𝕸𝚊𝚛𝚌𝚊 (𝙸𝙼)𝓟𝚎𝚛𝚏𝚎𝚌𝚝𝚊

24. Hallen NO es Paul

𝙰𝚝𝚝𝚘𝚖

No estaba precisamente enojado porque no quisiera follar conmigo. Mi molestia se alimentaba de la confusión y la frustración que se habían ido acumulando desde el fin de semana anterior. Sentía que tal vez me estaba castigando por lo que había sucedido durante esos días, y permití que mi enojo se apoderara de mí. Mi mente se sumergió en un torbellino de emociones y pensamientos, y en ese momento, me resultó imposible encontrar un razonamiento lógico... aunque esto pareciera más una excusa que una justificación.

Mi ego se tambaleaba al pensar que quizás no era lo que esperaba, que no era suficiente para él. Los momentos compartidos, que para mí habían sido especiales, parecían haber perdido su significado para él. Me sentía vulnerable, expuesto, y lamentablemente, dejé que esa vulnerabilidad se convirtiera en enojo en lugar de enfrentarla y hablar sobre mis sentimientos. Mi reacción impulsiva solo empeoró las cosas en lugar de solucionarlas.

Una vez que me doy cuenta de que soy yo quien lo trajo aquí, y no tengo idea de cómo va a llegar a casa, también me siento como una completa mierda. Observo a través de la ventana mientras él se sienta en la acera, esperando que alguien venga a buscarlo. La sensación de culpabilidad me abruma, y una mezcla de remordimiento y preocupación se apodera de mí.

Al ver que un auto que él reconoce lo recoge, finalmente puedo dejar de preocuparme por si llegará bien a casa. Quiero salir y correr tras él, decirle que lamento todas las cosas horribles que dije, que lo valoro y que no quería herirlo de esa manera. Sin embargo, sé que es demasiado tarde para retractarme de las palabras que lanzamos en medio del calor del momento. No puedo culpar al alcohol por esta vez, ya que ni siquiera habíamos bebido hoy.

Incluso antes de que saliera de mi apartamento, deseé poder haberlo detenido, deseé que todo lo que se dijo se hubiera quedado sin decir. Pero en lugar de eso, me quedé allí, inmóvil, viéndolo salir corriendo de mi apartamento, sin siquiera mirarlo. 

Aunque el remordimiento me consume, en algún lugar de mi mente, sé que, en ese momento, quizás fue lo mejor para ambos.

Con todos sus toques inocentes y la forma en que se mostró distante en las dos ocasiones que tonteamos, no sé por qué me sorprendió descubrir que era virgen. Fui tan testarudo al mantener mi guardia alta que ignoré todas las señales claras que tenía justo delante de mí. Hallen es realmente tan inocente como parece, y cuando reflexiono sobre cómo su rostro se entristeció cuando le dije que se fuera, una aguda punzada de culpa me golpea en el estómago. 

Odio saber que lo hice sentir de esa manera, y la culpa se mezcla con el remordimiento mientras considero la forma en que lo traté. No quería sentirme culpable, pero parece que este tipo tiene el don de hacerme sentir cosas que preferiría ignorar.

Casi doy un paso hacia la puerta para seguirlo, pero en un momento de lucidez, me contengo. Me doy cuenta de que, en realidad, no necesita a alguien como yo en su vida. Mis palabras hirientes fueron sinceras cuando le dije que no haría que su primera vez fuera especial, porque he perdido la capacidad de ser ese tipo de persona. Aunque deseo profundamente ser el primer hombre que experimente todas esas primeras veces con él, sé, en el fondo de mi ser, que merece algo mucho mejor.

Pero eso no quita la punzada de dolor en mi pecho, la conciencia de que tal vez, solo tal vez, me perdí la oportunidad de algo hermoso con él. Por un momento, me imaginé compartiendo cada experiencia única con él, explorando juntos los placeres del cuerpo y el alma. Pero mis propias inseguridades, mis miedos y mis experiencias pasadas me llevaron a actuar de manera tonta y herirlo.

El arrepentimiento y el deseo de arreglar las cosas se mezclan en un torbellino en mi mente, pero sé que no puedo simplemente deshacer lo que ya está hecho. Rojo merece a alguien que esté dispuesto a estar allí para él en todos los sentidos, alguien que pueda ofrecerle la intimidad y el cariño que necesita. No puedo ser ese alguien, al menos no en este momento de mi vida.