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UNA PELIBLANCA CON UN PRECIOSO VESTIDO MORADO OBSERVABA CON ATENCION como el fuego de la chimenea consumia la madera sin percatarsr que su padre entro en la habitación.

- Veo que el pequeño Joffrey te canso - dice el canalla sentandose al lado de su hija

Dhaenyra sonrio observando al hombre.

- Es muy dulce y energetico apenas si puedo seguirle el paso por un momento recorde cuando era niña y solia agarrar tu daga para que jugaras conmigo - hablo con una sonrisa, pero a la vez con nostalgia

El principe solto una pequeña risa al recordarlo, pero luego su mente se lleno de los recuerdos cuando entrego a su hija a aquel maldito borracho.

- Debieron durar mas - dijo con dureza - En su lugar tuviste que casarte con el puto intento de heredero -

- Padre - interrumpe Nyra ya cansada - Hemos hablado sobre esto muchas veces no se pudo evitar -

- ¿Solo por que tus sueños te los mostraron? - cuestiona duramente el hombre

- Daenys Targaryen en sus sueños vio la destrucción de la vieja varirya, ella salvo a nuestros ancestros gracias a sus sueños - contó recordando sus clases de historia

- ¿Y a quién salvaras por haberte casado? - pregunta serio Daemon

- Hay que averiguarlo, todo se mostrara en el momento indicado solo hay que ser pacientes - dice con calma la jovem

- ¿Paciencia? - Daemon estaba a punto de explotar - ¿¡Paciencia Dhaenyra!? Fuiste obligada a casarte con un maldito, apenas si eras una niña, ahora acaban de encamarse y se que fue horrible tanto Anastacia como James me contaron lo sucedido al igual que la servidumbre ya que vieron moretones en tu cuerpo ¡Maldita sea Dhaenyra eres una victima más de Aegon! - 

- Lo sé - habla con calma la princesa - Pero como ya de dije era inevitable, me gusta pensar que al final mis sueños me mostraran algo mas grande del por que sucede esto -

Daemon ya harto se puso de pie tirando la silla al suelo con fuerza mientras miraba a su hija con severidad.

- Los sueños no nos salvaran de algo mas grande, los dragones si por eso tu tienes que ser uno - sentencio el peliblanco

- Yo no soy como tu padre, no puedo ser un dragón, no como el que tu deseas - susurro mirandolo a los ojos

Fue cuando las puertas se abrieron dejando entrar a la heredera al trono quien al ver la situación en seguida corrio hacia su hija quien solo miraba fijamente al principe canalla.

Dhaenyra era conciente que habia hecho su padre y de lo que es capaz de hacer, pero para ella no es algo importante solo lo veia como su padre, el hombre que ama sin importa nada por eso mismo no le tiene miedo ya que sabe muy bien que el jamas podria dañarla.

Sin mas el hombre se fue furioso dejando a su esposa confundida pero aquello se fue al escuchar los sollozos de su amada hija.

- Hija - dice con suavidad abrazandola

Era obvio que Dhaenyra jamas deseo casarse con Aegon ni mucho menos acostarse con el, ella no lo pidio, pero eran ordenes del rey y su palabra era ley no podia ir en contra de su mandato a pesar de que le doliera todo lo sucedido.

- Ya paso mi dulce niña, estas conmigo ahora - susurro Rhaenyra acaruciando la espalda de su hija

- Padre esta enojado conmigo - sorrozo la menor

- No esta enfadado, bueno no contigo, es con los démas quienes permitieron tu boda con Aegon incluso se culpa a el mismo por no haberte salvado - contó con ese mismo tono sueve

Rhaenyra Targaryen con su hija en brazos recordo, como por primera vez se acosto con Daemon y de esa noche nació su niña amada. Fue dificil fingir que se embarazo de nuevo aún cuando su hijo Jacerys apenas si tenia unas lunas de haber nacido, pero aquello poco importo cuando la tuvo en brazos aunque pronto entro en panico al ver como su hija era identica a su padre.

Fue cuando con ayuda de Anastasia y Sir Harwing fingieron que habia perdido al bebé, aunque esas lagrimas si fueron reales ya que el guardia se llevo a su hija a Lys donde se encontraba Daemon Targaryen con su recien esposa Laena Velaryon, nunca podra decirle a la mujer lo tan agradecida que esta por cuidar y amar a su hija como si fuera suya.

Ahora su tan esperada hija estaba casada con su medio hermano un hombre descrito como borracho, irreaponsable, una decepción de principes que bebe vino como si fuera agua y gasta el oro del rey con mujeres de la calle de seda.

En cambio su niña era descrita como una buena princesa siendo amable, respetuosa, cariñosa pero sobretodo un verdadero encanto de persona, haciendo que a mas de uno o una callera rendidi bajos sus encantos.

- ¿Tú también estas enojada por haberme perdido otra vez? - cuestiona muy bajo la joven

- ¿Qué? - dice sorprendida la mayor mirando el rostro de su hija

De niña solia parecerse a Daemon, pero ahora que sus facciones han madurado se a dado cuenta de su gran parecido con Rhaenyra.

- Lo sé - confiesa Dhaenyra agarrando las manos de su madre - Lo de tu y padre... Y me alegra... Me alegra que tu seas mi madre -

Poco le importaba a la heredera del trono saber como su hija se entero ahora ella soltaba lagrimas de felicidad abrazando a su hija con fuerza sin lastimarla.

- Mi dulce niña, he esperado este dia desde el dia que te fuiste de mi lado - cuenta acariciendo el cabello de la menor - Soy tu madre mi amada hija y quiero que sepas que nunca quise separarme de ti yo siempre te ame, lo siguo haciendo y siempre lo hare -

- Lo sé mamá - susurro una alegre Nyra - Yo también te amor y mucho -