𝙷𝚊𝚕𝚕𝚎𝚗
No muy lejos del bar de Grizzley, nos encontramos en una cafetería local que es bastante común en esta ciudad. El aroma a moka y avellana flota en el aire con cada respiración, recordándonos que aquí el café puede ser delicioso a pesar de ser un poco caro. Sin dudarlo, hacemos nuestros pedidos y luego buscamos un lugar tranquilo con la mirada. La sonrisa que Attom me brinda me hace recordar que es una de las cosas que más disfruto ver en su rostro ahora que sonríe genuinamente. Aunque nunca se lo he mencionado, no quiero que parezca demasiado cursi. Además, después de dos días sin verlo, he sentido su ausencia de manera notable. Casi tengo ese impulso de picazón en la mano, como una alergia, que me hace querer tocarlo y eliminar esa sensación. Pero ambos sabemos que no debemos apresurarnos.
Si cedo y le permito tocar algo, incluso algo pequeño, significa que él obtendrá lo que desea, pero tal vez nunca obtendré las respuestas que necesito. Así que aunque me pica un poco no hacerlo, tengo que recordar que él siente lo mismo. Me provoca tomarlo de la mano y besarlo, pero él quiere más que eso. Su erección visible en sus pantalones me indica que sigue sintiendo atracción por mí, incluso cuando sabe que estamos en terreno inestable y que un error podría significar una ruptura definitiva.
Soy el primero en dirigirme a una mesa tranquila en la cafetería, alejándome de la tentación. Pronto un hombre alto, tatuado y sorprendentemente atractivo viene a traernos nuestras bebidas; alguien llamado Attom y que intenta no cagarla. Antes, nunca podría haber imaginado que un hombre como él se fijaría en alguien como yo, proveniente de mundos tan diferentes, pero ahora esa idea no parece tan descabellada.
—Sigo sin entender por qué a la gente le gusta tomar este café hipster y pagar de más, cuando a mí me parece que es crema batida con un chorrito de café —opina Attom, dejando mi vaso frente a mí mientras rueda los ojos.
En lugar de tomármelo a mal, simplemente saco la lengua de manera infantil, pasando por alto su etiqueta de "café hipster" para mi adorado frappé de caramelo.
—Di lo que quieras acerca de mi deliciosa bebida, pero no puedes negar que eres parte del lado amargo de los amantes del café, ya que ese café negro amargaría a cualquiera —señalo con el dedo mientras hago una mueca de desprecio.
—No me molesta, pero a los amantes del café lo único que nos importa es la cafeína, la droga que nos recuerda que la vida es agotadora. En cambio, la gente como tú prefiere gastar unos dólares extras en un intento vano de café, solo para darle un sabor dulce.
Tomando un sorbo de mi bebida, admito que estos pequeños roces amigables nos ayudan a romper el hielo.
—Sí, sí, el Sr. "Soy un hombre de verdad, porque mi café es negro como mi alma, en lugar de dulce como mi compañía".
Attom da un sorbo a su café y golpea su pecho como un cavernícola, mientras una camiseta con el nombre de "Arielle Gagnon" se muestra junto a una especie de prospecto de tatuaje; todavía recuerdo que Attom me dijo que le regalaban camisetas así de gente conocida. Volviendo al gesto... Es tan ridículo que no puedo evitar reír a carcajadas. Por más tonto que sea, nunca me cansaría de ver a un tipo como él hacerlo.
A pesar de nuestras bromas, somos conscientes de que hay muchos problemas sin resolver entre nosotros. Sabemos que no hay una solución mágica, y la confianza es algo que debemos construir juntos. Cada vez que Attom me hace sonreír, me recuerda que todavía hay una oportunidad para superar los obstáculos que enfrentamos.
Tras dar un sorbo de su café, veo cómo Attom coloca sus manos a ambos lados de su vaso, flanqueándolo con una actitud más seria y concentrada.
—Bueno, creo que es hora de tener una conversación seria después de habernos relajado un poco —comenta en un tono más sereno, y asiento en acuerdo. Es el momento de abordar estos temas para poder avanzar, sino se nos hará demasiado complicado—. Debería empezar hablándote de Paul, quien fue mi novio durante dos años, y yo pensaba que estaríamos juntos para siempre, a pesar de nuestras diferencias. —Su mirada se entristece y cae hacia la mesa—. Normalmente no hablo de él con nadie porque es un tema delicado que me hace sentir mal, pero creo que es importante que lo sepas si planeamos... seguir adelante, Rojo. Lo que siento por ti es real, y aunque duela cuando cometemos errores, no puedo ignorarlo o dejar de sentirlo porque es imposible.

ESTÁS LEYENDO
𝕸𝚊𝚛𝚌𝚊 (𝙸𝙼)𝓟𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚊
No Ficción[LIBRO 1] Hallen es un profesor de ciencias en la secundaria, el cual intenta que su vida intente ser lo más correcta posible, y sin embargo parece que nunca encuentra el marcaje perfecto para que todo cobre sentido. Tanto su vida como él son un des...