Alessandra. 3°

🔥CAPITULO 48🔥

EDITADO.

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🧁<<{Alessandra}>>🧁

Entramos yo con mis shuriken y navajas en la mano, Bastián con el arma en lo alto.

Nos acercamos a él que sigue sentado con confianza en su mierda de sofá.

Pero el seguro de varias armas siendo desactivado nos hace detenernos.

Jian: Quietos.

Frenamos y los hombres a nuestra espalda nos sacan las armas.

Jian: Me dijeron que eras un problema, pero no tenía idea de cuánto.

<<¿¡Dónde está mi nieto!? Dónde este dijiste a este traidor que lo dejara.>>

Apunta al rubio.

Alessandra: No sé de qué habla.

Hace una seña a un hombre a mi espalda y me patean la pierna para que me caiga hacia adelante.

Y con un demonio que les voy a dar el gusto de ver desde arriba.

Trastabillo un poco, pero sigo en pie.

Bastián: Diosa, ¿Estás bien?

Asiento.

Esto no es nada.

Por una puerta al costado entra Hui y la bruja

La última está con una sonrisa de oreja a oreja.

Hui: Ustedes, se llevaron a mi hijo, mi heredero.

Bastián: ¿De qué hablas?

Hui: Me traicionaste por una, una puta.

Hace una mueca al decir lo último.

El rubio frunce el ceño, no entiende nada.

Jian: Ambos van a terminar muertos.

Alessandra: Me parece bien, así nunca encuentran a ese niño, hay que extinguir a tu descendencia.

Jian: Vas a odiar haber dicho eso.

Alessandra: Lo dudo.

Hui: ¡Cállate! ¿Dónde está mi heredero?

Golpea al rubio.

Alessandra: Lo matamos.

Jian: Maldita desgraciada —me golpea el pómulo con su mano abierta— ¡Arrodíllenla! Vas a suplicar que no te mate mientras me chupas la polla.

Si acerca su cosa se la arranco con los dientes.

Vuelven a patear mis piernas para hacerme arrodillar, pero no colaboró.

Haroko: Maldita puta.

Me dice antes de clavar una navaja en el gemelo de mi pierna derecha, nada grave o que deje secuelas.

Cómo se nota que no fue entrenada para matar.

Solo para ser un cero a la izquierda, colgado del brazo de un hombre poderoso.

Intento seguir de pie a pesar del dolor, pero me patean la misma pierna y caigo de rodillas al suelo.

El viejo Jian se acerca más a mí mientras se desabrocha los pantalones.