Atlas..
¡La encontré! Carajo, sí.
—¿Por que tenes esa cara de felicidad? Es como si ubieras tenido el mejor orgasmo de tu vida— siento la inconfundible voz de Miko.
—¿Como entraste y quién te dio permiso?—levanta las llaves que un maldito dia les di.
—Las llaves, ¿Recuerdas?— me masajeo la sien, es un poco estresante tenerlo desde tan temprano hablando ganzadas.
—Maldita sea el momento en que se las di, ¿Que queres?
—Hola amigo adorado, te extrañe tanto…
—Eso esta de más, ¿Que querias?
—Ufaa que mala onda, ¿Vamos a tomar unos tragos al boliche Mart? Por faaa di que siiii.
—La encontré— digo ensimismado sin prestarle verdadera atención, pero sigo impactado, crei que no la encontraría.
—Espera, ¿Que cosa encontraste? O a ¿quién?
—La chica de mis sueños, al fin la encontré, no era falsa o producto de mi imaginación, ella realmente existe y se llama Joy.
—OH mierda viejo, enserio la encontraste—pongo los ojos en blanco.
—Eso estoy diciendo imbécil, anoche cuando me fui a comprar la encontré, hablamos y la acompañe hasta su casa— me mira atento y frunce el ceño con lo ultimo.
—¿No le enseñaron que no debe hablar con extraños?
—La salvé de un posible abuso, asique si la acompañe para ver que llegue sana y salva.
—¿Que te dijo?
—Me miro embelezada, me dijo que podia defenderse pero que me agradecia por mi tiempo.
—Wow una chica con carácter— no solo eso..
—Es hermosa, no, es mas que eso, es perfecta.
—¿Que hay con Amanda?
—¿Que pasa con ella?—enarco una ceja al no comprenderlo.
—Amigo enserio que a veces sos idiota y eso que la mayor parte del tiempo me llevo el premio mayor, esa mujer esta enamorada de vos.
—No lo creo, ambos acordamos sexo sin sentimientos y sabe que es todo lo que obtendrá de mí.
—Te sugiero que prestes atención por que uno que lo ve de afuera se da cuenta de las señales que pasas por alto.
—No tengo tiempo para sus estupideces, no tiene alma de esposa, es una mujer hermosa, sí, pero es caprichosa, tiene mas defectos que virtudes y a veces no la soporto.
—Entonces corta todo por lo sano antes de que las cosas se salgan de control y termines lastimandola.
—Valla, te volviste todo un poeta— ahora el pone los ojos en blanco.
—Solo trato de ahorrarte un drama que sé, los odias.
Es cierto los detesto, tambien detesto los chillidos de histeria de Amanda, me dan ganas de mandarla lejos en algun vuelo, quizá tienen razón y debo terminar con la relacion de beneficios por que ahora no me saco de la cabeza a Joy.
Me pregunto que sabor tendrán sus labios, como de suave debe ser su piel, quisiera sentir su pelo sedoso envuelto en mi puño mientras me hundo en ella.
Mierda… pensamientos impuros afuera.
—Se te paro cochino, deja de pensar en la rubia.
—Vos deja de mirarme el bulto.
Me pongo de pie para ponerme mi campera de cuero, mi gorrito de lana negro y ya estoy listo.
—No pude evitarlo, no soy gay amo las vaginas.
—Ya se a quien amas y te haces el desentendido.
—Vamos por esos tragos— se pone en pie y evade mi comentario.
—Si si hacete el boludo cuando tengas tiempo.
Mierda que hay gente en este lugar, cuerpos sudorosos bailando pegados al ritmo de la música.
Esta vez vine solamente con mi amigo, sin mujeres, pero el idiota no deja de mirar buscando a alguien y sé a quién busca.
—Relajate Mik, seguro esta de pijamada con sus amigas.
—No se de que hablas— se quiere hacer el desentendido pero conmigo no va a poder.
—Estas enamorado— se rie histericamente.
—¿Tan obvio soy?— me mira preocupado.
—Muy, pero tranquilo ella te adora.
—No quiero sentir esto, esa desesperación por verla, el querer estar pegado a ella todo el tiempo, no era así.
—Por que antes no te habias enamorado de las chicas con las que estabas, pero la morocha te robó no solo el corazón.
Sigue buscandola por la estancia, ya la vi pero no le va a gustar nada con quién esta, aunque no haga nada malo.
—Mierda…—sigo la dirección de su mirar y justo la vio— no puede ser.
—Tranquilo amigo, no creo que le interese otro hombre que no seas vos— se pone de pié rapidamente con cara de celoso imparable— no actues por impulso, no la lastimes.
—Solo quiero sacarsela de los brazos a ese idiota.
No puedo pararlo cuando sale como flecha a separarlos, cuando llega ella se le tira a sus brazos y lo besa desenfrenadamente, el la sostiene de la cintura y termina con sus manos en su cola.
Ya lo perdí.
Sigo sentado en los sillones en el fondo del boliche mirando a todas las personas bailar, se me viene ella a la mente y es como en una pelicula cuando aparece la chica, todos se corren y se ilumina, la veo.
Bailando con sus amigas mientras se rien de sus payasadas, estoy hipnotizado por sus curvas y su sexi sonrisa, no me doy cuenta que estoy llendo hasta ella, cuando quedo en su espalda.
—Deberia ser un crimen mover así el cuerpo— apoya la espalda en mi pecho y mis manos pican por tocarla.
—Deberia ser un crimen mirar y no acercarse— se da la vuelta enfrentandome mientras apoya las manos en mi pecho y me baila.
—Sos una diosa.
—Para nada, solo en estos momentos puedo soltarme.
Apoyo las manos en su cintura y siento agolparse la sangre en un solo lugar… mi entrepierna.
—Me siento un cavernicola posesivo que quiere colgarte en mi hombro y llevarte lejos de todos estos pervertidos que te miran con lascivia.
—¿Que estás esperando?— suelto un gemido y la cargo en mi hombro chilla de la sorpresa y se ríe.
—Alto ahí vaquero cavernicola, primero debo poner a salvo a mi amiga borracha.
La bajo cuidadosamente, toma el telefono de su amiga que estaba en una mesa de un apartado y llama a no se quién, me avisa que van a buscarla que esperemos unos minutos.
No puedo dejar de mirarla embobado, por fin voy a poder ponerle las manos encima aunque sea solo una noche, eso necesitaré para sacarla de mi sistema y con suerte olvidarla.
Aunque no se si quiera hacerlo…
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El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)
RomanceAtlas es un jugador estrella de Rugby, es el chico adorado de los fanaticos de dicho deporte. lo que nadie sabe es que puertas adentro de su casa, él es padre soltero cerrado al amor por cosas pasadas por lo que su vida se centra en su profesion y...