Cuando Hermione se enteró que Harry sí había enviado su carta a Hogwarts casi se ponía a llorar de la emoción, o al menos eso fue lo que ella le escribió días después, Harry no podía evitar sentirse avergonzado por la manera en la que se había abierto en la carta, sabía que nadie la leería y que nadie sabría que el escritor había sido el chico que vivió, pero aún así la idea de alguien sosteniendo una varita sobre la carta para poner un hechizo y revelar los sentimientos de su corazón lo ponía nervioso.
Ron le había escrito contándole que la profesora Minerva se había alegrado mucho de que Harry participara en el programa y no había puesto objeción alguna cuando él y Hermione le habían dicho que Harry no pensaba volver a Hogwarts.
Ron le dijo que en unos cuantos días llegaría una lechuza con el pergamino por el cual se escribiría con su amigo por correspondencia, Harry se sentía sumamente nervioso al respecto, ¿y si le tocaba un alumno de Hogwarts que él conocía? ¿y si descubrían que se trataba de él y que se sentía más miserable que nunca? Harry tenía que ser cuidadoso, formuló un plan, no hablaría nada de Hogwarts, de su antigua casa, de las cosas que había hecho meses y años atrás, usaría el pergamino simplemente para desahogarse.
La idea de quién sería la otra persona escribiéndole le ponía aún más nervioso, genuinamente esperaba que fuera alguien agradable.
Harry se encontraba en su habitación caminando de un lado al otro, sentía que estaba sudando frio y que en cualquier momento explotaría.
—Amo, una lechuza dejó esto hace unos minutos—Kreacher examinaba de manera curiosa el pergamino, pues nunca había visto que alguien mandara uno sin sobre y mucho menos sin algo escrito, Harry sintió un vuelco en su estómago.
—Gracias Kreacher, ya puedes irte.
En cuanto Kreacher se esfumó Harry se sentó en el escritorio y extendió el pergamino, no parecía muy diferente a un pergamino normal, salvo que la hoja se sentía más gruesa y parecía estar decorada a los alrededores con un finísimo hijo dorado, Harry pasó la yema de los dedos a través de él, se cortó el dedo índice y se lo metió a la boca.
No tenía idea cómo iniciar la conversación, no podía presentarse, no podía hablar de cosas alegres porque claramente la persona del otro lado del pergamino se sentía igual de miserable o peor que él.
Contempló el pergamino durante varios minutos, esperando que letras aparecieran, pero cualquier persona que tuviera el par de aquél papel parecía igual de dudoso por iniciar la conversación.
Harry remojó la pluma en tinta y trazó una línea pequeña, sólo para probar si sí había alguien viendo lo que él escribía.
En seguida la línea desapareció y otra línea color verde apareció.
Harry miró confundido el pergamino, nunca había visto que alguien escribiera una carta con tinta verde, al menos no actualmente.
Harry trazó otra línea y se dio cuenta que la tinta suya era un color gris claro rosando a lo azul, Harry tomó el bote de tinta y lo miró con detenimiento, era tinta negra, común y corriente, pero por alguna razón al momento en que escribía en el papel se tornaba color gris azulado.
Harry le restó importancia y vio otra línea verde aparecer en el papel, un poco más debajo de la que él había dibujado, a pesar de que esta ya había desaparecido.
Repitieron el proceso más veces de lo que a Harry le gustaría admitir, líneas, círculos, puntos, por un momento Harry pensó que no había nadie respondiéndole realmente y sólo volvía a aparecer lo que él trazaba, así que dibujo dos líneas cortas paralelas y antes de que estas desaparecieran, la otra persona dibujo una pequeña curva debajo de ellas, formando una carita feliz.
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The calm before (after) the storm | Drarry |
FanfictionA varios meses de la muerte de Lord Voldemort y la batalla, Harry debería sentirse con más ganas de vivir que nunca, pero la verdad, es que Harry lleva tiempo sintiéndose miserable. Desesperados por ayudar a su amigo de la indudable depresión que l...