Capítulo 37

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Joy...

—La ex amante de tu novio ahora es nuestra nueva huésped. ¡Que vida irónica!— hago una seña con los hombros por que es mas agradable de lo que recordaba.

—Necesitaba a alguien y decidí ser ese alguien. Independientemente de lo que hizo en el pasado, creo que todos merecen una oportunidad. Menos Atlas— pone ojos maliciosos cuando termino mi oración.

Hace tres dias esta Amanda como miembro nuevo, decidí que duerma en la misma habitación que yo, así por lo menos no se siente sola.

—¿Vas a renunciar?— pregunta mas serio que hace cinco minutos.

—De hecho ya fue enviada, sólo espero que estén bien— paso el dedo por la mesa en que estamos desayunando juntos. Dom fue a rehabilitación por su pierna rota y yo decidí quedarme.

Los extraño tanto... Que duele. Pero mas duele saber lo que él pensaba de mí. Aunque jamas dijo que me quería tenia planes a futuro conmigo. La desilusión duele un poco. Estaré bien.

—Buenos dias— llega una Amanda desganada a nuestro lado. Se sirve té por que el cafe le hace mal en su estado. Sebas la saluda cortes aunque puedo ver cierta molestia en sus ojos.

—Buenos dias Amanda. ¿Como te sentís hoy?— suelta un suspiro tembloroso.

—Mejor que hace tres días. John no deja de llamarme y mandarme mensajes—suspira triste— Casi no e dormido, el bebe comenzó a moverse y John no está para sentirlo— sin poder contenerlo mas se larga a llorar.

Sebas se levanta y se va dejandome con Amanda a solas.

—¿Qué...— soy interrumpida con el timbre que suena insistentemente.

Miro hacia la puerta extrañada, Dom no tiene familiares en esta zona por que viven en otra provincia. Sebas no tiene a nadie en el pais directamente. Me debato entre abrir o dejar que suene.

—¿Querés que abra por ti?— pregunta Amanda, niego con la cabeza.

—No te preocupes voy yo, aunque no sé quien podria ser— voy empujando mi silla de ruedas hasta la puerta, me pongo de costado y frente al picaporte para no golpearme. Abro un poco para ver quien se encuentra del otro lado.

Mis palabras no salen, estoy sorprendida de que tenga el descaro de venir.

—Joy...— tiene la barba recortada, está bañado y vestido deliciosamente con unos jeans rotos en las rodillas y una camisa a cuadros roja con mangas tres cuartos. No puedo sacar los ojos de la escultura de cuerpo que tiene— Te extrañe mucho preciosa.

—Y todos nosotros también— aparecen John, Miko, Joss... ¡Carajo! Amanda.

Cierro la puerta en sus caras, me doy la vuelta haciendole señas a la pelirroja que esta John tras la puerta.

—¿Que ocurre?— pregunta bajito.

—¡John!— le hago señas a la puerta, palidece comenzando a desesperarse— Tranquila, metete en la habitación.

Sale corriendo despacito, cuando siento el clic de la puerta la vuelvo a abrir.

—Ey, que mala nos cerraste la puerta— Miko empuja a Atlas para pasar primero. Se acerca a mí dandome un abrazo.

—Disculpen pero tenia que ordenar algunas cosas que  estaban fuera de lugar— me hago a un lado dejando que entren. Atlas no sabe que hacer. Si besarme, abrazarme o qué.

Sin esperarlo se acerca abrazandome, al principio me pongo rígida pero sin poderlo resistir me relajo devolviendole el abrazo.

—Te extrañe mucho preciosa, ¿Como te sentís?— me pregunta al oído sin soltarme, entierra la cara en mi cuello al momento de responderle.

El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora