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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 6

Larissa caminaba de un lado a otro mientras se sostenía la cabeza con ambas manos. El bullicio, los murmullos y el sonido tan alto de la música combinado con su desesperación la estaban aturdiendo. Sentía que el aire le faltaba. Y Anne estaba sentada en la banca, llorando en silencio, al igual que Leah.

—Solo te dije que hicieras una cosa, Leah. ¡Una! No tenías que soltarle la mano.

—Lo siento. Debí cargarla, debí sujetarla más fuerte —respondió Leah en voz baja, con la mirada clavada en el suelo.

Se sentía muy culpable. Pensaba que Larissa tenía razón. Solo le habían pedido una cosa tan simple y terminó arruinando todo, como siempre. Jane la abrazó, presionando la cabeza de Leah contra su pecho. Ella se cubrió el rostro y sollozó contra sus hombros.

—Ella no tiene la culpa, Larissa —replicó Anne poniéndose de pie. Tomó las manos de Leah e hizo que la viera. Sabía que Larissa estaba frustrada y que tal vez Leah debió tener más cuidado, pero también sabía que gritarle y culparla no iba a solucionar nada—. No tienes la culpa —le dijo con una sonrisa cálida. Leah asintió con suavidad mientras se esforzaba por tranquilizarse.

—Siéntate, Anne —le dijo Larissa—. No quiero que te pasa nada a ti también —Anne volteó a verla, buscó sus manos y la miró directo a los ojos.

—Tienes que relajarte —le dijo con dulzura, acariciando su rostro—. Sé que estás preocupada, con miedo. Yo también lo estoy. Pero ninguna de ellas tiene la culpa. ¿Entiendes eso? No vamos a lograr nada si nos quedamos aquí gritándonos entre las cuatro.

Larissa suspiró. Miró a su alrededor y pasaron un par de minutos para que asintiera. Ahora ya no estaba molesta sino que quería llorar. Y le parecía irónico cómo ahora era Anne quien estaba tomando el control de la situación.

Y todo era porque cuando de Lou se trataba, Larissa simplemente perdía la cordura. Miró a Anne cerrar los ojos y supo que estaba teniendo otro mareo, así que la tomó del brazo y la guió a la banca nuevamente. Se acomodó en cuclillas frente a ella, sin soltar sus manos.

—Te quedarás aquí con Jane, yo iré con Leah a buscar a Lou. Buscaré al sheriff si es necesario. Pero tienes que prometerme que estarás sentada. Por favor, Anne.

—Está bien.

—Traeré a Lou. Lo prometo —se incorporó y le dio un beso en la frente para después abrazarla—. Te amo.

Anne asintió y Larissa tomó a Leah del brazo para empezar a caminar. Seguía ligeramente molesta, así que no tenía ganas de hablarle. Porque sabía que si lo hacía terminaría gritándole nuevamente. Y no sería justo.

Se dividieron y buscaron en cada local, en cada juego, pero Lou simplemente no estaba. Larissa se sentía más desesperada con cada segundo que pasaba, hasta que reconoció un sonido familiar.

Ella estaba caminando cerca del estacionamiento y empezó a escuchar la risa de Lou. Se detuvo e intentó concentrarse en ella para distinguir de qué dirección provenía.

Primero pensó que estaba alucinando, pero entonces la vio. El alma le regresó al cuerpo, aunque no por mucho tiempo. Porque se dio cuenta de que Lou estaba con Ilian.

—¡Andrei! —le gritó con rabia y caminó con prisa hacia ella. Tenía las manos empuñadas y ni siquiera se molestó en observarla, en ver lo mucho que había cambiado. Estaba furiosa. Lou la miró y se soltó de la mano de Ilian para correr hacia Larissa. Le abrazó las piernas y eso le bastó para tranquilizarse. La cargó en seguida, llenándola de besos y empezando a escudriñarla—. ¿Estás bien, mi amor?

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora