𝕸𝚊𝚛𝚌𝚊 (𝙸𝙼)𝓟𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚊

6. 𝙼𝚊𝚕 𝙸𝚗𝚝𝚎𝚗𝚝𝚘

𝙰𝚝𝚝𝚘𝚖

Me siento como un pardillo.

Después de haber colado mi número en el teléfono del pelirrojo, han pasado varios días y no dejo de mirar mi teléfono varias veces al día para ver si el tipo me ha mandado algo. Sin embargo, lo único que he recibido son mensajes aleatorios, avisos de que algunos números bloqueados han intentado llamarme, y una chica muy simpática ha querido venderme un teléfono el cual precisamente no necesito porque me va bien con el mío. 

Estaba bastante convencido de que se habría dado cuenta en algún momento del día, pero parece que estoy equivocado. ¿Quizás lo hizo, no lo reconoció y lo eliminó? ¿No debería de haber quedado claro con el nombre con el que me identifiqué?

Bueno, quizás es mejor que las cosas sean así de todos modos. Es difícil mirar hacia otro lado, pero yo no soy esa clase de hombre que va detrás de los demás, como un perrito, queriendo llamar su atención. De hecho, mi mente y polla deberían de hacerse a la idea de que a lo mejor todas estas señales advierten de que vendrá algo mucho mejor si ignoramos al pelirrojo; pero mi problema es que todavía no puedo creerme que me haya fijado en un twink nerd con gafas, tímido y bastante mono.

De hecho, es más increíble que piense que un chico es "mono", "dulce" o "encantador" después de lo que pasó con Paul. 

¿Y qué coño? ¡Sólo lo he visto dos veces!

¿Por qué él? ¿Por qué de entre todas las personas que existen en esta ciudad, precisamente me debe de gustar él de esta manera? ¿Qué tiene de especial para que salte una maldita alarma de que esto que intento hacer es un mal intento de evasión que saldrá mal? 

Si me preguntas para que responda con la cabeza fría, fácilmente te diría que no tiene nada que no haya visto ya en otras personas. Sin embargo, a mi polla le ha gustado demasiado ese culo relleno que vio en ese apretado pantalón rojo, y los labios que no dejan de mostrar sonrisas nerviosas.

Suspiro, llevando mi mano directamente hasta mi nuca para rascarme. Mosbie se da cuenta de mis acciones, observándome con una ceja alzada por verme tan alterado; aunque quizás por las razones equivocadas.

―Hoy no tenemos más citas programadas, Tony.

―Suele pasar a mitad de semana, Mosbie ―le digo, mirando mi móvil por decimoquinta veces desde que empezó el día.

Él va hasta mí y apoya su mano en el respaldo de la silla.

―¿Hambriento?

En realidad me apetece un polvo, pero tú no eres mi tipo. Aunque también tengo hambre, ya que un hombre como yo no puede alimentarse con sobras y cereales.

―Un poco, pero puedo aguantar.

―Ogh, no seas terco, Attom ―ríe levemente―. Los que vendrán hoy serán visitas sin cita previa, así que puedes irte a almorzar primero mientras yo protejo nuestro castillo.

Como suele pasar en muchos comercios, los miércoles y jueves suelen ser días lentos donde a ciertas horas no hay casi movimiento; pero ya aprendimos que las noches pueden volverse un poco caóticas, por lo que es importante prepararse de antemano. Esto se debe a que cerramos a las nueve de la noche todos los días, y eso significa que algunos salen de trabajar un poco antes y van de culo. 

Además, sólo somos actualmente yo y Mosbie los que trabajan, ya que el otro tipo lo mandé a tomar por culo.

―Está bien... ―le agradezco, rascándome la barba―. En ese caso sólo iré a almorzar a la zona de siempre. ¿Quieres qué te pille algo para cuando vuelva, y así te ahorras un viaje?