Capítulo 22

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Mmm...Lástima. Diablos, ¿Cómo se llamaban las dichosas plantas del demonio? Tuvo que faltar precisamente el día en que dieron aquella lección... ¡Tonta tonta tonta!

-Oye... ¿Te pasa algo? -《Sí, estoy nerviosa,  no recuerdo los nombres de los seres vivos del mundo vegetal》-pensaba Babu al mismo tiempo.

Realmente estaba muy asustada, sus pies temblaban y le costaba mantener el equilibrio sobre el terreno. Sus dientes chirriaban a menudo y sentía escalofríos por todo su cuerpo.

Su cabello recogido en una larga cola de caballo se movía de un lado a otro bailando al son de los rápidos movimientos de la cabeza de la joven.

-Esto-toy bi-bien... -dijo la chica intentando mantener la calma. -《Vamos Vainilla,  ¡Concéntrate! Puedes hacerlo...¡Puedes hacerlo!》

-No tienes muy buen aspecto... -volvió a comentar su guardián,  el cual parecía extrañado al ver las reacciones de la bruja.

-Es normal, ¿No crees? Se supone que estoy secuestrada.

El chaval giró su cabeza hacia otro lado huyendo de la incomoda conversación que compartía con la muchacha.

De todos los trabajos que él podía realizar estando lisiado le mandan a hacer de canguro de una nena adolescente.

Y es que era extremadamente raro, ya que pese a que muchos pudieran haber ido a buscar los remedios necesarios para curar a su capitán,  él mismo decidió que la encargada de ello sería su prisionera, ¡Qué estúpido!

Eiden tramaba algo, por algún motivo desconocido para él,  la chiquilla no sufrió,  sufre, ni sufrirá ni un solo rasguño. ¿Por qué se está tomando tantas molestias como para cuidarla? ¿Cuál es su plan?

-Oye, allí arriba hay una mayor vista de los alrededores,  intentaré ver si puedo buscar mejor desde las alturas.

El soldado asintió. Bien, había colado.

Vainilla sabía que no podía huir, no sabía dónde estaba,  pero lo descubriría. Aprovecharía todo lo posible para recolectar información.

Por ahora sabía que se encuentra en un descanso bastante amplio que había entre dos montañas. Los árboles eran altos y de ramas gruesas. El cielo era de diversos tonos azules, y por la noche veía muchas constelaciones que también podía divisar desde Fairy Oak, claro que no estaba segura, esas cosas se le daban mejor a su hermana.

Y ahora sabía algo más. Gracias a haberse subido a ese pequeño pedestal ahora sabía que cerca había un río... Con suerte algún solitario que viviese por el paso de Gorniat la habría visto.

Miró a su alrededor, ni rastro de los materiales que necesitaba.

Bajó cuidadosamente de nuevo al terreno del  bosque, seguía bastante nerviosa.

《Vemos Babu, ¡Piensa! Queremos curar una herida...Una herida mágica...Pero no puedes usar tus poderes, sino te descubrirán ¡¿Qué puedo hacer?!》-pensaba la chica cada vez más preocupada. Si no conseguía lo que su captor le pedía, podría castigarla de múltiples maneras, y ninguna de ellas era una opción a seguir...mejor no pensar en ello.

Siguió caminando por la frondosa arboleda de vegetación, con aquél soldado pisándole los talones...Se le acababa el tiempo.

Ellos pensaban que Vainilla era una bruja de la oscuridad,  las brujas de este tipo saben leer los hechizos de magia oscura, y dan con la tecla para saber exactamente como aliviar la situación sin la ayuda de un mágico de la luz.

Pero la muchacha era una bruja de la luz, sólo podía intuir de cierta manera cuales habían sido las causas de aquella herida, y podía curarla,  claro está,  pero si lo hacía y se daban cuenta estaba perdida.

Tenía que ser lista, jugar en torno a su favor ¿Cómo podía hacerlo?

Esto era peor que un rompecabezas. Las plantas que había allí no valían,  al menos de las que ella recordara. Como ella podía curarse en caso de accidente, su tía insistió mucho más en Pervinca, (la cual no podía hacerlo) durante aquella clase de magia dedicada a ese tema, en una tarde de primavera que en ese instante le parecía muy lejana.

Moraleja de la historia: Hay que estar atenta siempre, incluso cuando piensas que nunca te hará falta, nunca sabes cuando lo vas a poder necesitar.

Por favor,  si solo tuviera hojas de girasol, o semillas de aguacate, o corteza de bambú, o...

A Vainilla se le encendió la bombilla ¡Ya sabía cómo curar a Eiden!

Ahora que lo pensaba, ¡Qué tonta había sido!

Su cabeza evocó distintos recuerdos del pasado.

-¡Ah! -exclamó la joven pelirroja al notar como la sierra se desviaba y aterrizaba en su mano izquierda. Se había cortado.

-¿Estás bien?  -preguntó un muchacho un poco más mayor que ella.

La chica dejó escapar una diminuta lágrima que se perdió en su cuello.

-Oye oye, no pasa nada. -intentó tranquilizarla el atractivo adolescente de  cabello oscuro. -Mira, ayer me corté yo también ¿sabes?  El tío de Grisam me regaló esta botellita con lo que utilizó para curarme, por si lo volvía a necesitar.

El chico tomó el brazo de la muchacha con sumo cuidado y con gran delicadeza extendió el contenido del recipiente de cristal sobre este. Vainilla notó un alivio inmediato.

-Gra-gracias Jim.

-De nada. -respondió él con una sonrisa especial dedicada a ella. - Creo que lleva savia de árbol o algo así...mezclada con agua salada.

-¿Agua del mar?

-Claro, ¿nunca te lo han dicho? El agua de mar cura muy bien todo tipo de cortes y arañazos,  incluso heridas de mayor tamaño y gravedad.

Lo que Jim no sabía era que Vainilla podía curarse ella sola; sin embargo,  la mano del joven Sinmagia sobre su piel la tranquilizaba y le hacía sentirse de maravilla.

-Gracias Jim, de nuevo me volviste a ayudar. -susurró Babu en voz muy baja.

-¿Dijiste algo?  -preguntó el soldado que se empezaba a cansar de andar de un lado para otro. Su pregunta hizo que un diminuto rubor apareciera en las mejillas de la joven muchacha.

-¡Nada! -se apresuró a aclarar ella. -Por cierto... Necesito ir a la playa.

-¿La playa? ¿Que est...?

-¡¿Quieres curar a tu jefe o no?! Necesito agua de mar. -dijo la chica astuta y valiente,  olvidando por un momento en las condiciones en las que se encontraba.

-...A mí no me hablas con ese tono nena. -comenzó a decir el hombre acercándose a Vainilla. Ella al darse cuenta retrocedió.  -¿O acaso has olvidado tu estado? Eres nuestra prisionera. Y eso hace que podamos hacer contigo lo que nos de la real gana, por lo cual yo si fuera tú controlaría esa boca.

Babu cerró los ojos fuertemente al notar como su espalda chocaba contra una pared montañosa y su guardián seguía avanzando. Este alzó una mano con intención de darle una cachetada; sin embargo, algo ocurrió antes de que pudiera hacerlo.

Una esfera mágica pasó por justo al lado de la oreja del hombre de ojos negros. Era un lanzamiento de mucha precisión, había fallado intencionadamente. Era una advertencia.

Los ojos de ambos corrieron hacia el lugar de donde vino el proyectil, pero no divisaron nada.

No tenía ni idea de que había pasado, pero estaba claro que su ángel de la guarda no le fallaba.

Fairy Oak: Una nueva batalla.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora