9

211 29 33
                                    

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 9


—¿Me dejarás hacerlo? —preguntó Anne. Estaban en la habitación. Observaba a Larissa desde la cama mientras ella trabajaba en el escritorio.

Desde el día que la encontró con Cate la idea de regresar al trabajo le taladraba la cabeza. Y ahora, debido a la presencia de Ilian y a la proximidad de las elecciones, Larissa debía permanecer un poco más de tiempo en la academia. Al lado de Cate. Y eso a Anne no le agradaba en lo absoluto. Pero no lo quería admitir.

—No, definitivamente no —respondió, sin voltear a verla.

—No debí decirlo de esa forma. No tengo que pedirte permiso.

—Sí. Y sabes muy bien que yo estoy de acuerdo con eso —reconoció. Se giró un poco, acomodando el codo en el respaldo de la silla. La descubrió de brazos cruzados, mirando hacia la puerta—. Pero ahora las cosas son un poco diferentes, Anne. Ya no solo se trata de ti. Mi hija, mi responsabilidad, el ser a quien debo cuidar y mantener con vida está ahí contigo.

—Lo dices como si no fuera mi hija también. Como si yo no me preocupara por ella, o no me importara. El hecho de que yo solo la esté cargando no significa que no es mi hija.

—Eso no es lo que quise decir —se vio interrumpida por el sonido de su teléfono y bufó al ver de quién se trataba. Si Anne escuchaba ese nombre se iba a molestar más de lo que ya estaba, así que decidió atender en el baño—. Espera un momento, lo siento.

Anne arrugó la frente. Salió de la cama y fue tras ella. Le resultaba tonto cómo ahora, de la noche a la mañana se sentía tan celosa. Tan irritable. Sospechaba que tal vez era por el embarazo. Y no desconfiaba de Larissa. Por supuesto que no.

Pero en el fondo le dolía ya no compartir tanto tiempo con ella. El día anterior habían planeado ir de compras y empezar a preparar todo para el parto, pero Larissa tuvo un asunto de última hora y terminaron cancelando la salida.

—Gracias, Cate. Nos vemos mañana —dijo Larissa. Estaba de espaldas, y cuando dio la vuelta para salir, se sobresaltó al encontrar a Anne de brazos cruzados. La miraba con los ojos entornados. Y de un momento a otro su atención viajó al teléfono de Larissa.

—¿No te parece que seguimos igual? —preguntó. Larissa miró a su al rededor con el ceño fruncido. No estaba entendiendo nada-. Creo que nada se ha solucionado.

—¿Podrías ser más clara?

—Nada se ha solucionado, Larissa. Al parecer nuestros problemas no solo eran porque no podía embarazarme. Y estuvimos bien por un tiempo, es cierto. La emoción de la bebé nos hizo estar bien. Pero... ahora llega ella. Te está alejando de mí.

—¿Ella? ¿Te refieres a Cate? —Anne solo asintió. Estaba empezando a sentir ganas de llorar—. No lo puedo creer. ¿Piensas que ella y yo...?

—No —respondió de inmediato—. Claro que no, pero... siento que ya no es lo mismo.

—¿Qué estás diciendo, Anne Greenwood?

—Que tal vez ya no funcionamos.

Larissa la miró con asombro. Con un poco de incredulidad también. ¿Anne ya no la quería? ¿Estaba aburrida de ella? ¿Estaba arrepentida de haberse casado? Los ojos se le llenaron de lágrimas y su pecho se oprimió. Y al ver lo conmocionada que estaba, Anne se arrepintió de haber dicho semejante cosa.

—No lo dices en serio —suspiró, sintiendo cómo su corazón se partía—. Lo dices solo porque estás celosa.

—¿Mami? —dijo Lou. Las dos miraron la puerta del baño y después se miraron entre sí. En silencio.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora