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𝖠𝖽𝗏𝖾𝗋𝗍𝖾𝗇𝖼𝗂𝖺 𝖽𝖾 𝖼𝗈𝗇𝗍𝖾𝗇𝗂𝖽𝗈: +18
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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 7


—¡Hola! —gritó Larissa mientras entraba en la casa. Lou estaba en el jardín, pero en cuanto la escuchó corrió a su encuentro.

—¡Mami! —la saludó, abrazándole las piernas. Larissa colgó el abrigo y dejó las compras que llevaba en la mesa cerca de la puerta. Después cargó a Lou y ella le dio un abrazo muy fuerte.

—¿Cómo estás, mi amor? ¿Dónde está mami Anne?

—Aquí estoy —respondió, llegando a la sala con una sonrisa. Pero a Larissa no le parecía una sonrisa normal. Y su curiosidad aumentó al notar que llevaba puesto el delantal. Y además, empezó a distinguir un olor particular.

—¿Cómo estás? —le preguntó mientras se inclinaba para darle un beso. Anne correspondió, pero se alejó rápidamente.

—Muy bien. Muy, muy bien. ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué no me avisaste que vendrías? —estaba nerviosa. Larissa le había dicho que llegaría tarde, que ni siquiera podría acompañarlas en el almuerzo, por eso realmente la había tomado por sorpresa.

—¿Tengo que avisar que vengo a mi casa?

—No, pero... Me asustaste.  ¿Estás bien? —estiró el brazo para acariciarle el rostro y la miró con preocupación.

—Anne —dijo, con un tono muy sugestivo. Aún la veía nerviosa, así que estaba empezando a inquietarse. Le tomó la mano, la que aún permanecía en su mejilla y dejó un beso muy corto en ella—. Yo estoy bien. No intentes cambiar de tema. ¿Hay algo que tenga que saber?

—Mami está cocinando —dijo Lou y Anne frunció los labios. Larissa la miró con sorpresa, pero con diversión al mismo tiempo.

—¿Qué hiciste, Anne?

—No hice nada —respondió con una sonrisa, pero sonaba exasperada. Larissa empezó a caminar, intentando llegar a la cocina, pero Anne le impidió el paso—. Te dije que no hice nada —repitió, pero eso solo hizo que Larissa sintiera más curiosidad.

—Déjame pasar.

—No.

—Está bien.

Larissa sujetó a Lou con fuerza y se inclinó un poco para tomar a Anne por la cintura. La cargó también y ella soltó un grito por la sorpresa. Se removió y protestó, pero Larissa no la bajó y Lou no paraba de reír.

Y al llegar a la cocina, Larissa se encontró con la imagen más caótica. Los sartenes estaban todos sucios, apilados en el lavabo. Había humo por todo el lugar y el olor a quemado era muy fuerte. Anne soltó un suspiro y escondió el rostro en el cuello de Larissa.

—Lo siento —susurró Anne—. Intenté seguir una receta pero todo se salió de control.

—No pasa nada, Anne —la bajó por fin y ella empezó a quitarse el delantal.

Lou se estaba inquietando, así que Larissa la bajó también. Volvió a echarle un vistazo al lugar y reprimió una risa. No podía reírse en frente de Anne porque sabía que con lo hormonal que estaba se pondría a llorar por el resto del día. Entonces simplemente la rodeó por los hombros y le dio un beso en la frente. Pero sus buenas intenciones fueron en vano, porque ella ya estaba llorando.

—Solo tenías que poner en el microondas lo que dejé preparado.

—Pero yo quería cocinar algo para Lou —replicó—. No puedo cocinarle a mi hija, Larissa. No soy una buena madre si no sé hacer algo tan simple como cocinar.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora