Demasiadas casualidades.

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La comida transcurrió tranquila o bueno, más bien todo lo tranquila que puede ser una comida en casa de los Periwinkle.

Tomelilla procedió a hacerles a Dalia y a Cicero un breve resumen de los hechos y estos se quedaron mudos. Y es comprensible. Era una noticia horrible.

Después de comer despedimos a Grisam y a Flox y fuimos en dirección al cuarto de las niñas.

Estuvieron estudiando durante una hora y media, vaya, parece que este curso se lo van a tener que currar. Vainilla estaba siendo ayudada por su padre con unos problemas de matemáticas y con unos versos de Literatura antigua. Shirley veía trabajar a Vi, e intentaba comprender todo. Aunque era el primer día de clase ninguna quería ir por detrás una vez iniciado el trimestre por lo cual estaban adelantando trabajo.

—Feli, es Tomelilla,  ¿Podrías abrir que estoy ocupada? —pidió mamá Dalia desde el piso de abajo. Dejé a las niñas momentáneamente solas y fui a abrir la puerta. Efectivamente era mi bruja.

—¿Cómo se lo ha tomado el alcalde? —pregunté en seguida nerviosa. La tía de las niñas me mostró una sonrisa de autosuficiencia y presentí que no había salido como ella pensaba. —¿Algun problema?

—Supongo que cuando uno está acostumbrado a la paz tiene miedo a ser realista y afrontar la situación...

—¿Cómo?

—Pancracio piensa que decir que Fairy Oak está de nuevo en peligro es una tontería, piensa que nos estamos precipitando. —explicó Tomelilla intentando que no pareciera una situación grave.

—¡¿Pero cómo va a no creernos?! —exclamé escandalizada sin poder llegar a procesar la información. —¡¿Acaso no es algo lo suficientemente fuerte como para bromear con ello?!

—Hadita mía,  el ser humano es capaz de hacer muchas cosas simplemente por el miedo.

— ¡Pero es increíble!

—Lo sé,  —dijo Tomelilla de nuevo.  —Pero por ahora no podemos hacer nada... Cuando llegué a su despacho y le expliqué lo sucedido se quedó mudo y luego soltó una gran carcajada. Y al decirle que debíamos dar la alarma... se desbarató, dijo que nadie debía enterarse de semejante estúpidez.

—¡Hada mía! ¿Y qué vamos a hacer ahora? —pregunté.

—Por el momento hemos organizado otra Asamblea, aunque sea sin la ayuda del alcalde, esperemos que los mágicos no piensen lo mismo...

Me despedí de mi bruja y fui escaleras arriba volando hacia el dormitorio, reflexionando sobre lo que me acababan de contar.

Los Mágicos debían de creer a Tomelilla, sino, ¡Estábamos perdidos! A lo mejor el alcalde debía leerse el Libro Antiguo y ver como la separación de Fairy Oak hizo el desastre.

Al abrir la puerta me encontré a las niñas, que ya habían terminado de estudiar y estaban sacando la cama plegable para la joven Poppy.

—Vamos Babu tira de ahí... Así, con cuidado...

—Vale, ahora tira tu Vi, ya está.

—¿Necesitáis ayuda? —pregunté.

—No, ya hemos terminado. —aclaró Pervinca mostrándome el lecho puesto a la perfección. Guau, supongo que se habían cordinado bien.

—¿Ya habéis terminado?

—Sí. —afirmó Vainilla sentándose en su cama. —Cada vez es mas difícil.

—Es normal Babu, cada año es un curso más, pero pensé que te gustaban las letras...

—¡Y me gustan! Pero solo digo que es más complicado.

Derrepente una pila de libros cayó sobre su cabeza. Todas nos reímos,  parecía una especie de castigo del karma.

—¿Qué es esto? —preguntó Shirley extrañada sujetando un libro sin carátula. Ese era...

—¡El Libro Antiguo! Vaya pensé que se lo había de vuelto a la tía... —dijo Pervinca tomándolo entre sus manos.  Una muestra más del desorden del que estaba compuesta la mitad de la habitación de las gemelas.

—¿Ese es el famoso Libro Antiguo ? —preguntó de nuevo la muchacha de alborotados cabellos rojizos dispersos alrededor de su linda carita.

—Si, nos sirvió de ayuda entonces... —comenzó a decir Vainilla.  Vale esto ya era demasiado ¿Acaso en el día de hoy todos querían hablar del pasado?

—Y puede servirnos de ayuda ahora... Creo que lo volveré a leer. —afirmó Pervinca pensativa.

—¡Niñas! ¡La merienda! - dijo en ese instante la señora Periwinkle entrando en el cuarto. Las niñas salieron disparadas a tomar su aperitivo mientras yo me quedaba unos segundos viendo el libro y hojeando sus páginas. Acaso, todo esto ¿Era una señal?... No iba muy desencaminada, demasiadas casualidades, demasiadas.

Fairy Oak: Una nueva batalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora