༶• 𝐍𝐚𝐲𝐞𝐥𝐢 •༶ ๑ 𝐴𝑜'𝑛𝑢𝑛𝑔 𝑋 𝑁𝑒𝑡𝑒𝑦𝑎𝑚 ๑

🌊ℂ𝕙𝕒𝕡𝕥𝕖𝕣 𝕋𝕨𝕖𝕟𝕥𝕪🍃

⌇🍃𝙉𝙚𝙩𝙚𝙮𝙖𝙢   ʹˎ-

¿Qué si estaba nervioso? Claro que sí. Los nervios me estaban matando.
No faltaba mucho para llegar a la Isla, y eso lo note cuando note la mirada preocupada de Tsireya sobre mí.

El viaje parecía volverse eterno, estaba cansado al igual que mi Ikran. No dormimos nada en toda la noche, yo casi no comí por culpa del dolor en mi estómago. Lo que me alivio fue que Nayeli no estaba asustada o inquieta al estar tanto tiempo volando. Me preocupaba el echo de hacer este viaje cuando ella apenas tenía unas semanas de nacida, pero, gracias a Eywa ella se encontraba perfectamente bien.

Ella era una niña realmente tranquila, pero muy curiosa, por un muy largo rato había estado mirando el mar y a los demás Ikran de mi familia. Aquella noche, estaba fascinada mirando las estrellas, y yo estaba fascinado al ver sus hermosos ojitos brillar.

Durante todo el viaje, estaba pensando en una sola cosa, ¿Me atreveré a decirle la verdad a Ao'nung?

Siendo sincero, no. No me atrevería a decírselo, probablemente me invente cualquier excusa cuando lo vea, pero como le había dicho una vez a Tsireya hace un tiempo, si Ao'nung descubre la verdad no podré mentirle.

Mentir es una de las cosas que más odio, pero de igual manera lo hago.

Si el mundo me odia tanto, Ao'nung descubrirá que Nayeli es su hija, y yo tendré que decirle la verdad. Pero sabiendo como es él, no se dará cuenta hasta dentro de meses, pero para ese entonces él probablemente ya esté casado con Nimet...

Me prometí a mí mismo que no me entrometería en la relación la ambos. Y aunque no me guste para nada la idea de su boda... No puedo hacer mucho, fue la decisión que Ao'nung tomó. Debería mejor olvidar todo eso y enfocarme sólo en Nayeli.

—¡Veo la Isla!—pude escuchar el grito entusiasmado de Tuk.

Cuando observe mejor, ella tenía razón, la Isla estaba cerca.

Baje mi mirada y me encontré con Nayeli dormida. Esa noche no durmió mucho, no porque algo le molestará, si no, porque las brillantes estrellas llamaban su atención por completo. Y cuando algo le gusta, lo mira hasta cansarse.

—Pronto llegaremos pequeña...

No falta mucho...

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—Ta'rik, deja de moverte.

Ronal regaño a su hijo. El niño estaba siendo sostenido por su madre, quien intentaba arreglar su desastroso cabello.

—¡Mamá, duele!—se quejó el pequeño, intentando levantarse y huir de Ronal.

—Si no te hubieras metido entre los arboles ahora no estarías llorando.—habló la mujer.—Por Eywa, ¿Cómo se te ocurre, Ta'rik? Tienes ramas y hojas por doquier.

—Estábamos jugando con los demás niños, y ellos se subieron a unos árboles...—dijo en voz baja.

—¿Y si esos niños luchan contra un Akula, tú también lo haces?—preguntó con frustración Ronal al niño.