-¡VI NOOOOOO!
Mi corazón comenzó a latir fuertemente, casi podía notar como cambiaba de lugar y se aproximaba a mi boca listo para ser escupido.
-Vaya vaya, ¿Qué tenemos aquí? -preguntó alguien escondido bajo una capa larga y negra -. ¿Qué hace una muchacha como tú sola en medio del bosque? ¿No te alertaron de que es peligroso salir a oscuras?
Me obligué a mi misma a volver a sentarme en el brazo de aquél árbol y no salir en busca de mi niña. No la habían reconocido, o eso parecía, si iba para allá lo único que conseguiría sería ponerla en peligro.
-Me perdí.
Me extrañaba que Pervinca diese semejante respuesta, algo tan sencillo y ordinario no era propio de ella. Era una excusa típica y poco creíble y ella era una gran mentirosa.
-¡¿Te perdiste?! - El extraño dejó su rostro al descubierto. Su cabello era blanco como la nieve en invierno; sin embargo, no parecía tener más de una veintena de años -. Chica, ¿Sabes que ahora mismo puedo detenerte? Hay un toque de queda estricto con motivos de la batalla. Todo el poblado lo sabe.
La joven apartó la mirada de sus penetrantes ojos azules algo cohibida y con cierto temor. Pervinca no era así, ¿Acaso estaba fingiendo?
-Mis disculpas señor..., Mi tío Eiden partió de casa muy temprano hoy por algo relacionado con un problema con otro pueblo, investigué un poco en el mercado y descubrí que hoy iba a haber una batalla -relató la gemela mayor con cierto tembleque en su voz -. Me preocupé.
El hombre no cabía en si de sorpresa, su rostro palideció haciéndolo camuflar casi por completo con su cabello revuelto.
-¿Tú eres su... ? ¡Pero es imposible! ¡El hermano del señor todavía no tiene pareja!
-Soy hija de Madeline.
-¿Cómo... ? Un momento... ¡¿Ya se ha casado?!
-En efecto, ¿No me ve que estoy aquí? -continuó Pervinca tratando de dar credibilidad a sus palabras -. He venido con mi familia a visitar a mis tíos desde el pueblo del otro lado de las montañas.
En ese momento no podía estar más orgullosa de mi pequeña, estaba madurando. Actuaba con sabiduría e inteligencia, podía confiar en su criterio.
-Entonces usted...
-¿Podría acompañarme a casa? Sé que mi tío y mi madre se lo agradecerán. Me voy a ganar una buena regañina cuando vuelva... Pero bueno, me la merezco.
El muchacho pareció pensárselo durante unos segundos, luego, mirando una vez más a la sobrina de su jefe volvió a colocar su capa sobre si.
-Date prisa, tengo que regresar.
-Gracias señor.
El alvino comenzó a andar siendo velozmente seguido por Pervinca, la cual trataba de observar sus alrededores. Parecía como si estuviese recolectando información que pudiese serle de utilidad en un futuro.
Yo los seguía a ambos desde los árboles. No podía perderlos de vista, no debía hacerlo. Sé que tenía que vigilar y buscar a Vainilla, pero un presentimiento me decía que Vi me necesitaba más.
-¡Ah por cierto! -exclamó de repente el chico peliblanco -, ¿Has visto a una joven pelirroja? Cabello rizado, mediana estatura...
Los ojos esmeraldas de la mayor de las hermanas se abrieron precipitadamente por unos segundos, luego recordó que debía fingir y recobró su posición.
-Pues... -comenzó diciendo -, ahora que lo dice, me pareció haber visto a una chica de mi edad cerca de Arrochar.
-¿Las ruinas de la roca?
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Fairy Oak: Una nueva batalla.
FanfictionHan pasado ya un par de años desde que el Terrible 21 abandonó Fairy Oak, pero, ¿Y si un nuevo peligro acecha el valle de Verdellano? ¿Por qué se caen los árboles? ¿Por qué Pervinca vuelve a tener pesadillas? Las gemelas se enfrentan de nuevo a una...