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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 18


La llegada de Claire a casa había alterado todo el sistema que Anne y Larissa ya habían establecido. E incluso Lou se estaba viendo afectada con eso. Antes eran las dos quiénes la arropaban antes de dormir, pero ahora a veces solo era Larissa o a veces solo Anne. Ya no jugaban las tres en el jardín. Ya no veían las caricaturas las tres.

Lou las quería por igual y por eso no le gustaba que ahora para hacer cualquier cosa solo tenía a una de ellas. Anne y Larissa estaban con Claire en la habitación, preparándola para darle el pecho y después dejarla en la cuna. Era de noche. Lou ya estaba en pijama, abrazada a su oso de peluche. No le prestaba nada de atención al biberón que Larissa le había preparado.

-Ven, Lou -dijo Anne, tendiéndole la mano. Ella solo la miró en silencio desde el umbral. Ya ni siquiera le gustaba entrar-. ¿No quieres ayudarme a vestir a tu hermanita?

-No -respondió.

-¿Qué pasa, florecita? -Larissa se acercó a ella. Intentó cargarla, pero Lou protestó.

-No quiero -dio un paso hacia atrás, sacudiendo la cabeza.

-Está bien, no hay problema -se acomodó en cuclillas para quedar a su altura y simplemente le acarició el cabello. Estaba empezando a sospechar lo que sucedía con su hija-. Antes no querías dejar de ver a Claire ni por un segundo y ahora no te le acercas. ¿No decías que querías jugar con ella?

-Claire no puede jugar -replicó con el ceño fruncido-. Ella siempre está dormida. Y yo solo quiero jugar contigo y con mami Anne.

Anne sonrió con ternura al escuchar eso. Su corazón se encogió al entender lo que estaba sucediendo con Lou. Y aunque ella y Larissa se esforzaban por prestarle atención las dos al mismo tiempo, simplemente era imposible. No podían dejar a Claire a un lado. Demandaba muchos cuidados. Más aún siendo prematura. Apenas tenía un mes de nacida.

-Puedo jugar contigo un momento antes de que vayas a dormir -sugirió Larissa. Le mostró una sonrisa con la esperanza de que Lou se interesara, pero todo lo que hizo fue llevarse el biberón a la boca y empezar a caminar a su habitación. Larissa se incorporó. Soltó un suspiro de frustración-. Lou Weems -la llamó. Ella la ignoró por completo. Intentó seguirla, pero Anne se lo impidió.

-Quédate con Claire -le dijo mientras se acercaba. Le entregó a la bebé-. Yo iré esta vez.

-¿Te das cuenta de que está celosa?

-Sí -respondió con un suspiro-. Pero es normal. Antes nos tenía solo para ellas. A las dos. A la hora que quisiera. Y ahora tiene que compartirnos con alguien más. Alguien a quien apenas conoce. Mi madre decía que cuando yo nací, Claire se comportaba de la misma forma conmigo -sonrió con nostalgia y Larissa la abrazó. Le dio un pequeño beso en la sien.

-¿Y qué se supone que debemos hacer? -preguntó con voz preocupada.

-Tú duerme a Claire. Yo me encargo de Lou por ahora.

-De acuerdo -asintió.

Al llegar a la habitación, Anne encontró a Lou sentada en su mesita, haciendo dibujos. Ella no volteó a verla, así que se permitió un momento para observar el perfil de su hija. Su cabello despeinado que le llegaba hasta los hombros, lacio como el suyo. Su nariz pequeña y abultada un poco en la punta. En ese momento, al reparar en todas las diferencias físicas recordó que biológicamente Lou no era su hija. Ni de Larissa. Pero tenía un poco de ambas.

Era dulce, sensible y empática. Amaba todo lo que tuviera que ver con la naturaleza. Cuando algo le interesaba hacía todo lo que estaba a su alcance para conseguirlo. Era buena para establecer relaciones. Siempre sabía qué decir. Buscaba la manera de cuidar de quienes lo necesitaban. Pero sobre todo, solía ser muy orgullosa cuando se enojaba. Y eso a Anne le resultaba algo sorprendente. En ese sentido era como verse sí misma y a Larissa en un espejo.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora