Alessandra. 3°

🔥CAPITULO 46🔥

EDITADO.

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Un rato antes...

🧁<<{Alessandra}>>🧁

Hui vuelve media hora después y me saca de la jaula en silencio.

Mis ojos ya están acostumbrados a la oscuridad de los calabozos, así que veo perfectamente la seña de silencio que me hace y cómo me dice que hay dos hombres afuera.

¿Cómo saco a los niños si había gente afuera?

Me pasa dos navajas.

Perfecto.

Abre la puerta de un tirón, cómo si no pesará doscientas toneladas, he de admitirlo, con la ropa suelta da la apariencia de flacucho y débil, pero se ve que tiene fuerza.

Vamos a ver si tiene valor cuando tenga que matar a su padre.

Por qué de aquí vivo no sale, se atrevió a meterse con mi familia y eso no se hace si quieres vivir.

Agarra a uno de los hombres y le tapa la boca antes de que grite y alerte a toda la mansión, hago lo mismo con el otro con la diferencia que no le tapo la boca.

Directamente le clavó la navaja en la garganta.

Cuando cae, lo reconozco como uno de los que entró a manosearme.

Asqueroso.

Voy a tener que bañarme con cloro para sacarme su asqueroso tacto de mi piel.

Con paciencia y sin apuro, le cortó ambas manos, aunque esté muerto, prometí llevármelas.

Me guía a un pasillo, entramos a una habitación vacía, miro a mi alrededor, nada fuera de lo común, una cama, guardarropa vacío, baño, agarro unas gasas y vendas que había ahí.

Me hago el mismo vendaje que siempre que me voy a poner guantes, no voy a arruinar mis manos con ellos.

Del guardarropa agarró una bolsa, meto las manos ahí y me la cuelgo.

Dos golpes en la puerta me alarman, así que me preparo para lanzar mi navaja.

Hui abre la puerta y tal como dije lanzó la navaja a la altura de la frente, si no le erré, vi muy rápido, pero me di cuenta de que era mucho más alto que él promedió.

El filo no llega a clavarse en su frente por qué pone su celular haciendo que la  navaja lo traspase y le haga un mínimo corte en su piel del entrecejo.

Por qué sí, medí mal, es un poco más alto de lo que calculé, pero igual lo mataba si lo atravesaba.

Hui: ¡No! No lo mates.

Bufo.

Alessandra: Me quitas la diversión, chini.

El hombre alto se ríe mientras termina de entrar y cierra.

...: Hui, no me dijiste que la persona que te iba a ayudar a matar a tu padre era tremenda diosa.

Me mira con una sonrisa de lado.

Me sonrojaría, pero estoy ocupada intentando matar chinos violadores y cortando manos para poder ver a mi hija.

Hui: Alessandra, Él es Bastián, fue el quién dejó a los niños en Rusia.

Alessandra: Ajá mucho gusto, ¿Llegaron bien?

Bastián: En perfecto estado, la rojita me amenazó con una navaja —mira su teléfono que ya no sirve para nada— supongo que es tuya, ¿No?