El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)

Capitulo 3

Atlas..

—Iker vamos hijo— lo estoy esperando a que termine de prepararse para ir a lo de la abuela Estela.

No puedo sacar de la cabeza a la rubia despampanante que vi anoche en el boliche, si bien la pase bien con Amanda en el baño, imagine que era la chica misteriosa a quien le hacía todas esas cosas y sigo caliente.

—Ya estoy papi.

—Bien vamos que nos espera la abuela Estela— sale corriendo para la puerta, la abro y salimos.

Cuando salgo con Iker uso la Suv Volvo que es la más segura del mercado, el deportivo lo uso cuando voy solo, esa maquina no puede ir con criaturas dentro. De solo pensar lo que podria pasar me enferma.

—Papi… papiii— salgo de mis pensamientos.

—¿Que pasa hijo?— lo siento que suelta un suspiro todo dramático.

—Quiero una mami— sabia que diría eso.

—Quiza en un futuro campeón.

—¿Por que?— empezamos con los porqués.

—Por que papi ahora no tiene tiempo— tampoco quiero pero eso no puedo decirle.

—¿Por qué?— esto me frustra verdaderamente.

—Por que no puedo tener una relación es complicado de que lo entiendas— me mira atentamente y veo sus engranajes trabajando.

—¿Por que no podes papi? Yo necesito una mami, no quiero ser un cavernicola de grande—No puedo evitar reir con sus ocurrencias.

—Eso no va a pasar, por que la abuela Estela no te dejara cerlo, la tia Timy tampoco y yo menos hijo— se pasa la mano por la cara con evidente frustración.

—Una mama es importante en la vida de un niño y yo quiero ser amado por una— ¿De donde saca estas cosas?

—Bien mas adelante vamos a ver que ocurre.

—Ni se te ocurra casarte con la bruja de Amanda— eso me molesta un poco, ella no es mala, a veces puede ser un poco efusiva pero sin maldad.

—No hables así de ella, no es mala y te quiere mucho, pero te aseguro que no planeo casarme con ella— no me pasa desapercibido el suspiro de alivio que larga, ¿Me estaré perdiendo algo?

—¡La mejor noticia de toda mi vida!— hace una exclamación tan dramatica que no puedo evitar reir.

—Hijo solo tenes cuatro años.

—Y eh vivido mucho como para saber que le conviene o no a mi padre, como por ejemplo presentarme en el equipo— eso es tan frustrante como el pedirme una madre.

—Lo hago por tu seguridad hijo, afuera el mundo no es color de rosa como en los dibujitos.

—Lo se papi, afuera mataron a mi mami y mi papi, tuve suerte de tenerte pero no siempre me podrás proteger— a veces desearia que sea un niño pequeño ajeno a todo el drama de un adulto.

—Haré todo lo posible por protegerte del que sea, y no se discute más, es un tema zanjado, mira ahí esta la casa de la abuela— el hablar de su mami y su papi me destroza, no pude protegerlos, pero juré a él sí y eso estoy cumpliendo.

Se los contras de mi profesión y lo enfermo que puede llegar a ser un fanático obsesivo, eso le paso a mi hermana, la siguieron a ella y a mi cuñado y un fanatico loco los mató por haber perdido un jodido partido. Mi dinero ayudo a que la noticia no llegue a oidos de nadie, y aunque no estoy orgulloso de admitirlo… el causante lo desvivieron en la cárcel y ese momento fue gratificante para mí, aunque no me devolvería la vida de los seres que mas quería.

Estaciono la SUV en la entrada de la acogedora casa de la abuela, fue mi hogar por muchos años y lo sigue siendo.
Apenas estaciono sale corriendo de la camioneta sin dejarme decirle que no se haga el dramático frente a Estela.

—¿Por qué no querés darle una mami a este bello niño?— ¿ven? ¿Ven a lo que me refiero?

—Hola abuela—le sonrio apenas bajo del vehículo cuando los dos se complotan en mi contra no hay quien les gane.

—Hola corazon de melocotón— como tambien es super cariñosa conmigo— quiero una nieta—pongo los ojos en blanco, ya empezó.

—Te diré lo mismo que a Iker, no tengo ganas, no tengo tiempo y estoy bien así—ahora ella pone los ojos en blanco.

—No todas las mujeres son interesadas y malas, pero la que ahora se hace la buena es una víbora—frunzo el ceño.

—¿Hablas de Amanda?— asiente con la cabeza, miro para la entrada de la casa y mi hijo seguro ya se metió a comer galletitas— ella es buena abuela, adora a Iker.

—Hay hijo que ingenuo sos algunas veces, haceme caso y abrí los ojos antes que sea demasiado tarde.

Eso me deja pensando pero ahora no tengo tiempo de socavar profundamente, debo irme a entrenar sino llegare tarde.

—Pensaré lo que me dijiste, debo irme sino voy a llegar tarde— me da un beso y me abraza.

—Que te valla bien cielo, no te preocupes por Iker esta Timy adentro.

—Okey adios, vuelvo en unas horas— dandole una ultima mirada vuelvo a meterme en la camioneta pero recuerdo que nadie puede verla o harán preguntas, mi deportivo o la moto estan en el garaje de la abuela asique me bajo rapido y me subo a mi moto.

—Ya me parecia que te subias al vehiculo equivocado— me sonríe y salgo a toda máquina.

Por suerte el trafico no fue tan exagerado como suele ser y llegué en tiempo record, dejo mi moto en mi lugar asignado, le pongo la alarma y me adentro al club.

—Buenos dias Sal— ella es la recepcionista de la entrada.

—Hola guapo— me saluda con una amplia sonrisa, algunos creen que es una fanatica mia que quiere meterse en mi cama, nada mas lejos de la realidad asistí a su boda con Timberly mi prima asique se lo enamorada que esta de su esposa, solo somos mejores amigos por que la salve de un suceso lamentable.

—¿Ya estan todos?—asiente con la cabeza y troto hasta la cancha.

—Al fin el princeso apareció— aplaude el entrenador con una sonrisa que dice lo mucho que quiere estrangularme.

—Buenos dias, tardes y noches señoritas— se rien de mi saludo pero puedo ver las dagas del entrenador en mi dirección.

—¿Se te pegó una pollera?

—¿Que?— el resto de simios estupidos esta aguantando la risa, solo Miko y Joss saben que estuve haciendo y por que mi tardanza.

—Que si la pollera te sujetó tan fuerte que no pudiste salir a tiempo de tu casa, llegas tarde Wells ahora correras cincuenta vueltas la cancha.

—Fui a ver a mi abuela— no es mentira pero el resto me lo guardo.

—Y yo soy una princesa, ¡50 Vueltas Wells!— pega el tipico grito ensordecedor y salgo corriendo a calentar un poco los musculos.

—¿Como esta mi sobrino?—susurra Miko y Joss va en el otro costado mio prestando atención a la charla.

—Bien, excelente quiere una mami— ambos se rien por que saben que cuando el quiere algo tarde o temprano lo obtiene.

—Oh amigo mío, estas frito.

Mierda, es cierto estoy frito…