En el pueblo...

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Los árboles de Fairy Oak caían con rapidez, uno tras otro, y los habitantes poco podían hacer para evitarlo.

La gente peleaba contra las bestias sin descanso, luchaban juntos, codo con codo, tal y como lo habían hecho tiempo atrás. Los hombres se habían organizado en tres grupos: El primero protegía a Roble, si este caía todo el pueblo quedaría en ruinas; el segundo luchaba al límite de la muralla, evitando que entraran más criaturas horripilantes; el último supervisaba a aquellos que no combatían, a mujeres y niños.

El resultado parecía estar más o menos igualado; sin embargo, algo estaba empezando a debilitar a los ciudadanos.

No eran solo los árboles, muchos edificios estaban siendo derribados y los huertos estaban completamente destruidos; aún así, el factor clave que estaba desequilibrando la balanza era la falta de magia. Los mágicos caían del cielo y los conjuros comenzaban a fallar, la magia se estaba esfumando y Tomelilla se había dado cuenta.

-¡Duff! -exclamó la anciana bruja de la luz justo después de hechizar a un par de ogros mientras observaba su alrededor -, ¡Tenemos que terminar con esto! ¡No podemos perder!

Sin embargo, el mago de la oscuridad no había podido escucharla puesto que un gran monstruo se había echado sobre él. La anciana al verlo no tardó ni un segundo en murmurar un par de encantamientos para tratar de ayudar a su amigo, pero no salió nada. Nada. No podía hacer conjuros, no podía.

-¡Duff! -volvió a chillar. El tío de Grisam estaba en un serio aprieto. El bicho ese le acababa de incar los colmillos en su brazo derecho -. ¡Duff, no te rindas!

El mago luchaba y luchaba, y con la poca energía que tenía consiguió transformarse en una bestia similar a la que le había atacado.

¿Por qué fallaban sus poderes? ¡¿Qué estaba pasando?! Tomelilla estaba cada vez más preocupada y seguía concentrada tratando de llegar a la última pizca de magia que quedase en su interior para salvar a su amigo.

-¡Tío!

Una joven voz se había hecho oír entre el jaleo de la batalla, era un nervioso rubio de ojos claros que contemplaba como el hombre luchaba contra la bestia. Seguramente lo hizo inconscientemente, pero al final de todo acabó transformado en un bicho peludo que se unió al combate. Ahora eran dos contra uno.

Finalmente Lala Tomelilla consiguió recitar un conjuro que provocó que aquél monstruo se convirtiera en una inofensiva florecilla.

-¡Duff! -gritó a pleno pulmón la tía de las gemelas precipitándose sobre el cuerpo inmóvil de su amigo. Se había vuelto a convertir en un humano junto a su sobrino pero la sangre no paraba de fluir de su cuerpo -¡Tienes que ponerte bien! ¡Vamos amigo!, ¡Tu puedes!

Grisam observaba el cuerpo de su familiar ensangrentado, no podía evitar que las lágrimas se le amontonaran en sus ojos algo enrojecidos y cansados.

Poco a poco el cuerpo del señor Burdock se iba quedando cada vez más frío y sin vida, la cual le estaba abandonando poco a poco.

La bruja de la luz rompió en llanto. Era su amigo, su mejor amigo, y aunque odiase admitirlo muchas veces parecían más que simples conocidos.

Trató de curarlo, trató de limpiar y cerrar sus heridas, pero no podía, no controlaba sus poderes, estos le habían abandonado.

-Grisam cielo -susurró la tía de las niñas que se parecían como dos gotas de agua -, necesito pedirte un favor.

Se notaba que trataba de retener sus lágrimas para enviar fuerza al muchacho, este sin embargo no podía evitar soltarlas.

Había sido su instructor, su profesor, su guía,pero sobre todo un fiel compañero al que sabía que podía contarle lo que sea. Aún no podía procesar que ese hombre era el mismo que ahora se debatía entre la vida y la muerte.

-Sé que puede sonar insensible, sobre todo sabiendo lo que acaba de pasar... -comenzó diciendo -. Pero es necesario, necesito que vayas a buscar a mis sobrinas.

Los ojos del rubio se agrandaron reflejando su sorpresa y por fin consiguió apartar los pensamientos del cuerpo casi inerte de aquél que le había enseñado todo.

-Solo ellas pueden salvarnos ahora.

-¿Pero cómo...?

-No hay tiempo para dudas... Oye, sé que estás dolido, lo entiendo, pero yo me ocuparé de él. Lo llevaré con mi hermana y trataré de salvarlo, aunque sin mi magia no puedo hacer gran cosa.

«Solo las gemelas pueden restablecer la energía del campo mágico, búscalas y rápido, porque sino están aquí pronto... Podemos dar la batalla por perdida ».


Corto pero emocionante ¿No? ¿Qué piensan? Nos leemos pronto <3




Fairy Oak: Una nueva batalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora