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Alessio, 22 años, ACTUALIDAD.

Hoy se cumple un año desde que mi prima Greta se casó con el futuro capo de la Famiglia y se mudó a Nueva York.

Por ese motivo son las seis y media de la mañana y estoy en esa ciudad de fiesta con Nevio después de horas de vuelo, ya que para el no hay nada que celebrar hoy. No ha llevado muy bien el separarse de su gemela y el último año hemos desfasado más todavía, si es que eso era posible.

Hemos salido en busca de alguna puta esta noche, ya que por la alianza no podemos hacer nada sangriento en este territorio.

Estoy acabando de fumar un cigarro en un callejón al lado de la puerta de un pub donde buscaremos a alguien esta noche cuando la escucho. No me hace falta girarme para saberlo, pero igualmente lo hago inconscientemente, y la veo.

La dueña de esa risa es Isabella Vitiello, mi prima segunda. Y por mucho que sea mi prima, desde que conocí su existencia, su sola presencia me altera la sangre como ninguna otra mujer que haya conocido. Me fijo en el chico que la acompaña, y reconozco a Primo, su acompañante. Busco con la mirada a su primo, que es con quien siempre suele estar y me enfado muchísimo al no verlo.

No entiendo que hace esta chica aquí, con ese vestido y a estas horas acompañada de una persona que no es de su familia.

Tiro el cigarro y cuando empiezo a andar para ir hacia ella, veo que sale Valerio y se une a ellos. Me relajo lo suficiente para parar mis pasos.

Decido ignorarlos y entrar de nuevo, voy directamente a la sala VIP y me siento con la copa que había pedido anteriormente. Nevio ya tiene a dos putas  y veo como se levanta y se las lleva con el, imagino que buscará alguna habitación cerca y decido hacer lo mismo.

Busco con la mirada y una rubia me ve y se dirige hacia mi sonriendo mientras contonea sus caderas. No estoy de humor para juegos, por lo que me levanto, voy hacia ella y la agarro del brazo para llevármela al baño.

Nos encerramos en una cabina e intenta besarme, pero la giro y la pongo mirando contra la puerta. A ella parece no importarle porque empuja su culo hacia mi, y rápidamente me bajo los pantalones y los bóxers. Saco un condón y me lo pongo.

Después con una mano agarro las suyas y se las sujeto por encima de la cabeza, mientras que con la otra le subo el mini vestido que lleva y me doy cuenta de que no lleva bragas. La empiezo a acariciar el clítoris y ella apoya su cabeza en mi hombro mientras gime.

Cuando creo que está suficientemente mojada, colocó mi punta en su entrada y me estrello contra ella. Mientras empujó no sale de mi cabeza la imagen de una pelirroja preciosa, y eso solo hace que me frustre más. Sigo empujando con fuerza mientras pienso en los motivos razonables por los que no puedo hacer esto con ella:
1- Es mi prima, aunque sea lejana.
2- Me odia.
3- Seguramente sea virgen.

Al final me acabo corriendo, pago a la rubia y salgo de la cabina todavía más frustrado de lo que entre.

Solo quiero sangre o quemar algo. No estoy acostumbrado a no tener lo que quiero, y sé que nunca podré hacer a Isabella mía, pero su imagen siempre vuelve a mi cabeza cuando menos me lo espero.

El día que la secuestre sólo era una niña, porque aunque la sacó apenas un año, en ese momento físicamente éramos muy distintos. Recuerdo cómo temblaba contra mí y después de toda la mierda que hago todos los días, sentí la necesidad de protegerla. Vaya puta ironía, proteger a la persona que tenía secuestrada y que igual esa noche acababa matando para proteger  a mi familia.

Against Fate (fanfic Isabella y Alessio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora