamos esperando puede que ellos mueven sus fichas primero y si eso sucede puede que esta vez no vivamos para contarlo.

El sabio rey hizo una seña con su mano para indicar su participación.

—Sé que están preocupados y no los culpo, en estos últimos días han sucedido demasiadas cosas, Innenstadt fue borrado del mapa y nosotros solo pensamos en una lucha inminente. El mundo jamás volverá a ser igual luego de esto, sin embargo, hoy estoy aquí ante ustedes y como su gobernante les juro que haré todo lo posible para que nuestra gente jamás vuelva a sufrir. Eso es todo por hoy, pueden retirarse.

Tras la salida de los consejeros de la sala, el viejo hombre respira profundamente y se levanta de su asiento, camina hacia su derecha en donde hay una gran ventana. Observando cómo sus hombres entrenan para lo que se avecina, el jefe supremo de Nordstadt piensa en sus familiares.

—Debo de hacer esto, por ti hijo mío y por mi nieta.

~

El mismo día por la noche, en la entrada del pueblo había un gran revuelo y entre las sombras un hombre aún sin identificarse parecía acercarse.

—¿Quién anda ahí? —preguntó uno de los hombres—.

—No soy su enemigo, solo vengo a ayudar.

El hombre misterioso se siguió acercando a la entrada y cuando la luz por fin iluminó su rostro, este se identificó.

—Mi nombre es Lucius Vanheim, necesito hablar con su rey.

El sujeto que custodiaba la locación avanzo hacia él y le dijo.

—No podemos permitir eso, nos encontramos en estado de emergencia. ¿A caso no sabe que una guerra está próxima a suceder?

Luego de negarle la entrada a la ciudad los hombres que custodiaban la entrada empezaron a hablar entre ellos.

—Por eso mismo necesito hablar con su rey, es un asunto muy importante y si no consigo llevarle mi mensaje, todas las personas inocentes del continente morirán en vano.

A sus espaldas otro de los guardias le menciona algo al sujeto que le impedía el paso al "mensajero".

—Muy bien lo dejaremos pasar, pero ira escoltado por un escuadrón.

Tras convencer a los guardias de la entrada, Lucius y sus escoltas caminaron por la vía principal que llevaba a los aposentos del su majestad. En el camino hacia ese lugar, el veterano espadachín se percató de algo que llamo su atención, voltio hacia su derecha y se mostró un poco sorprendido.

—"La flor fantasma, parece que la leyenda era cierta".

—¿Qué sucede? —le preguntaron sus escoltas—.

—No es nada, solo... — Lucius se levantó y siguió su camino—.

Llegados a la entrada del edificio, los guardias del mismo lo despojaron de cualquier posible objeto que pudiera ser usado como un arma.

—Adelante, lo espera en la sala de reuniones.

Tras haber pasado la inspección, se adentró al edificio hasta donde se encontraba el rey, llego a una puerta doble de madera y la abrió. Tras ella como era de esperarse lo estaban esperando.

—Me han dicho que tienes algo muy importante que decirme, bueno si es así toma asiento y empieza a hablar.

—Mis disculpas por molestarlo su majestad, pero como usted menciono hay algo que debo contarle.

Lucius hizo una reverencia y se sentó a la derecha del comandante supremo de Nordstadt.

~

En la parte sur del continente el rey Erwin se preparaba para dar la orden de ataque.

—Mis valientes caballeros hoy será el inicio de una nueva era, una era en la que jamás volveremos a ser menospreciados por nadie más y en la que recuperaremos todo lo que alguna vez fue nuestro, en unas horas daremos por fin el primer paso hacia el nuevo mundo.

Los soldados que oían a su rey gritaron de entusiasmo mientras levantaban sus espadas.

Al lado de Erwin se encontraba Asterope oyendo todo.

—No tengo la más mínima intención de decirle que es lo que debe hacer, pero sinceramente espero que tenga un plan en caso de que las cosas no salgan como usted quiere.

El hombre al lado suyo voltea hacia ella con una gran sonrisa y después le toca uno de sus hombros.

—No seas pesimista, con la repentina destrucción de uno de nuestros mayores problemas no veo como esto pueda salir mal, sin embargo, aún tengo mi as bajo la manga.

El rey tan solo se ríe tras decir aquellas palabras y Asterope muestra su rostro en completa frustración.

—"Maldito. Yo no estaría tan segura, será mejor que te prepares para lo peor".

Cuando la mujer volteo hacia atrás, aquel hombre ya había salido de la habitación en la que daba discursos a sus hombres.

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En otra de las habitaciones Electra y Merope discutían sobre el plan de su hermana.

—Me parece un poco arriesgado el haberlos liberados, no obstante cuando cruce palabras con su líder parecía decido en participar.

La chica observa a su hermana y se percata de que está luce un poco preocupada.

—No tienes de que preocuparte Merope, revise a ese hombre antes de su partida y no había señales de que estuviera siendo manipulado por Asterope. Aunque aún hay algo que me incómoda un poco y eso es lo que le habrá dicho para que cooperará así de fácil.

La otra mujer frente a ella se pone de pie y fija su mirada en la de su hermana.

—Tienes razón, puede que haya algo más detrás de todo esto, sin embargo, es la única manera en la que podremos lograr nuestro objetivo. Ahora solo queda esperar a que se empiecen a mover las fichas.

Electra que aún se encontraba sentada, se pone de pie y se acerca a una de las ventanas que daban pie a una hermosa vista del horizonte, está sujeta un objeto metálico de una forma circular y le da un vistazo.

—"Espero que averigües lo que pasa detrás de las sombras".

—Debemos estar preparadas, reunámonos con Asterope.

Electra vuelve a mirar el artefacto y lo guarda en uno de sus bolsillos.

—Voy en un momento.

Merope asiente y se retira de la habitación.