27. La despedida en la sala de trofeos.

176 22 2
                                    

Draco comenzó a caminar hacia atrás, su varita se le cayó debido a lo mucho que le temblaba la mano, Lucius Malfoy se acercaba a ellos y Draco se encontraba encogiéndose a si mismo, como haciéndose pequeñito.

Era imposible que Lucius Malfoy estuviera ahí, él se encontraba en Azkaban, no podía estar en Hogwarts.

Lucius caminaba directamente hacia Draco, Harry lo tomó y lo puso detrás de su cuerpo, ahora era él el que lo estaba protegiendo, la mirada de Lucius Malfoy se encontraba perdida, pero los apuntaba con su larga y negra varita.

Sin embargo, Harry notó algo, ese no era el Lucius Malfoy que Harry había visto la última vez, este se encontraba significativamente más repuesto, las arrugadas a los lados de sus ojos no eran tan prominentes, era el primer Lucius Malfoy que Harry había conocido, uno significativamente más joven.

Entonces lo entendió todo, el closet viejo, la sala de los trofeos, la mirada pérdida y el cambio físico de Lucius, se trataba de un boggart

Harry se giró al no sentir el cuerpo de Draco y escuchar un golpe, Draco había caído hacia atrás y estaba arrastrándose hecho ovillo.

—Draco, Draco—le habló Harry girando su torso para verlo mejor, pero el chico no lo veía, tenía sus ojos cubiertos de lágrimas mientras observaba a su padre y su respiración sonaba fuerte, indicio de que no estaba ventilando correctamente.

—No es real, Draco, no es real—repitió Harry varias veces, pero Draco no parecía escucharlo, Harry nunca había visto a Draco con tanto miedo, jodidamente asustado.

Le dio la espalda al boggart y se agachó para tomar el rostro de Draco con sus manos, pero Draco no podía verlo a los ojos, no despegaba la mirada del boggart.

—Es un boggart—explicó Harry.

—Haz que se vaya, Harry—dijo Draco con voz entre cortada—. Por favor, por favor—lloró más fuerte.

Harry había estado tan preocupado por el chico que no se había preocupado de deshacerse del boggart, aún sin pararse, apuntó al hombre con la varita.

—Riddikulus—dijo Harry firmemente, pero el boggart cambió un poco, tomando una apariencia de un Lucius un poco mayor—. Riddikulos—repitió.

Harry nunca había sido muy bueno espantando boggarts debido a que se le dificultaba pensar en cosas divertidas cuando se sentía bajo amenaza, pero lo estaba intentando.

—¡Riddikkulus! —gritó, pero entonces el boggart tomó la forma de un dementor—. ¡Riddikkulus! —gritó por última vez, el boggart no se tornó en nada divertido, pero desapareció hecho humo, Hary suspiró aliviado.

Se giró hacia Draco con una sonrisa, satisfecho con su trabajo, pero Draco seguía histérico.

—Ya pasó, ya se fue—le dijo Harry sosteniéndole la cara nuevamente, pero Draco parecía estar en shock.

—No puedo respirar—murmuró a penas audiblemente, Harry se separó un poco para darle espacio pero no lo soltó.

—Inhala, sí puedes—le dijo Harry con las manos sobre sus rodillas y comenzó a acompañar su respiración—. Muy bien, lo estás haciendo perfecto—le aseguró aunque la respiración de Draco no era continua.

—Mírame, exhala por la boca, eso es, justo así, respira por la nariz y suelta por la boca, justo así, muy bien—le dijo.

Minutos después Draco pareció recuperar la respiración, pero seguía llorando incontrolablemente, una vez que Harry notó que el chico podía respirar por si solo se posicionó detrás de él y lo rodeó con sus brazos.

The calm before (after) the storm | Drarry |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora