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Isabella

Venir a casa de mis padres después de los últimos días había calmado mucha de la presión en mi pecho.

Habíamos comido juntos, como siempre, haciendo bromas y hablando de temas triviales.

Ahora me había quedado a solas con mi padre porque mi madre se había ido después de mucho insistirla a dar un par de clases que tenía programadas y la verdad que me volvió un poco esa molesta presión.

Seguí a mi padre al salón y me senté a su lado. Él inmediatamente paso un brazo por detrás de mi espalda para abrazarme contra su costado.

- Isabella, tú nunca podrías decepcionarnos. Eres mi hija y para mi siempre serás perfecta. Pero a veces las cosas no salen como uno las tiene pensadas y es complicado. - Me dijo todo de carrerilla porque para mi padre esto tenía que ser igual de difícil que para mi.

- No lo tenía pensado... solo quería conocerlo más, pero al final se acabó complicando todo. - Era mi única defensa.

- Sé que no querías casarte con Alessio nada más conoceros, creo que te conozco suficiente para saber que es verdad. Pero sabes que hay unas normas y aunque me encantaría casarte con Primo y sé que él aceptaría todo esto, creo que al final solo haría todo más difícil, como le paso a Amo.

Amo... a él le obligaron a casarse con una chica la cuál había acabado siendo asesinado por Nevio. Era lo único en lo que podía agradecer a la vida que existiera.

- No quería irme de Nueva York... y menos así, he sido muy feliz aquí y os voy a echar muchísimo de menos.

- Lo sé preciosa, lo sé. Nosotros a ti también, pero está siempre será tu casa pase lo que pase.- Me dijo dándome una caricia en la cara.

- Te quiero papá, gracias por darme esta vida.

Me dio un beso en la cabeza y no dijimos nada más. Simplemente me quede acurrucada a él igual que cuando tenía diez años, hasta que me pudo el cansancio y me quede ahí dormida.

Mi padre había sido el primer hombre que había amado y eso no me lo quitaría nunca nada ni nadie.

Alessio

Los últimos diez días habían sido un caos y no precisamente al que estaba acostumbrado.

Por un lado estaba Nevio, que era en lo que más energía había gastado. Estaba más desquiciado que de costumbre desde que le dio Remo la noticia de que no se merecía ser capo.

Desde entonces dormía con un ojo abierto porque sin palabras sabía que me había declarado una guerra y estaba esperando su ataque.

Pero lo peor es que me tocaba jugar a ser niñera con él y me pasaba el día viendo la mierda que hacía mientras cubría los posibles daños colaterales. No era de extrañar que de repente todos los deudores estuvieran pagando sus deudas porque se rumoreaban ya demasiadas cosas.

Remo y mi padre estaban preocupados por los camorristas porque no querían que trascendiera mucha información, pero era obvio que algo pasaba. Era tan sencillo como darse cuenta del cambio de rol que había tomado Nevio para que empezaran a hablar.

Against Fate (fanfic Isabella y Alessio)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora