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NO EXTRAÑABA NI UN POCO LOS DOLORES DE PARTO NI MUCHO MENOS EL OLOR a sudor y sangre, aunque al menos se sentía más calmada al tener a su madre al lado suyo quien sujetaba su mano en todo momento al igual que su hermana menor Rhaena quien estaba a...

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NO EXTRAÑABA NI UN POCO LOS DOLORES DE PARTO NI MUCHO MENOS EL OLOR a sudor y sangre, aunque al menos se sentía más calmada al tener a su madre al lado suyo quien sujetaba su mano en todo momento al igual que su hermana menor Rhaena quien estaba acariciando su espalda mientras elle pujaba.

- ¡Usted puede princesa! - anima la partera

Ella grita de dolor, estuvo rezando a la madre para que le ayudara de nuevo debido a que en su primer parto al dar mellizos fue bastante doloroso y al final quedó casi tres lunas en cama, ahora serian sus segundos mellizos así que en cuanto sintió el dolor en la mañana supo que el labor de parto empezaría, ahora una hora después estaba pujando a la melliza mayor, su Daella.

- Ya casi se ve la cabeza - anuncia una de las mujeres

Ella sonrío ligeramente para luego seguir pujando, sentir como tus adentros de abren era algo doloroso, la sangre que perdías, el sudor que produces y los gritos al igual que llantos que se escuchan por todo la habitación eran cosas que pasabas por el labor de parto.

- ¡Tu puedes Nyra! - anima Rhaena sujetando su mano

Y mientras más empujaba o mientras más gritaba pudo respirar por un momento en paz en cuanto escucho el llanto de su bebé, la de su niña.

- ¡Es una niña! - anuncia la partera sosteniendo a la recién nacida

Muchos sonrieron alegres, pero eso termino cuando de nuevo Dhaenyra soltó otro grito, ya venia en camino su pequeño Daemon.

- Es otro - dijo Rhaenyra sorprendía

Y de nuevo el dolor inmenso comenzó mientras observaba como su hija era cuidada por Lady Anastasia.

Mientras eso sucedía adentro, afuera de la habitación se encontraban los príncipes Velaryon cuidando a sus sobrinos mientras que el príncipe Daemon estaba caminando de un lado a otro sin saber lo que sucedía adentro.

Halaena Targaryen mientras tanto estaba bordado dos mariposa, una de color violeta y otra de color azul mientras tarareaba una pequeña canción que Dhaenyra le enseñó.

Y bueno Aemond estaba tratando de disimular sus nervios mientras escuchaba los gritos de su esposa, por unos momentos estaba pensando seriamente entrar a la habitación para poder estar acompañándola en esa batalla. Aegon por su parte estaba moviendo su pierna con nervios, sabía que el labor de parto era algo bastante largo, pero no creía que fuera tanto.

- Príncipes - dice Sir James saliendo del cuarto

Él era el único hombre en esa habitación ya que Barnes juro fielmente proteger y estar para la princesa en cualquier momento.

Todos voltearon al verlo y más debido a su expresión de sorpresa.

- ¿Qué sucede? - pregunta Jacaerys cargando a Alyssa

- ¿Y Nyra? ¿Esta bien? - pregunta Lucerys cargando a Baelon

- Bueno... Como explicarlo - comienza a decir el hombre - La princesa Dhaenyra dio a luz a una niña -

Todos sonrieron aliviados al escuchar esas palabras para luego alarmarse cuando se escucho un grito de dolor.

- Pero, ahora está dando a luz a un nuevo bebé - finaliza de decir el Norteño

- ¿De nuevo mellizos? - dice Aegon asombrado levantándose de su asiento

- Así es mi príncipe - responde el hombre para luego ver de reojo a Aemond - Felicidades -

Antes de que pudieran hacer algo se escucho un llanto de otro bebé para luego salir de la habitación Lady Anastasia con una sonrisa.

- Nuestra princesa Dhaenyra ha dado a luz a mellizos - todos sonríen ante la noticia - La princesa Daella y el príncipe Daemon -

Todos los presentes ahí sonrieron y más cuando pudieron ver a Rhaenyra cargando a su segunda nieta y a Rhaena cargando a su segundo sobrino.

Los dos se veían igual de saludables, la pequeña con cabello rubio casi blanco como alguna vez lo tuvo su bisabuela la princesa Alyssa mientras que sus ojos son de un precioso color violeta casi rosado.

El niño al igual que su melliza tiene el cabello rubio, pero en realidad parecía más plateado que blanco, y tiene unos precioso ojos violeta puros.

- Son preciosos - dice Aegon

Aegon es un muy mal esposo, a pesar de sus intentos no es alguien hecho para la vida matrimonial siempre engañando a su esposa para luego lamentarse por eso teniendo un círculo vicioso, pero como padre es alguien muy diferente ya que adora a sus hijos al pensar que es lo único bueno que ha hecho en su vida.

- Dignos jinetes de dragón - habla Daemon ignorando las palabras de Aegon

- Por la mañana ordene que trajeran dos huevos de dragón al enterarme que mi cuñada ya estaba dando a luz - dice Aemond observando detenidamente a sus sobrinos

- Eso es muy amable de tu parte Aemond - dice Rhaenyra observándolo

- Mira a tus hermanos Bae - dice Lucerys tratando de cargar bien al bebé

El príncipe Velaryon se asusto un poco cuando el bebé se le fue arrebatado de los brazos por Aemond quien ni siquiera lo vio siempremente cargo al niño para que pudiera ver bien a sus hermanos menores.

- Es tu hermano y hermana Baelon - susurra el Targaryen

- Se parecen a Dhaenyra - dice contenta Rhaena

Se escucharon pasos dejando ver a padre e hija Hightower quienes sonrieron.

- Bendita sea a la madre - habla la reina verde acercándose a la princesa Rhaenyra y Rhaena - Dos preciosos niños -

- ¿Y como se encuentra la princesa Dhaenyra? - pregunta Otto cerca de su nieta Halaena

- Descansando - responde la heredera al trono - Lady Anastasia junto con la partera y demás servidumbre se encargan de ella -

Alicent carga a su nieto quien parecía ser alguien muy inquieto ya que con sus pequeñas manos quería tocar todo lo que lo rodeaba y observaba todo con suma atención.

- El es Daemon - dice Jacaerys

- Y ella es Daella - dice Lucerys

- Nombres precioso, los mismo que me había comentado Dhaenyra - habla la reina observando a su nieto

Mientras que adentro de la habitación Lady Anastasia limpia con suma delicadeza a la princesa quien se sentía muy cansada.

- Ha hecho un trabajo honorable - dice Sir James cargandola hasta su cama ya limpia

- Como siempre - comenta la partera - Dos preciosos niños, no hay mujer más bendecida que usted mi princesa -

Aquello la hace sonreír mientras trata de dormir debido al gran esfuerzo que hizo.

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