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RECUERDA AQUELLOS CUENTOS QUE SOLIA LEERLE SU ABUELO cuándo era mas pequeña, dondé una princesa se casaba con su principe azul y vivían felices por siempre en su caso nada era así, no tenía amigos animales que hablaban (si es que no contaba con Dhagar), no tenía un hada madrina y mucho menos vivirá feliz por siempre.
Podía ver como todas las criadas corrían de un lado a otro solo para que pidiese verse como una verdadera novia no como una niña que fue obligada a casarse, a pesar de saber lo que sucedería y lo acepto aún no podía evitar sentirse triste.
- Mi princesa - hablo Anastasia con suavidad
La pequeña volteo encontrandose con la azabache al lado de su padre.
- Kepa (papá) - dijo feliz corriendo hacía los brazos del hombre
- Ñuho glaeso hūrus (luna de mi vida) - susurro el canalla al tener a su hija entre sus brazos
Todas las criadas se retiraron dejando a padre e hija a solas, ambos siguieron abrazados por un momento hasta que la puerta fue abierta nuevamente dejando ver a Rhaenyra quien en seguida abrazo a su única hija repartiendo besos por sus mejillas.
- Mi dulce niña - dijo la heredera sosteniendo la cara de su hija entre sus manos
- Te extrañe - confiesa la menor tratando de mantener su sonrisa aunque en realidad queria llorar entre los brazos de su padre - A todos, los cuervos no son lo mismo que tenerlos en frente -
- ¡Nyra! - grita una desconsolable Rhaena entrando al cuarto
Las hermanas se dan un gran abrazo al fin despúes de tantos dias, noches, horas, minutos y segundos estaban reunidas al fin estaban juntas solo faltaba Baela para que las hermanas pudieran estar juntas.
- Luces bonita - alagá la menor separandose de su hermana mayor limpiandose con rapidez sus lagrimas
Era verdas, Dhaenyra lucía bonita en aquel vestido blanco, con encajes de flores, bordados de dragones, un belo semitransparente con pequeñas mariposas y finalmente su capa de doncellez color rojo que tenía bordado olas algo que representaba su lado Velaryn aunque realmente no lo tenía.
- Como las perlas del mar diría yo - dijo Corlys Velaryon en el marco de la puerta - Y toda perla necesita algo tan bello como ella -
Sin más el hombre se hacerco a su nieta dejando en su cabeza una peineta bañada en plata con perlas a su alrededor y con zafiros.
- Gracias abuelo - dijo sonreindo la menor
- Mi princesa - hablo una criada llegando al cuarto - Ya es hora -
[ 🔮 ]
LAS CAMPANAS DEL PUEBLO COMENZARON A SONAR A LO CUAL las personas comenzaban a salir de sus hogares viendo como en el carruaje veía la funtura novia todos estaban emocionados por lo cuál lanzaban flores en especial margaritad algo que hizo sonreíar a la novia.
- Podriamos huir - propuso el principe canalla a su hija
- Solias decir que huir es solo para las gallinas y que yo no era un gallina soy un dragón y los dragones no huyen - dijo Nyra viendo hacia la ventana
El hombre suspiro, era cierto cuando su primogenita le tenía miedo a las alturas causando que no quiera montar a su dragón, le dijo esas mismas palabras logrando así ver como su tan querida hija volaba sobre Dhagar.
- También recuerdo que mamá te regaño por habermelo dicho y dormiste en la sala principal por cinco días - agregó la peliblanca
- No me lo recuerdes aún tengo dolor de espalda - dice divertido el hombre
Ambos soltaron pequeñas risas pero estas desaparecieron cuando el carruaje se detuvo dando a entender que habían llegado a su destino.
Ambos llegaron a la puerta observando a muchas personas de distintas casas pero las que sobresaltaban eran los Stark ya que era una sorpresa verlos fuera del Norte y los Arryn familia lejana de la novia.
Según el bufón Champiñon muchos invitados veían con admiración a la pequeña novia debido a su vestimenta pero si no hibiera sido por eso estonces la verían con pena, una niña de diez años casandose con alguien que le lleva más de tres años eso no era una esposa era una niña obligada a casarse.
Daemon con cada paso que daba quería agarrar a su hija y correr lo mas lejos pisible pero por primera vez no podia hacerle caso a sus instintos solo podía ver con odio a su sobrino con su maldita sonrisa de orgullo era una suerte que había tantos guaridas por que si no fuera así el canalla le borraria la sonrisa a Aegon con golpes.
El tacto del primer hijo varón de rey Viserys era frío eso lo pudo comprobar Nyra al hacer un pequeño rose entre sus manos era extraño la sensación ya que su mano estaba tibia pero la de Aegon estaba fria causando que tenga piel de gallina.
El septon supremo era ya un hombre mayor era claro pero en su voz se escuchaba la juventud debido a que su tono era fuerte para que todos los invitados lo escuchen pero Dhaenyra no lo hacía, solo pensaba en su sueño.
No sabía de quien era el cuarto, solo que estaba en la fortaleza roja pero de pronto vió a una mujer que antes no pudo reconocer, al hacercarse más vió los ojos azules de su tia Aemma esta sonreía.
Luego ella desaparecio dejando ver a una mujer no tan alta, con cabello blanco pero era curioso su corte de cabello ya que todo era corto casi a los hombre a exepción de dos mechones delanteros que eran largos le parecia divertido.
De pronto desperto de su ensoñación al sentir otra vez aquel tacto frío pero en sus labios, Aegon la estaba besando y por un momento quizo llorar debido a que el estaba agarrando sus manos demaciado fuerte al igual que mantenia una gran presión en el beso.
Al separarse escucho los aplausos de las personas, al levantar su vista lo primero que vio fue el ojo de Aemon el se veía preucupado debido a que en los ojos violetas de la peliblanca había escapado pequeñas lagrimas que nadie pudo observar a exepción de Aemond
