Tomelilla y yo corríamos escaleras arriba, y hallamos a Dalia y Cicero, que también estaban levantados.
Todos juntos, nos dirigimos a la habitación de las gemelas. Mi corazón latía a mil por hora, y de verdad pensé que entraría en paro cardíaco de lo nerviosa que estaba.
¿Qué habría pasado? ¿Por qué gritaron?
Abrimos la puerta del dormitorio y nos encontramos a Babu, que estaba dormida como un tronco, como su naturaleza le exigía. Pervinca, sin embargo; no se encontraba en su lecho y las sabanas de este estaban muy desordenadas.
A Tomelilla le bastó con pestañear un par de veces para encender la luz que colgaba del cuarto, y descubrimos a Vi, tirada en el suelo, acurrucada sobre si misma e intentando calmarse. Nos precipitamos todos sobre ella a la velocidad de la luz.
Cicero la cogió en brazos y la bajo a su despacho para poder ayudar a su hija a tranquilizarse. Dalia corrió a por un vaso de leche y Tomelilla y yo nos preguntábamos como diablos había pasado aquello.
—Pervinca tesoro, ¿Qué pasó? —preguntó su padre una vez paró de tartamudear e hipar. —¿Qué hiciste para aparecer en el suelo?
—¿Acaso tuviste una pesadilla? —preguntó esta vez la madre de las gemelas entrando en el estudio algo preocupada.
Ante nuestras preguntas Pervinca simplemente se escogía de hombros y contestaba con monosílabos: Si, No, No se...la aludida agachó la cabeza y suspiró.
Después de las últimas pesadillas de Vi, las cuales aparecieron meses antes del ataque del enemigo, todos entrábamos en pánico cada vez que la chiquilla volvía a tener malos sueños.
Mi bruja miraba fijamente a su sobrina sin apartar un solo momento su vista de ella. Estaba seria, pero tenía un deje de confusión en su mirada.
—Creo que lo mejor es dejarla descansar, —dijo al cabo de un rato. —seguramente todo será por el cambio de rutina y la vuelta a la escuela.
Dalia asintió con una pizca de preocupación, y tal y como dijo su hermana, se llevó a su hija de nuevo a su habitación.
—El historial de pesadillas de Pervinca no tiene que repetirse esta vez. Está en la adolescencia, y va a ser una época en la que no solo la escucharemos gruñir más de la cuenta, sino que es muy probable que aparezcan más sorpresas nocturnas como esta. —dijo Tomelilla en un intento de tranquilizarnos antes de salir y subir hacia su habitación, dejándonos solos a su cuñado y a mí.
—Tomelilla tiene razón, si no recuerdo mal, antes de las vacaciones de verano tuvo otro sueño parecido. Tendría que mirar mi diario para recordar exactamente que día fue... Pero no ocurrió nada malo, no hay de que preocuparse. —dije intentando tranquilizarme más a mi misma que al señor Cicero.
Pues es verdad, al final de todo, solo era una pesadilla ¿no?
***
Los días siguientes pasaron muy rápido y no hubo ningún problema nocturno más. Pervinca tampoco había dicho ni "mu"acerca del incidente de aquél día, a pesar de que tanto mi bruja como yo habíamos insistido muchas veces.
El sol comenzó a vislumbrarse en el horizonte y un estruendo empezó a sonar en la habitación de las gemelas.
Primer día de clases, primer día de madrugar..., y a juzgar por la cara de Vi, diría que no lo estaba llevando demasiado bien.
—¡VAINILLA PERIWINKLE APAGA EL DICHOSO DESPERTADOR AHORA MISMO! —gritó ésta mientras se tapaba la cara con las sabanas y tiraba su almohada en dirección a la cara de su hermana. Babu a penas se inmutó, dormía como un lirón.
El ruidoso sonido del despertador de Vainilla seguía sonando por todo lo ancho del dormitorio y su gemela comenzaba a perder la paciencia.
—¡VAINILLAAA DESPIERTAAA! —volvió a gritar, y esta vez consiguió despertar a Babu, la cual tranquilamemte apagó el dichoso cacharro.
—Mmmmm... que sueño, pero bueno... —se limitó a decir ella mientras se levantaba de la cama y se colocaba sus pantuflas.
—Vamos, ¿no querréis llegar tarde el primer día no? —pregunté a la vez que subía la persiana y apartaba las cortinas para que entrase un poco de luz solar.
—Por supuesto que no. —me respondió la pequeña de las hermanas con una dulce sonrisa a la cual correspondí de la misma manera. —Veamos, ¿Qué me pongo? Ya ayer me tuve que poner un jersey... ¿Crees que hará frío Vi?
Su hermana respondió con un gruñido pues intentaba dormir un poco más.
—Me lo tomaré como un sí. —dijo Vainilla suspirando rendida.
Tras un momento de duda eligió un vestido de estampado escocés en tonos grises debajo de una rebeca de lana. Una vez que estuvo lista se metió en el baño a terminar de arreglarse lo que significaba que...turno de Vi.
Como a Vi le gustaba aprovechar hasta el último segundo en la cama siempre era Babu la que entraba en el baño primero.
La chica se levantó y se estiró mientras escapaba de su boca un suave bostezo, producto de sus ganas de dormir. Pervinca, al contrario que su gemela, eligió unos pantalones color lavanda, un jersey de lino blanco y sus botas.
Una vez estuvieron listas, nos despedimos de todos, ¡Curiosamente íbamos bien de tiempo! Así que pusimos rumbo hacia la Horace Mc Crips.
Durante todo el camino podíamos observar a todo tipo de niños, algunos pequeños, protestando por no querer separse de sus madres, y otros mayores, los cuales jugaban al balón en la plaza de Roble exprimiendo unos últimos segundos de libertad.
Fuimos a recoger a Flox "¿Cuanta ropa se habrá puesto Flox hoy?" Se preguntaban siempre las gemelas. Pero es que Flox era así, y nadie le haría cambiar. Todos esos colores solo podían quedarle bien a una persona como ella, dulce amable y generosa ¡No le decían Flox-Corazón de oro por nada!
Y allí estaba la chiquilla, esperándonos junto a Pifano en las escaleras de su casa. Al vernos se levantó, y fue a saludarnos alegremente.
—¡! ¿Qué tal? —preguntó nada mas vernos con una sonrisa dibujada en su rostro.
—Como un niño pequeño al que le han quitado un juguete. —se quejó Pervinca.
Flox rió y sonrió ajustándose su gorro de color pistacho a su cabeza.
—Bueno, podría ser peor, podria haber colegio todos y cada uno de los días del año, y no, tenemos varios periodos de fiesta de distinta longitud. —respondió Flox optimista y con aires de inteligencia.
—Yo solo digo que me veréis amargada de nuevo hasta Navidad.
—¿Para variar no? -preguntaron Babu y Flox al unísono mientras reían.
—¡Oye! —exclamó Pervinca observando a las dos con una mirada asesina, muy característica de ella. —¡Retirar eso!
Y al final acabaron riéndose todas.
—Desde luego este curso promete. —dijo Vainilla cuando veíamos ya las puertas de la escuela.
Y sí, iba a ser muy especial, pero entonces nadie podría imaginar los echos que pasarían a continuación.
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Fairy Oak: Una nueva batalla.
FanfictionHan pasado ya un par de años desde que el Terrible 21 abandonó Fairy Oak, pero, ¿Y si un nuevo peligro acecha el valle de Verdellano? ¿Por qué se caen los árboles? ¿Por qué Pervinca vuelve a tener pesadillas? Las gemelas se enfrentan de nuevo a una...