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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 27


El día después de su cumpleaños, Larissa despertó sola, en la cama que ella y Anne compartían en la antigua casa. Los recuerdos de la noche anterior le parecían lejanos, irreales. Como si en realidad nunca hubieran sucedido. El vacío que había en su pecho era abrumador. 

Todas las mañanas era la misma sensación. Larissa ya no podía soportar el hecho de despertar sola, en completo silencio, sin las risas de Lou. Desayunaba de la misma forma y luego, el resto del día, cuando no estaba con las niñas, se la pasaba de reunión en reunión. 

Extrañaba los besos de Anne, las conversaciones con Lou mientras la preparaba para la guardería. Incluso extrañaba ser despertada por el llanto de Claire en medio de la madrugada. No pudo evitar sentirse egoísta de nuevo al maginar a Anne lidiando a solas con ella.

Larissa miró el reloj. En ese momento recordó que ese era el día en que le quitarían la férula a Lou. Faltaba una hora para eso, así que debía apresurarse si quería llegar a tiempo. Lou seguramente lloraría y Anne sin duda se iba a alterar. Tenía que estar con ellas.

Larissa tomó el teléfono con la intención de avisarle a Anne que la vería en el hospital. Pero ya tenía varios textos de ella. Sonrió ampliamente al leerlos. Anne le deseaba los buenos días y en todos le decía lo mucho que la amaba. Había un video de Claire además de una nota de voz de Lou.

—Así que Claire ya sostiene su cabeza —le dijo a Anne a través de una llamada—. Hubiera deseado estar ahí para verlo.

—No será la única vez que lo haga —intentó tranquilizarla.

—Pero fue la primera vez —repuso—. Y me la perdí.

—Ya podrás verla luego, no te preocupes. Podrás verla hacer muchas otras cosas más importantes.

Larissa observó los lugares vacíos del comedor, el resto de la casa impecable, sin ningún juguete en el suelo. Extrañaba los días ahí con Anne, preparar el desayuno mientras ella y Lou jugaban en el jardín o miraban las caricaturas en la sala.

—¿No crees que es hora de que regrese? —preguntó de pronto. Anne miró a Lou, que estaba muy concentrada en comerse la fruta. Que Larissa volviera  era lo que más deseaba, pero no podía permitirle que lo hiciera a la ligera.

—Debes hacerlo cuando te sientas verdaderamente lista —respondió. Larissa suspiró con pesar. Sabía que Anne diría eso—. Tienes que pensarlo muy bien. No sería bueno que tomes la decisión en un impulso.

—Quiero que tomemos la decisión juntas. Es lo más correcto.

—Sí. Tienes razón —sonrió. Que Larissa pensara de esa forma, de algún modo le daba esperanza—. Lo conversaremos luego de la cita en el hospital. Vendrás, ¿cierto?

—Por supuesto. Estoy desayunando para salir hacia allá.

—Yo lo estoy haciendo también. Activa la cámara. Vamos a hacerlo juntas —Anne acercó la silla de Lou para que ella también pudiera ver a Larissa. Apenas un segundo después su rostro apareció en la pantalla.

—¡Hola, mami! —la saludó Lou con una sonrisa, agitando la mano. Tomó el tazón para mostrárselo—. Mira, me estoy comiendo toda la fruta.

—Antes era yo quien te alimentaba, ¿sabes? —mencionó Larissa. Anne sonrió con nostalgia, observando a Lou.

—Cuando Claire pueda comer yo le daré la fruta.

—Serás la mejor hermana mayor —dijo Anne mientras le daba un beso en la frente a Lou.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora