𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾 / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]

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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 13

Anne empezó a bajar las escaleras con dificultad mientras el timbre no paraba de sonar una y otra vez. Se preguntaba quién podría ser. Aún faltaba media hora para que Larissa llegara. Leah seguramente estaba con ella ahora. Y Jane siempre avisaba antes de ir.

—¡Voy! —gritó cuando estuvo abajo. Apartó algunos juguetes con el pie y abrió la puerta al fin. Se quedó paralizada cuando vio a Ilian sonriendo.

—Annie —saludó. Se quitó las gafas y la admiró de pies a cabeza. Anne intentó cerrar la puerta, pero ella se lo impidió—. No seas maleducada —dijo con falsa molestia. Hacía semanas no la veía y le resultaba increíble cómo el vientre le había crecido tan súbitamente.

—¿Qué haces aquí? —preguntó aún con asombro. Y un poco de temor—. ¿Cómo es que..?

—¿Cómo es que sé dónde vives? —se encogió de hombros—. Solo lo sé. ¿No me vas a invitar a pasar? Larissa no debería dejarte tanto tiempo sola.

—No estoy sola —replicó de inmediato. Aunque eso no era del todo cierto—. Lou...

—Está en la guardería.

—¿Nos has estado vigilando? —cuestionó con el ceño fruncido y entornando los ojos. Ilian sonrió, lo que hizo que los nervios de Anne aumentaran. Sabía que tenía razón y el hecho de que Ilian no lo hubiera negado era la clara evidencia.

—¿Cuánto tienes ya? —quiso saber.

—Seis meses.

—Pero está enorme. ¿Puedo..? —estiró la mano hacia ella y la acomodó en su barriga. Anne no protestó, pero no podía negar que se sentía incómoda. Ilian, en cambio, sonrió. Había logrado percibir un movimiento.

—Deberías irte —sugirió dando un paso hacia atrás—. Larissa no tarda en llegar. Se pondrá furiosa si te ve aquí. Y no quiero que su día se arruine.

—Nos vimos en la mañana. Creo que su día ya se arruinó —mencionó con diversión. Anne frunció los labios.

—¿Y eso te parece divertido?

—Un poco —volvió a encogerse de hombros. Metió las manos en los bolsillos del abrigo, sin dejar de observar a Anne. Sus pecas, el fleco, los labios. Sus pechos ahora más grandes. Anne pudo sentir la mirada pesada de Ilian, así que se cubrió un poco más con el suéter.

—¿Qué quieres?

—Te quiero a ti, Anne. Solo a ti —dio un paso más cerca. El corazón de Anne se aceleró.

—Solo quieres probarle a Larissa que eres mejor que ella —buscó el picaporte de la puerta y la cerró apenas un poco—. Pero no lo eres, Ilian. Para nada lo eres.

—Si no estuviera enamorada de ti... —dijo entre dientes, tensando la mandíbula. Odiaba ser comparada con Larissa.

—¿Qué? —la interrumpió. Ilian desvió la mirada y asintió. Había sido muy descuidada, pero ya no había forma de deshacer lo que había dicho. Y no lo iba a negar.

—Así es. Estoy enamorada de ti —repitió, haciendo que Anne soltara un suspiro. Eso no se lo esperaba—. Y no te voy a decir todas las tonterías que seguramente Larissa te dice. Eso no es lo mío. Pero si haré esto —acabó con el poco espacio que quedaba entre ellas, acomodó una mano en la nuca de Anne y presionó sus labios en los suyos.