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Isabella

- Buenos días a ti también. - Escuche a Valerio a la vez que sentía que se tiraba en la cama a mi lado.

- ¿Qué haces aquí? - No sabía qué hora era, pero todavía no habían sonado las alarmas de mi móvil, así que me volví a acomodar para continuar durmiendo.

- Isabella, son las nueve de la mañana.

Me levanté de la cama de un salto ya que el jet salía a las diez y media de la mañana. Anoche no intercambié más mensajes con Alessio, pero no pude dormirme en horas releyendo cada letra que intercambiamos.

Eran las diez y cuarto cuando llegamos a las escaleras del jet. Amo y Greta estaban en modo romántico ahí en medio, y es que a veces eran tan empalagosos que daba vergüenza verlos.

Valerio y yo subimos juntos, él se colocó detrás mío, imagino que para dejar el hueco de enfrente mía a Greta, pero también para aprovechar y dormir.

Yo no había vuelto a salir desde el viernes, pero no dudaba en que él se lo había seguido pasando genial.

- Gracias por venir Isabella, estoy segura de que nos lo pasaremos genial. Me encanta tener la oportunidad de enseñarte la casa de mi familia. - Me dijo Greta una vez se había colocado en su asiento.

No teníamos mucho en común, pero transmitía siempre una paz y una ternura que era imposible no quererla.

- Seguro, espero que haga bueno porque quiero ir a visitar muchos sitios, de compras, bañarme en la piscina que siempre veo en tus fotos...

- Eso no suena del todo a un castigo, ¿no? - Me dijo riéndose.

- Bueno, mientras tu suegro no se entere... yo no te quitaré el ojo de encima, así que cumpliré mi misión con éxito seguro.

Luego me contó que estaban pensando en cambiar el salón, que querían irse de vacaciones a Italia... y así estuvimos hablando un rato de temas triviales.

- Oye Isabella, quería preguntarte una cosa, pero espero que no te moleste...

- Greta, siéntete con la libertad necesaria para preguntarme siempre lo que quieras, no ves que somos primas. - Le conteste sonriendo y con sinceridad. Aunque no sabía muy bien a donde podía llegar esta conversación.

- Es que tengo duda, ya que se comenta últimamente que Primo y tú pasáis mucho tiempo juntos... ¿Hay algo entre vosotros?. - Me dijo acercándose a mí y en voz muy bajita, como si tuviera miedo de que Valerio nos escuchará.

- Mmm, no, ahora mismo no hay nada. Existe atracción y cariño, no te lo voy a negar, pero es que no acabo de sentir una conexión realmente potente con el. Se que la mayoría de la gente en nuestra sociedad son matrimonios arreglados, así que no descarto esa opción. Se que sería jodidamente feliz con Primo, pero preferiría una conexión antes que algo seguro y pactado, no se si me explico. Y aunque me de igual la sociedad, siendo hija del Consigliere tampoco puedo ir en contra de nuestras tradiciones y ser una solterona. Pero de momento, no tengo prisa. En unos meses seguramente mi respuesta sea otra. - Me sentó muy bien expresar con palabras todo el caos de mi cabeza.

- Entiendo Isabella, no te preocupes. Sabes que nadie te obligará nunca a que te cases, eres muy especial para todos. - Me dijo acompañándolo con una cálida sonrisa.

- Lo sé, pero tampoco quiero perjudicar a mi familia por llevar otro estilo de vida. De verdad que en unos meses seguramente ya esté lista para un matrimonio arreglado, tampoco me preocupa de más, simplemente no me quiero quedar con las ganas de sentir lo que veo en ti y en Amo, en mis padres... pero bueno, siempre puede llegar con el tiempo. - Entonces caí en la cuenta de que la vida social de Greta ahora mismo no iba muy allá de su familia y la mía. - ¿A quién escuchaste comentando lo de Primo y yo?

Against Fate (fanfic Isabella y Alessio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora