Fairy Oak: Una nueva batalla.

Epílogo (El verdadero)

Querida bruja de poderes inimaginables:

Te escribo esta humilde carta ya desde mi hogar, espero que estés bien. Yo ya me siento mucho más descansado y relajado que hace un mes, quien diría que el tiempo pasaría tan rápido. Desde la ventana de mi habitación, ya me es posible divisar y contemplar en la lejanía los primeros copos de nieve del invierno, seña de que pronto el frío reinará las calles de todo el territorio. 

Sin embargo, comentarte mi estado actual  no es el motivo por el que te escribo estas pobres líneas. Es un tema mucho más urgente, me temo.

Conseguí frenar la batalla un poco. Conseguí retrasarla, más no pararla por completo. La ambición, el rencor y la ansia de poder se han instalado en este honrado valle que siempre se había conocido por sus nobles,  honestos y trabajadores ciudadanos. El pueblo está irreconocible, nadie llegaría a pensar que es el mismo que tiempo atrás desprendía calor, ayuda y hospitalidad.

A lo que me refiero es que dentro de nada nos encontraremos con un problema similar. Los habitantes de mi lado del bosque tienen miedo, mucho miedo. Alguien les está robando y  secuestrando a sus hijos y espero que nuestros presagios no se cumplan y sea quien ambos pensamos que es. Desgraciadamente las posibilidades de que sea él son muy demasiado grandes.

Pronto me pondré de nuevo en contacto contigo y para entonces espero que podamos volver a vernos, tengo muchísimas cosas que contarte y explicarte, cosas que dejan ver zonas despejadas en ese embrollo de problemas que nos atormenta. 

Sé que intentarás excluirme de nuevo como aquella vez, pero ya conoces mi postura con respecto al tema en cuestión. No lo hago por ti y lo sabes, no necesitas protección, tus poderes son increíblemente grandes y estoy seguro de que con algo de ayuda y práctica sabrás manejarlos a la perfección. Sé que te preocupa Fairy Oak y sus habitantes al igual que a mí me preocupa la seguridad de mi propio hogar, sé que quieres estar allí cuando todo parezca perdido, sé que te preocupa tu familia y quieres salvarla.

Ese es el motivo por el que debemos asegurarnos de acabar con esta tiranía, la gente no tiene ni idea que el enemigo vive entre ellos, que come con ellos y que duerme junto a sus casas. Muchas veces me he sentido tentado a avisar a todos, a advertirlos, pero no me creerían. No sin pruebas. Tenemos que desenmascarar  al traidor. 

Pero este no es el momento. Tu lugar ahora está junto a todos tus seres queridos, ayúdales a soportar y a arreglar los daños, tienen que confiar en ti, ahora más que nunca.

No dudo que tu gemela lo hará, ni tampoco tus amigos, sé que siempre estarán allí y querrán ayudarte, ayudaros. No, no puedes hacerlo tu sola. No hay infinito poder sin luz, al igual que no lo hay sin oscuridad. Os necesitáis la una a la otra, siempre ha sido de esa forma. Aún así, tus amigos corren peligro, no les cuentes todo esto hasta que no sea necesario, llegará el momento donde deberás abrirte a ellos y apoyarte en sus hombros, pero no ahora. Decirles en este  instante solo haría que entraran en pánico y que sufrieran y apuesto a que no quieres eso. No conviertas a los de tu alrededor en armas que el enemigo pueda usar contra ti y contra tu hermana, por ahora es mejor mantenerlo en secreto hasta que esté todo preparado.

Mejor me voy despidiendo, me quedo sin tinta en mi pluma. Pronto tendrás noticias mías, hasta entonces solo puedo decirte que recuperes fuerzas, que asientes la cabeza y que te prepares para lo que nos aguarda. 

Sabes que siempre estaré a tu lado, no tengas miedo.

Saludos.

Eiden Lucas III , dinastía de los Oliumpios.