🔥CAPITULO 11🔥

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EDITADO.

🧁<<{Alessandra}>>🧁

Izan: Bonita, Tengo que ir a buscar unos papeles a la empresa para llevarlos al despacho, ¿Quieres ir conmigo?

Ese no es el apodo que usa mi novio, pero es él, su ojo izquierdo es gris y el derecho azul, es claro que es él, pero él nunca me dice así.

Alessandra: ¿Bonita?

Izan: Es lo que eres.

Alessandra: ¿Qué pasó con el, preciosa?

Izan: Eres todo eso y más, preciosa, bonita, hermosa, el amor de mi vida.

Me olvidé de todos los apodos que me dijo y me centré en lo último.

El amor de mi vida.

No me había dicho eso.

Izan: ¿Vamos?

Alessandra: Claro.

Me agarra la mano y una nueva electricidad me recorre el brazo, ya lo había agarrado así, pero se sintió diferente esta vez.

Seguramente solo es mi mente enloqueciendo.

Nos montamos en el auto y nos llevó hacia la empresa de tecnología de Addy.

Es probable que me crucé con Isaac o Iker, no me apetece hacerlo hoy, los he estado ignorando varias semanas, y cuando llegamos de nuestro viaje hace una semana no aparecieron.

Ni siquiera un «me alegro de que llegarán bien» nada, ni un mensaje y sé que yo empecé con esto, pero me duele no ser tan importante para ellos, como lo son para mí.

Alessandra: ¿Crees que tus hermanos están enojados por qué los ignoré?

Llegamos al estacionamiento de la empresa y bajamos del auto, me vuelve a tomar la mano mientras caminamos hacia el ascensor.

Izan: Es probable.

Eso me hace sentir mal, están enojados conmigo por ignorarlos, cuando ellos me trataron mal.

Alessandra: ¿Por qué tú si entiendes el peso que tiene la frase "eres mía" y ellos no?

Izan: Eso me gustaría saber, preciosa.

Sonó tan raro esta vez ese apodo en su boca.

Alessandra: Viví dos años siendo obligada a pertenecer a otras personas, por una noche, dos o incluso una semana, y si se enojan conmigo por hacerles entender que soy mi propia dueña, entonces debería ignorarlos para siempre.

Izan: Tienes razón, somos unos imbéciles egoístas.

Alessandra: ¿Tú por qué? Si fuiste el único que aceptó ser mío, en lugar de yo tuya.

Izan: Sí, preciosa, a veces no me doy cuenta y hablo por los tres.

Me besa la mejilla al mismo tiempo que las puertas del ascensor se abren dándonos paso a salir de él.

¿En qué momento nos subimos? Mejor aún, ¿En qué momento marcamos el piso?

Caminamos por un pasillo que tiene cubículos a la derecha y a la izquierda y al fondo una oficina con vidrios polarizados.

Qué aburrido, le falta... alegría, color, ganas.

Si fuera a hacer una encuesta con todos los que están aquí, seguro que saldría que odian su vida y su trabajo.

En la cocina hay colores, chispas, sabores, es entretenido y divertido experimentar con los alimentos.

Terminamos la parte de los cubículos y pasamos por el frente de un escritorio donde hay una rubia despampanante, supongo que es la secretaria de Isaac y Addy.

Sigue aquí, lo que significa que no intentó nada con el grupo de psicópatas.

Izan: ¿Me esperas aquí? A menos que quieras ver a Isaac, en ese caso puedes entrar.

Secretaria: Disculpe que los interrumpa, pero Isaac se encuentra en una llamada importante y no podrá atenderlos.

¿Desde cuándo Addy deja que los tuteen?

Arqueo una ceja mirándola.

Rubia, ojos celestes, hermoso cuerpo, escotada provocativamente, no es lo que usaría una secretaría, o por lo menos la camisa no tiene los botones correspondientes cerrados.

Varios de ellos están abiertos, dejando a la vista un brasier de encaje blanco y la lechosa piel de sus senos.

Entiendo, están follando y le molesta que entre a verlo.

¿Y así quería que yo fuese suya? Están locos.

¿Izan también está con ella mientras está conmigo? No, él cumple su palabra.

Aparte la rubia no lo mira ni una sola vez, solo a mí.

Conozco esa mirada, era la misma que me lanzaba María cada vez que le suplicaba que me saque del prostíbulo, con asco cómo si fuera un insecto.

Izan: Nosotros no necesitamos permiso para entrar.

Secretaria: Me dio órdenes de no dejar entrar a cualquiera hasta que termine su llamada.

¿Me dijo cualquiera?

Voy a necesitar una pelea esta noche para calmar todo lo que quiero hacerle a esta mujer.

No queremos matar al ligue de Isaac.

La puerta de vidrio se abre tan fuerte que choca contra una pared, por suerte está blindada y no se rompió.

Isaac: ¿Qué haces aquí Iker?

Tan estúpido es para no saber que es Izan, son hermanos, cómo no puede reconocerlo.

<<¿Qué hace ella contigo?>>

Puedo sentir cómo mi corazón duele y grita de rabia al mismo tiempo, ¿Qué le cuesta ser por una vez educado?

Secretaria: ¡Isaac! Les dije que habías dado órdenes de no interrumpirte, porque estabas ocupado, pero no quisieron escucharme.

Ahora al que miró con la ceja arqueada es a él, una cosa es que lo haga mientras no esté, y una muy diferente es en su presencia.

Tienen un nivel de confianza diferente al de jefe-empleada.

Alessandra: Hola a ti también, Isaac.

Remarcó su nombre.

<<Izan te espero abajo, no me gusta cruzarme con la chusma.>>

Me fui hacia el ascensor sin esperar ninguna respuesta y marcó el subsuelo.

Maldito hipócrita, me quería a mí cuando ya tenía a otra.

Gotas saladas salen sin mi permiso cayendo por mis mejillas hacia el suelo.

Alessandra. 3°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora