28. Dorado.

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—¡Harry, Harry! —una voz le gritó mientras le sacudía los hombros, Harry se levantó de golpe y vio el rostro de Draco algo borroso.

—¡El partido! ¡Es hoy! —cuando Draco terminó de decir eso Harry sintió su estómago bajarse hasta sus pies, había olvidado por completo que el partido era hoy, entre lo que había sucedido con Ginny y el asunto del boggart se había olvidado por completo del quidditch.

—Mierda—se limitó a murmurar sin moverse de la cama.

Draco se paró rápidamente de la cama y empezó a tirar toda la ropa de Harry.

—¡Accio uniforme! —gritó después de haber tirado al menos ocho camisetas y cuatro pantalones—. ¿Por qué guardas tanta ropa si siempre llevas lo mismo? —cuestionó Draco mientras el uniforme que le había regalado a Harry caía directamente a sus manos.

—Buenos días a ti, también—masculló Harry sarcásticamente, se sentía de mal humor, cosa que sucedía cada que alguien lo despertaba abruptamente.

El uniforme le cayó en la cara después de que Draco se lo lanzara, Harry se levantó de mala gana tomando la ropa y dirigiéndose al baño.

—¿A dónde crees que vas? —gritó Draco en tono chillón.

—Pues a bañarme—le respondió Harry con tono obvio.

—¡No hay tiempo! El partido debe estar a punto de empezar.

Harry resopló y comenzó a vestirse rápidamente, cuando terminó de hacerlo Draco le colocó los lentes.

—Tienes que aparecerte, no hay manera de que llegues a tiempo si vas caminando—habló Draco rápidamente, se encontraba más preocupado por Harry perdiéndose su primer partido que el mismo.

—Eh—carraspeo Harry—. No me gusta aparecerme.

—¿Qué? —gritó Draco incrédulo—. ¿Hablas en serio? —gritó de nuevo.

—¡Hermione es la que siempre lo hace! Yo nunca tomé el examen—dijo Harry, sonaba tonto que le causara miedo el aparecerse después de todas las cosas a las que se había enfrentado, pero no se iba a culpar por temer perder alguna extremidad.

—De acuerdo, lo haré yo—Draco agarró la capa que había tirado al suelo minutos atrás y los cubrió con ella, a Harry lo tomó fuertemente de la mano y en un abrir y cerrar de ojos, se encontraban en el campo de quidditch.

Llegaron a unos metros detrás de la multitud, de lejos vio que el equipo de Gryffindor se encontraba nervioso por obvias razones, les faltaba su buscador.

—Te estaré viendo desde las gradas con esta cosa puesta, ¿vale? —le preguntó Draco aún debajo de la capa, Harry asintió con la cabeza—. Buena suerte, Potter—musitó para después dejar un suave y corto beso sobre los labios de Harry, lo empujó sacándolo de la capa y desapareció de su vista.

Las gradas estaban llenas de alumnos de todos los grados y profesores, se escuchaba la voz de Luna haciendo la prueba de sonido, estaba diciendo palabras en un idioma que nadie excepto ella parecía conocer.

Harry corrió hacia el equipo, estaban discutiendo las nuevas posiciones.

—Yo me pongo de buscadora y que Inari sea cazador—sugirió Ginny, estaba rojísima y tenía una capa de sudor a pesar de que el juego aún no iniciaba.

—Ginny—dijo Harry dándole golpecitos en el hombro.

—Ahora no, Harry—dijo la chica sin voltear a verlo—. ¡Harry! —gritó al darse cuenta que el chico ya había llegado.

Ron e Inari suspiraron aliviados y el equipo de Ravenclaw comenzó a murmurar, claramente no estaban felices de que Harry hubiera aparecido en el campo de último momento.

The calm before (after) the storm | Drarry |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora