29. La carta de L.

198 21 1
                                    

Harry caminaba solo hacia la biblioteca por los larguísimos pasillos del castillo, se sentía algo extraño, eran pocas las veces en las que Harry se encontraba solo.

Durante clases, pasaba la mayoría del tiempo con sus mejores amigos, en las comidas dentro del gran comedor Luna y Neville siempre se sentaban a sus lados, en los entrenamientos de quidditch su amiga Ginny e Inari lo apoyaban constantemente y durante las noches Draco lo acompañaba.

Sin embargo, ese día todos estaban ocupados, tal como Hermione lo había dicho al menos cientos de veces durante la semana, los exámenes estaban a la vuelta de la esquina, debido a que estaban cursando su último ciclo de Hogwarts y de manera extra temporal, todos los profesores parecían exigirles más que en años pasados, Hermione y Ron se encontraban estudiando en la sala común de Gryffindor después de que Ron le haya dicho a su novia que si pasaba encerrado en aquellas horribles cuatro paredes del infierno (en otras palabras, la biblioteca) se volvería loco de remate, Neville se la pasaba en las clases de herbología, pues dentro de poco comenzaría prácticas para volverse profesor, Ginny e Inari entrenaban incluso solos (la chica había dejado de forzar a Ron y Harry a ir a los entrenamientos diarios después de la pelea que habían tenido) además, comprendía que los chicos debían de aplicarse debido a la carga de materias que tenían que acreditar, en cuanto Luna, pasaba la mayor parte del tiempo perdida (o tal vez buscando cosas perdidas, pues los compañeros de su casa seguían enojados con ella por haber demostrado más apoyo de lo normal en el último partido de de Gryffindor) en tanto a Draco, cuando no estaba entrenando se la pasaba estudiando en su habitación, a las orillas del lago o a la sala de los menesteres.

La biblioteca estaba abarrotada de alumnos de todos los cursos, de pura suerte, Harry logró encontrar una mesa que estuviera vacía, se sentó y comenzó a avanzarle a sus tareas y leer algunos capítulos de su libro de pociones.

Estuvo horas escribiendo los reportes que el Profesor Slughorn había encargado y subrayando cosas que parecían importantes.

Harry no recordaba haber estudiado tanto en otro de sus años anteriores en Hogwarts, probablemente porque había estado más de la mitad del tiempo intentando seguir con vida.

Cuando se cansó, decidió sacar su pergamino el cual se encontraba en blanco, se debatió varias veces si era correcto o no escribirle a su amigo, parecía que era hasta grosero responderle a alguien después de haber pasado semanas sin hablarse.

Decidió que de todas maneras lo haría.

''Hola L'' escribió.

Si meses atrás le hubieran dicho que su comunicación con L disminuiría probablemente hubiera entrado en crisis.

Pero si meses atrás le hubieran dicho que Draco Malfoy y él comenzarían a salir, se hubiera vuelto loco probablemente.

''J, hola'' sorprendentemente el chico contestó de manera rápida, Harry ocultó su pergamino dentro del libro de pociones, miró alrededor de la biblioteca, nadie lo observaba, no sabía por qué, pero la idea de que la gente supiera que Harry usaba pergaminos intencionados lo ponía algo nervioso, tal vez porque no le gustaba verse vulnerable, al menos no frente a los desconocidos.

''Lamento que no hayamos podido hablar, he estado ocupadísimo''  contó Harry, no estaba mintiendo, muy apenas había tenido tiempo para dormir y estar con Draco.

''No te preocupes, yo también había estado ocupado'' escribió L.

''J'' volvió a escribir el chico antes de que Harry pudiera volver a apoyar la pluma sobre el pergamino.

''¿Sí?''  trazó.

''Sé que te había dicho que necesitaba hablar contigo en persona, pero creo que es mejor si te escribo por acá, ¿está bien?''

The calm before (after) the storm | Drarry |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora