22. El lago negro.

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Habían pasados pocos días desde que había vuelto a Hogwarts, definitivamente pasar tiempo lejos del castillo con sus mejores amigos y familia le habían ayudado bastante, el resto de los días durante las vacaciones practicó con su nueva saeta de fuego, estaba dispuesto a volver al equipo, se lo había vuelto a prometer a Ginny en el camino de regreso.

Harry se sentía algo inquieto, pues desde que había vuelto no había visto a Nott ni a Draco por ningún lado.

—Harry, deja de mover tu maldita pierna—le susurró Ron en el oído, se encontraban en el gran comedor desayunando, bueno, Harry fingía desayunar mientras escaneaba todo el lugar con la mirada.

¿Dónde se habían metido aquellos dos?

¿Por qué no había visto a ninguno desde que había llegado a Hogwarts?

—No se ha visto en ningún lado, ¿cierto? —preguntó Hermione viéndolo fijamente, Harry se limitó a negar con la cabeza.

—Probablemente Nott y él se casaron y se fueron a vivir a Francia, cuando visitemos a Fleur podemos ir con ellos—Ron se ganó un codazo en las costillas después de haber dicho eso, Harry no estaba para bromas.

—Estoy segura que está bien, donde sea que esté—habló Hermione con tono tranquilizador.

—Ya sé que está bien—admitió Harry, la mayor parte del tiempo su instinto nunca se equivocaba, y en ese momento su instinto le decía que Draco estaba a salvo, pero le mortificaba no verle por ningún lado—. Pero necesito saber dónde está.

Ron hizo una mueca de disgusto y Hermione le ofreció una suave mirada comprensiva.

Ron y Hermione siguieron comiendo animosamente, Harry miraba fijamente la mesa de Slytherin, donde varias veces Pansy Parkinson y Blaise Zabini lo miraban confundidos al sentir su constante mirada.

—Hermione, de nuevo Harry se está comportando como un psicópata—habló Ron con tono infantil sacándolo de sus pensamientos, Hermione volteó a verlo para después dirigir la mirada hacia el punto donde estaba viendo fijamente, Pansy y Blaise se removían incómodos en sus asientos y observaban a los Gryffindor por el rabillo de los ojos.

—Deja de verlos de esa manera, los estás asustando—lo regañó Hermione obligándolo a que despegara la vista de la mesa.

—Dudo que se asusten por una simple miradita—dijo Harry regresando a picar la comida con el tenedor, sin comerla en realidad.

—Los estás observando como un maldito halcón—musitó Ron abriendo sus ojos ampliamente para después tomar algo de jugo, Harry rodó los ojos.

—No exageres—habló volviendo a picar el filete.

—¡Basta! Utiliza el maldito tenedor para comer y deja de jugar con ese platillo que los elfos tanto tardaron en preparar—gritó Hermione ganándose la mirada de Neville, Ginny y Luna, ella les ofreció una disculpa silenciosa y los chicos continuaron comiendo pacíficamente.

—Draco usa tenedores—dijo en un suspiro apoyando su barbilla contra su mano, Hermione soltó su comida de golpe y dirigió su tenedor al plato de Harry.

—Basta—dijo Hermione tomando el trozo de carne para después metérselo a Harry por la boca.

—Dios, eres tan insoportable cuando te gusta alguien—musitó Ron asqueado negando con la cabeza.

—No me gusta—negó Harry.

—Oh mira, Draco y Theo pasándose el chicle.

Harry giró tan rápido que sintió un latigazo en su cuello, Ron rió al ver que había caído en la broma y Harry se sintió estúpido.

The calm before (after) the storm | Drarry |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora