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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 20


-¿A qué te refieres? -cuestionó Larissa con el ceño fruncido. Volteó a ver hacia su mesa, la que compartía con Théo y con Nina, una antigua compañera de ambos.

Anne ya no estaba en la terraza, sino que iba subiendo la escalera mientras en su mente se reproducía la voz femenina que había escuchado al otro lado de la línea. Estaba intentando descifrar el tono con el que Nina se había referido a Larissa.

Al estar en el pasillo de las habitaciones, Anne se cubrió un poco más con el suéter. Esa era otra cosa que odiaba de la casa. Debido a lo amplia que ésta era y a los ventanales, las corrientes de aire entraban con facilidad.

-Solo fue una pregunta -respondió, fingiendo que la situación no le importaba tanto.

-Estoy con Théo -le recordó-. He de suponer que lo preguntas porque escuchaste a Nina.

-Nina -Anne acudió a sus recuerdos, intentando dar con ese nombre. Llegó a la conclusión de que nunca antes lo había escuchado.

-Fue parte de la junta hace años -explicó Larissa-. Théo la llamó para que nos ayude.

-De acuerdo -se detuvo al estar frente a la puerta de la habitación de Lou y le echó un vistazo-. Lo siento, tengo que irme, al parecer Lou tiene pesadillas otra vez. Buenas noches, Larissa.

-Espera... ¿Anne? -era muy tarde, la llamada había finalizado. Larissa miró la pantalla con el ceño fruncido.

Larissa conocía a Anne a la perfección como para distinguir tan solo con el tono de su voz cuando estaba triste y cuando algo le molestaba. En ese momento, durante la llamada, había logrado darse cuenta de que Anne se encontraba en las dos situaciones al mismo tiempo. Intentó llamarla por segunda vez, pero ella no atendió. Entonces se limitó a dejarle un texto.

L: Puedes decirme lo que sea que te suceda, Anne. Si las niñas o tú necesitan algo solo dilo y regresaré de inmediato.
L: No olvides que te amo, descansa.

A: Las niñas y yo estamos bien. Suerte mañana.

Con la simpleza de esa respuesta, Larissa solo terminó por preocuparse más. No entendía lo que pasaba con Anne. Se preguntaba si se trataba de algo relacionado con la situación que estaba enfrentando e intentó convencerse de que eso era lo más probable.

Larissa deseaba estar con Anne, sobre todo ahora. Solo esperaba que ese fin de semana acabara pronto. Y estaba tan sumida en sus pensamientos que ni siquiera se dio cuenta del momento en que había empezado a caminar de regreso a la mesa.

-¿Todo bien en casa? -le preguntó Nina. Larissa alzó la vista del teléfono y la miró con una media sonrisa.

-Todo bien -respondió. Aunque algo le decía que no era así.

En casa, Anne se sentó en la cama de Lou, con el teléfono aún en la mano. No le había mentido a Larissa, había escuchado a Lou hablar mientras dormía. Sabía que ella podría despertar y salir a buscarla en cualquier momento, así que decidió adelantarse a los hechos y estar ahí para cuando eso sucediera.

A Anne le gustaba ser madre y le gustaba cuidar de su hogar, pero a veces extrañaba el trabajo, sentirse útil en algo más que no fuera cambiar pañales. Quería recuperar las formas y texturas de su cuerpo porque vivía con el miedo constante de que tal vez Larissa dejaría de quererla por eso.

-¿Mami? -murmuró Lou mientras se removía. Empezó a sollozar y Anne se apresuró a sujetar sus pequeñas manos.

-Tranquila, mi amor, aquí estoy. No pasa nada, solo es una pesadilla.

𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾  / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora