𝒟ℯ𝒿𝒶𝓂ℯ 𝒸𝓊𝒾𝒹𝒶𝓇 𝒹ℯ 𝓉𝒾 / ℒ𝒶𝓇𝒾𝓈𝓈𝒶 𝒲ℯℯ𝓂𝓈 [𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐈𝐈]

10

𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 10

ʀᴇᴄᴏᴍᴇɴᴅᴀᴄɪóɴ ᴍᴜsɪᴄᴀʟ: ʜᴇᴀʀᴛs ᴅᴏɴ'ᴛ ʙʀᴇᴀᴋ ᴀʀᴏᴜɴᴅ ʜᴇʀᴇ - ᴇᴅ sʜᴇᴇʀᴀɴ.

Larissa estaba sentada en el borde de la camilla, con el corazón acelerado aún, aunque el doctor que atendió a Anne aseguraba que no se había tratado nada más que de un desmayo por estrés. Larissa la miraba con preocupación. Con una mano sostenía la de ella y con la otra le acariciaba el vientre. La bebé se movía y eso era una muy buena señal.

—He estado pensando que tendríamos que tomar este desmayo como una señal para que no regreses a la academia —mencionó Larissa. Anne la miró con el ceño fruncido y estiró el brazo para que la ayudara a bajar de la camilla.

—Solo fue un desmayo —replicó. Larissa negó de inmediato con la cabeza.

—Ni siquiera Lou se comporta tan caprichosa como tú.

Anne suspiró. Se observó a sí misma por un momento. Admiró su pequeña barriga y recordó lo preocupada que se encontraba minutos antes del desmayo. Esa sensación de temer por su vida y por la de la bebé no la quería experimentar nunca más. Así que asintió.

—Supongo que tienes razón. No lo haré —vio a Larissa sonreír y ella lo hizo también—. ¿Estás contenta?

—Un poquito.

—¿Puedes prometerme algo? —Larissa tan solo asintió—. ¿Intentarás no estar tanto tiempo con Cate?

—Únicamente estoy con ella por asuntos de trabajo, Anne. Aunque puedo despedirla si quieres —alzó sus manos entrelazadas y le dio un beso en los nudillos—. Haré cualquier cosa para que estés bien, mi amor.

—No. Me parece injusto.

—¿Entonces?

—Solo quiero que pases más tiempo conmigo. Con nosotras —dio un paso más cerca y la abrazó, escondiendo el rostro en su pecho. No podía comprender lo extremadamente sensible y vulnerable que se sentía. Quería estar abrazada a Larissa todo el día—. Lou también te extraña.

—Lo sé —suspiró, acariciándole el cabello—. Me lo dijo anoche.

—¿Lo ves? —se alejó un momento para mirarla a la cara y Larissa asintió.

—Me esforzaré, ¿de acuerdo?

—De acuerdo —respondió con una sonrisa y Larissa la besó. Muy dulcemente.

—Llamé a la ginecóloga. El doctor conversó con ella también. Solo estaremos un momento con Leah porque saliendo de aquí pasaremos por su consultorio.

—Está bien.

Anne le dio un último abrazo antes de empezar a caminar de regreso a la habitación de Leah. La encontraron sentada esta vez, conversando con Jane. Se miraba igual de triste, pero al menos se esforzó por sonreír al verlas entrar.

—Hola —saludó Anne mientras caminaba hacia la camilla. Se inclinó para darle un abrazo. Uno muy fuerte.

Leah suspiró y correspondió de inmediato. Se sentía una niña pequeñita justo en ese momento. Larissa solo las observó en silencio, al lado de Jane. Aún no podía creer que se encontraban en esa situación. No podía creer que Leah había intentado suicidarse.

Recordó a Lucille y los ojos se le llenaron de lágrimas. Le había prometido cuidarla y no lo estaba haciendo muy bien. Leah se permitió llorar nuevamente mientras trataba de explicar todo lo que estaba sintiendo.