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QUIZÁS DEBIÓ PENSARLO MEJOR O ALGO PARECIDO YA QUE AHORA PODÍA VER A LOS HOMBRES de Harrenhal viendo con temor a Dhaegar quien parecía feliz estando ahí así que en cuanto bajo de su fiel amigo a la primera persona que vio fue a su padre quien corrió hacia ella abrazándola, era extraño, demasiado extraño a decir verdad, pero no hizo nada más que corresponder la muestra de cariño.
- Ñuho glaeso hūrus (luna de mi vida) - susurro besando su mejilla con cariño
Daemon en sus noches ahí pudo ver a su pequeña hija siendo una niña de nuevo jugando a su lado, eran los únicos momentos en que podía sentirse realmente feliz ya que su amada hija también lo era y verla ahí solo aliviaba más su mente.
- Kepa - sonríe contenta
- ¿Los niños? - pregunta preocupada
- Es un lugar seguro - responde con tranquilidad
A los lejos una joven de cabello negro observa todo, sonríe al observar mejor a la princesa, era incluso más bonita de cerca así que la estuvo siguiendo siempre cuidando que ninguno de los dos lo vea así que en cuanto estuvo sola pudo actuar por primera vez.
- No creo que una reina debería estar en un lugar maldito como este - hablo de repente
No la llego a asustar.
- No soy una reina, soy una princesa - responde con tranquilidad
- No es lo que susurran - sonríe
- ¿Cuál es tu nombre? - pregunta curiosa
- Alys Rivers, seguramente conoces a mi hermana menor -
- Anastasia - susurra por primera vez sorprendida
- Así es ¿Y qué hace aquí, princesa? - enfatiza la última palabra
- Vine por mi padre - responde con tranquilidad - La guerra se ganará tanto como hombres como con dragones -
- Pero tu no quieres asesinar a nadie - dice con media sonrisa
- Lo sé, pero en una guerra siempre se pierde y eso nadie lo puede evitar - responde con una mueca
- ¿Lo has visto? - sus ojos violetas se iluminan - En tus sueños -
- No -
- ¿Y qué has visto? - pregunta una vez más
- Dragónes, muertos, todos ellos -
Sus ojos representaban algo más, no sabía cómo explicarlo, pero aquello parecía provenir de la vieja valirya y en ella estaban esos pequeños rastros.
- Tú no morirás, al menos no aquí -
En seguida eso llama su atención provocando que camine cerca suyo hasta quedar frente a frente, su vestido negro con varias joyas que adornan su ser era una imagen devastadora, sobretodo por sus ojos ligeramente hinchados.
- ¿Eres una soñadora? - pregunta con ilusión - ¿Como yo? -
- Lamento decepcionarte princesa, pero soy algo parecido a eso -
- ¿Podrías ayudarme? Cada que sueño solo veo eso y es ciertamente frustrante así que necesito tu ayuda -
- ¿Y qué me dará a cambio de mi ayuda, mi princesa? - dice con una pequeña sonrisa
- ¿Qué necesitas? Te puedo dar lo que necesitas si esta a mi alcance - responde en seguida
- Deseo... - se acerca con cierto peligro a la Targaryen - Una noche contigo, siempre me pregunté que era estar con alguien de la familia real -
Aquello hace que la princesa se sorprenda y de un paso hacia atrás.
- Disculpa, pero debo denegar esta propuesta tan poco común - contesta desviando la mirada
- De igual manera no te iba a dar tiempo, después de todo tu abuela necesitará tu ayuda -
- ¿Mi abuela? - pregunta asustada
- Ve cerca de aquí, vuela y cuando veas fuego ahí estará - besa con rapidez su mejilla - Te veré luego princesa -
Con eso en seguida la Targaryen corre hacia su dragón, poco le importo que siguiera con un vestido o que estuviera lloviendo, pero necesitaba correr hacia su abuela para asegurar su seguridad.
[ 🔮 ]
Y AHÍ ESTABA, EN MEDIO DE UNA PELEA, PERO EN LUGAR DE PARTICIPAR ESTABA EN LA TIERRA acercándose poco a poco a aquel dragón que luce igual que el suyo, pero con la diferencia que este estaba mal herido y en medio de este estaba su esposo.
- Aegon - murmuró asustada caminando hasta él quitando su casco, vió algunas quemaduras en su piel, pero seguía respirando
- Nyra - murmuró abriendo los ojos
Se sentía horrible, quería odiar a Aegon, pero no podía ya que algunas veces lo seguía viendo como ese niño dulce que solo quería su atención así que simplemente acaricio con cuidado su mejilla para luego besar su frente.
- Todo estará bien - murmuró
No podía matarlo, no así y además no era su deber hacer algo como eso, como su abuela no los mato cuando tuvo su oportunidad ahora ella estaba en la misma situación mientras se aferraba al cuerpo de su moribundo esposo.
- Baelon - susurra el Targaryen
- Esta a salvo, Daella pregunta por ti todas las noches y Daemon dice ahora más palabras - susurra con pequeñas lágrimas en sus ojos - Alyssa te extraña -
Fue cuando escucho aquel chillido, levanto la vista y lo primero que vio fue a un dragón rojizo ser derribado por Vhagar aquel dragón que le perteneció alguna vez a su madre estaba asesinando a Meleys.
¿Qué diría su pobre abuelo? Ver cómo su dragón asesina al dragón de la mujer que alguna vez amo y ahora ella con lágrimas en los ojos al igual que rabia acumulada se subió a Dhaegar no sin antes besar una vez más la mejilla de Aegon para luego salir entre los árboles.
Nadie se esperaba ver a un dragón más y mucho menos al de la Reina Dhaenyra o princesa dependiendo el bando. Aquel dragón dorado sorprendió al de color verde que sin poder defenderse recibió fuego en una gran parte de sus alas.
El grito de soltó Dhaenyra era de rabia mezclada de dolor, primero Aemond asesino a su dulce hermano y ahora a su abuela, ella le dio todo de sí ahora es como le paga, no más amor.
- ¡Dracarys! - grito con fuerza acompañado de un grito lleno de furia
Vhaegar sin intenciones de lastimar al dragón o a su jinete solo pudo chillar de dolor mientras recibía el fuego y caí al suelo, mientras que su jinete veía con dolor como la mujer que amaba protegía el pequeño castillo y se llevaba tanto la cabeza del dragón rojizo como lo que quedó del cuerpo de Rhaenys Targaryen.
