62. La confesión.

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Harry comprobó más de tres veces su reflejo en el espejo, el señor Wesley le había enseñado tiempo atrás la importancia de causar una buena impresión en situaciones como esta.

Había tenido que tomar un traje y una camisa de Draco, pues él no había empacado ropa de gala.

Hizo lo que pudo para mantener su cabello aplastado en el cráneo, pero nada parecía funcionar, cuando se agachó para abrochar las agujetas de sus zapatos (esos sí eran de él, pues no había manera en la que los zapatos de su novio le quedaran, Draco calzaba al menos dos números arriba, cosa que le causaba mucha gracia a Ron) escuchó que la puerta se abría, sus mejores amigos Hermione, Ron y Theo entraron bastante apresurados a la habitación.

—¡Harry! —gritó su mejor amiga al ver su vestimenta, por otro lado, la chica llevaba un traje ejecutivo color gris que la hacía ver como una jefa, se había peinado el cabello en un perfecto moño que no lucía como el cabello pesado y enmarañado de siempre, Harry se preguntaba de dónde había sacado aquél traje y le dio la impresión de que la chica había esperado años que se presentara la ocasión para poder usarlo.

—Wow, Hermione, te ves genial—dijo Harry sinceramente.

—¡Pues tú no! —gritó la chica horrorizada, Harry frunció el ceño y comprobó de nuevo su vestimenta, ¿qué había de malo en ella? ¿su camisa estaba arrugada? Llevaba el traje más costoso de Draco, probablemente al chico le daría un patatús cuando lo viera entrando al juicio usando lo mejor de su armario.

—Harry—dijo Ron, el cual también llevaba un traje, aunque mucho menos ostentoso—. Te ves como...

—Un Malfoy—respondió Theo observándolo como un completo extraño, incluso parecía tener cierta expresión de repudio, ¿tan mal iba?

—Exacto—dijo Hermione.

—No tengo nada más que ponerme—informó Harry.

Hermione hizo cara de desaprobación y comenzó a rebuscar en su armario.

—Ay, Dios, toda la ropa es igual—dijo Hermione vaciando el armario, donde al menos ¾ estaba lleno de ropa de Draco, dejándole apenas un pequeño espacio a Harry para sus uniformes.

—¿Qué hay de esto? —preguntó Hermione sacando una túnica escarlata de gala, la misma que el chico se había puesto hace más de cuatro años, durante el baile de invierno.

Theo hizo una mueca y Ron sonrió como si fuera lo mejor que hubiera visto.

—¡Es perfecto! —exclamó Ron disfrutando el espectáculo—. El último grito de la moda.

—Sí—dijo Theo—. De hace cinco años.

—Ustedes no llevan túnicas, me veré ridículo—respondió.

—¿Más ridículo que una copia barata de Malfoy? —preguntó Theo sentándose en la cama, Harry lo miró ofendido con boca abierta.

—La gente está diciendo allá afuera que Draco alteró tus recuerdos para estar con él, ¿qué dirán todos si te ven disfrazado de él?

—No olvides la parte del giratiempo, es mi teoría favorita—dijo Ron burlón.

—Creo que la de Harry pensando que Draco es un Wesley me gusta más—apuntó Theo, lo cual no le causó ni un poquito de gracia a Ron.

—Harry, la gente te admira, si vas con una túnica te verán como alguien importante que se toma en serio la magia—sugirió Hermione.

—Eso no tiene sentido—respondió Harry, aunque por dentro sabía que lo hacía.

The calm before (after) the storm | Drarry |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora