Fairy Oak: Una nueva batalla.

Apoyo para un corazón herido

Las niñas bajaron a toda velocidad y fuimos en dirección a la habitación de los hechizos. Recorrimos el amplio y extenso pasillo que había hasta tal cuarto tan rápido como nuestros pies nos lo permitieron, y, por fin, tocamos la puerta.

La que nos abrió fue Tomelilla que enseguida nos dejó pasar. Tomelilla, Duff y Hortensia se encontraban sentados sobre un sofá plegable alrededor de una pequeña mesita, mientras que Grisam y Flox habían acercado las sillas de los pupitres de clase de Magia a donde se hallaban sus correspondientes tíos. Tan rápido como entraron, las niñas procedieron a hacer lo mismo. Saludaron a los dos adolescentes y se sentaron junto a ellos.

-Bien... creo que todos sabéis porque estamos hoy aquí ¿No es cierto? -comenzó a decir la tía de las niñas, la cual llevaba un vestido añil hasta los tobillos y una toca blanca sobre sus hombros.

Los chicos asistieron a la vez y mi bruja procedió a relatar un breve resumen sobre lo ocurrido últimamente. Mientras, yo me senté al lado de Pifano, que se encontraba apoyada en la mesita de la sala.

-Tía... Eso lo sabemos, el caso es que desconocemos el origen de estos hechos. -explicó Vainilla muy cordial.

-Totalmente de acuerdo con Babu. -le apoyó Flox golpeando la mesa. -Veréis, a mí... me gustaría saber que me pasó esta mañana...

-Tranquilas por favor, las preguntas una a una. -comentó Hortensia viendo la ansiedad de su sobrina.

-Bien, yo primero, ¿Qué es esto y por qué me parece que soy la única que no se entera de nada? -preguntó la menor de las gemelas confusa. Los adultos se miraron entre si y finalmente procedieron a contar lo que a mí me explicaron en su momento. Los rostros de los jóvenes mostraban sorpresa y confusión, parecían muy interesados en el tema.

-Y creemos que ese hecho, la caída de los árboles, está plenamente relacionada con el desequilibrio de la energía y la aparición de ese supuesto individuo. -finalizó Duff.

Los cinco se quedaron reflexionando unos instantes.

-¿Y quién es ese supuesto individuo?, ¿Qué es lo que quiere?, ¿De donde viene?, ¿Por qué nos influye tanto? -preguntó el joven Burdock a los mayores.

-Me temo que yo no soy la que tiene las respuestas a esas preguntas. -respondió Tomelilla, la cual se giró repentinamente hacia su sobrina mayor. Ésta última, desvió su mirada y la orientó hacia la pared más cercana.

-Otra vez..., No soy un mono de circo barato, no me miréis así. -dijo Pervinca incomoda.

-Cielo, si no nos dices que pasó, no podemos ayudarte. Solo dinos que viste ¿Es lo qué se repite en tus pesadillas?

Me quedé asombrada, usó pesadillas en plural.

En ese instante comprendí todo. Pervinca había tenido más malos sueños y nunca nos había dicho nada para que no nos preocupáramos.

-Algo parecido. -contestó la joven finalmente al cabo de un minuto.

-¿Algo parecido?

-No penséis que voy a daros muchas respuestas, yo tampoco se mucho..., gracias a vuestra explicación muchas cosas encajan... pero... - Vi estaba seria y pensativa. -No entenderíais.

-¡Vi! ¡Sabes qué puedes contarnos lo que sea! -exclamó su hermana nerviosa.

-Si no comprendemos ¡Explícanoslo! -le acompañó Flox. Pervinca suspiró y se levantó.

- ¡¿Y que me tacheis de loca otra vez?! ¡¿Queréis que vuelva a armar otro espectáculo?! -gritó la gemela furiosa e inmediatamente comprendimos. Vi no nos decía nada pensando que la volveríamos a dejar de lado... En parte era comprensible. Crucé una mirada con mi bruja y asintió.

-Oye, todo lo que pasó no tiene que volver a repetirse. -dije yo en un intento de ayudar mi niña.

-Feli tiene razón, -me apoyó Grisam con una sonrisa tranquilizadora. -No vamos a dejarte de lado, no pensamos hacerlo, puedes confiar en nosotros.

Sonreí entendiendo la razón de que Tomelilla quería esperar para decirles todo. Necesitaba que en el caso de que Pervinca se cerrara, sus amigos le ayudaran a confiar y a darnos una oportunidad.

-¡¿Acaso no somos hermanas?! ¿No crees que no te dejaría sola ni aunque quisieras? -dijo Babu haciendo referencia a la vez en que ella huyó para protegernos a todos. Pervinca rió ante la afirmación de su gemela y nos mostró una sonrisa a todos.

Pasaron unos minutos y finalmente...

-Quiere poder, y sobre todo, venganza. -explicó al fin. -desconozco el motivo, pero es lo que siento cuando me encuentro cerca de él. Intenta confundirnos, mientras mas rabia tenemos, más nos confunde. No ataca a magos de la luz porque su corazón es demasiado puro y es más difícil hacerles caer en la desgracia, lo que no quiere decir que sea imposible.

>>No se porque yo puedo verlo, creo que es porque capto la energía que desprende, no sé la verdad. Aunque no es que sea una visión muy agradable...Agradeced que no lo veis.

Nos quedamos en silencio meditando sus palabras. Las frases las decía muy rápido, pisándose unas a otras. Su rostro cambiaba de expresión constantemente y sus ojos mostraban un interior triste.

Creo que es la primera vez que Vi se abre a alguien que no sea su hermana gemela.

Tomelilla y yo intercambiamos miradas. La suya mostraba una determinación y una sabiduría recopilada por muchos años y como siempre, me dio la impresión de que iba un paso por delante.

Los ojos de Pervinca por lo tanto me decían que no nos había contado absolutamente todo. Se había callado un par de cosas y mi bruja lo sabía.

Al cabo del rato poco a poco todos fuimos abandonado la habitación y fuimos a comer. Primero lo hicieron los adultos, luego Flox, que había escuchado hablar a su tía sobre pinturas y al hacerlo había salido corriendo detrás de ella.

Grisam esperó a Vi para salir en el marco de la puerta. Al llegar a su lado le sonrió dulcemente con una de esas sonrisas que solo el maguito sabía poner.

-Todo va a salir bien, ya verás... -dijo el rubio en un intento de animar a la gemela mayor. Ésta última sonrió y juntos subieron hacia arriba sin que pudiera enterarme de su conversación.

Vainilla en esos momentos se alegraba y se recordaba así misma en los brazos de su Jim, al igual que solía estarlo su hermana con Grisam. Cuánto más tendría que esperar...

Shirley se encontraba curiosa y con una sonrisa pícara dibujada en su cara pecosa. Ella era la que vivía más lejos, por lo cual desconocía mucho acerca de la relación intima y especial que había entre esos dos.

-No te preocupes, luego la interrogamos. -dijo Vainilla que tenía más experiencia.

Shirley estaba confundida. Hasta ella conocía la discreción de la hermana de Vainilla para ciertos temas...

-¿Has conseguido alguna vez que te suelte algo? -preguntó extrañada.

-Bueeeeeno..., ¿Por intentarlo?

Las dos amigas rieron y siguieron platicando hasta que llegaron al comedor.

-Y tu también me tienes que contar tus cosas ¿eh? ¡Qué seguro que te gusta alguien! -exclamó Babu emocionada pero de forma que los que se encontraban arriba no pudieran escuchar. -Mmm... ¿Francis? ¿Bill? ¿Celastro? ¡Ya se, ya se! ¡Acantos!

-¡Vainilla! -le regañó la joven Poppy sonrojada. Volvieron a reir. Desde luego, aunque fuera hubiese cien terribles 21, Vainilla siempre seguiría siendo Vainilla.