𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 30
—Mi pequeña Lou. Cuánto has crecido —Alessa la cargó. Le dio un beso en cada mejilla para después abrazarla muy fuerte—. Aún recuerdo la primera vez que te vi en fotos. Eras tan pequeña, con esas mejillas tan redondas.
—Tía Alessa, no puedo respirar —dijo Lou con dificultad. Presionó sus pequeñas manos en los hombros de Alessa y se removió para soltarse.
—Ven aquí, mi amor, yo sé lo que se siente —Anne la apartó de los brazos de Alessa para dejarla en el piso otra vez. Ella corrió a sentarse al sofá, donde Tori estaba.
—No dejaremos que cargues a Claire —bromeó Larissa. Pero Alessa no le prestó atención. Empezó a hablarle a la bebé y terminó por quitársela a Larissa.
—Es la bebé más hermosa que he visto —una enorme sonrisa se formó en el rostro de Alessa. Anne y Larissa sonrieron también, orgullosas de su hija—. A veces quisiera que Tori vuelva a estar así de pequeña.
—Nos sucede lo mismos con Lou —comentó Larissa mientras apagaba el horno—. ¿Te quedarás a almorzar, cierto? No puedes decirnos que no.
—Lou y Tori necesitan ponerse al día. Y nosotras también.
—Larissa ya me informó de una parte importante —Alessa rodeó a Anne por los hombros. Ella aprovechó para quitarle a Claire—. ¿Cómo es eso que estuvieron separadas?
—Mami, ¿puedo ir con Tori al jardín? —preguntó Lou apareciendo en la cocina nuevamente, con Tori detrás de ella.
—Iremos en un momento, florecita —respondió Anne—. Estamos preparando la comida. Tori y tú no pueden estar solas cerca de la piscina.
—Yo sé nadar, puedo cuidar a Lou —Tori la abrazó por los hombros, llenando de ternura a las tres adultas.
—Aún así no es seguro, mi amor —le dijo Alessa.
—Ve con ellas —Larissa miró a Anne—. Muéstrale a Alessa la casa y los cambios que has hecho. Yo me encargo de terminar con esto.
—¿Estás segura?
—Sí —respondió, dándole un beso en los labios—. Tú ya hiciste la mayoría.
—Muy bien.
—Te amo —Larissa sonrió, sin apartarse de ella. La besó una vez más.
—Muy bien, bambinas, es hora de ir afuera —Alessa dio una palmada y obligó a las niñas a salir. Lou y Tori corrieron juntas hacia la puerta, tomadas de la mano.
Después de muchos besos más, Anne al fin salió. Mientras ella y Alessa caminaban por los alrededores de la casa, Lou guiaba a Tori a través del sendero de flores. Habían de toda clase. Margaritas, gerberas, lilas, rosas y demás. Lou las cortaba y las metía en una cesta pequeña. Su idea era hacer un ramo para Tori después.
—Mira cuántas flores —dijo Tori de pronto.
—Mami Anne las ha hecho crecer. Hace magia con las manos —Lou sonrió. El solo hecho de recordar a Anne cultivando flores la llenaba de felicidad—. ¿Te gustan? Puedo regalarte todas las que quieras
—¿La tía Anne hace magia? —cuestionó, impresionada.
—Sí. Y Claire también. Pero ella aún está muy pequeña. Le diré a mami que te muestre. ¡Mami! —Lou soltó la canasta en el suelo y corrió hacia Anne. Tori la siguió caminando, observando cómo el cabello de Lou se agitaba con el viento—. Mami, ¿puedes enseñarle a Tori lo que haces con las flores?
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𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾 / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]
أدب الهواةAnne está deprimida y Larissa no sabe muy bien qué hacer. Y empiezan a creer que al final, el amor no lo puede todo. -⋆✦⋆- Hasta ahora, la vida de Anne y Larissa como esposas había ido bien, pero las cosas empiezan a complicarse cuando se dan cuent...