Capítulo 39 Extra 1

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Joy.. 

1 año después.

Me levanto de la cama al encontrarme con que esta vacía del lado de mi esposo. Luego de su maravillosa propuesta en el avion, me dejo sin aliento dos semanas después con una boda al atardecer en la playa. Lloré como un bebé.

La emoción fue inmensa por que todos nos acompañaron en ese momento especial para nosotros, Iker entro con los anillos. Mi pequeño todo un hombrecito mientras caminaba hacia nosotros con una almohadita y dos alianzas de oro blanco.

Pasamos uba noche magnífica. El sólo recordarlo me dan ganas de llorar.

Ahora luego de un año de muchas emociones por fin puedo caminar, la semana pasada deje el bastón y puedo caminar bastante bien. Debo correr al baño a vomitar.

Atlas no sabe nada, y creo que se alegrará por la noticia. Tengo miedo.

Tocan la puerta, me levanto del suelo, lavo mi boca me acomodo un poco y salgo a la puerta a fijarme quien vino. Nomas abro la dichosa puerta entra una melena roja sin parar de hablar.

—Hay por Dios amiga que cara de muerto tenés, ¿Cómo te sentís? ¿Atlas júnior te trae muchos problemas?— habla rápido sin parar, ocasionandome un dolor de cabeza seguido de un mareo, que al darse cuenta de mi traspié me sostiene de los hombros.

—No puedo dejar de vomitar, todo me da vueltas, me dan asco los perfumes— suelta una risita al terminar mi oración.

—La vas a tener difícil amix, por suerte tengo esta maravilla, me ayudó con Maggie, no podia levantar la caveza del inodoro— me entrega una cajita de te de jengibre.

Esta radiante, sentada en mi cama con esa melena indomable, pechos mas llenos. Pelo brillante...

—¡Hay por Dios! ¡Estás embarazada!— pego el grito haciendola sobresaltar en mi cama.

—¡Shhh! Van a escucharte loca. Todavia no lo sabe, recien vuelvo de la clinica, le dije que iba a hacerme un corte de pelo, lo cierto es que me desvíe. Ni loca me lo corto— dice toda dramática, me siento a su lado abrazandola. Es una gran amiga.

—Felicidades ami-miga— digo entre hipidos sin lograr contener el llanto.

La puerta se abre de golpe revelando a mi marido, paso del llanto a la excitacion en dos segundos. Con esos pantalones cortos de básquet con una musculosa revelando sus esculturosos brazos, ahora lloro pero de calentura. Rapidamente se acerca a mi lado.

—¿Que ocurre amor?— me abraza mientras me besa los labios. Le muerdo el labio inferior haciendolo gruñir.

—Uff ¿por donde empezar? Me levante mareada, luego vomite, empecé a llorar y ahora estoy caliente— me toca la frente preocupado— no esa calentura, es mas la que sólo vos podes apagar grandullon.

Mira a Amanda que le faltan los pochoclos para estar mas cómoda.

—Okey, me voy. Felicidades— palmea a Atlas al pasar por nuestro lado.

—Perra...— digo bajito, suelta una risa baja y se va de la habitación dejandonos solos.

De repente tengo calor...

—Y bien. ¿Por que me felicitó? ¿Algo para decirme muñeca?— pasa las manos por el contorno de mi cuerpo calentandome a su paso con un simple roce. Sabe lo que me provocan sus caricias y se aprovecha. Muerde mi cuello suavemente haciendome gemir.

—Tengo un atraso de veinte dias— se pone rigido, en el pasado tambien tuve un atraso pero fue falsa alarma.

—¿Y eso quiere decir...?— deja en suspenso la pregunta, esperando que termine de hablar. Sus brazos rodean mi cintura, juego con mis dedos en su pecho haciendo circulos.

—Quiere decir que seras un sexi grandullon papá— puedo sentir como deja de respirar, se agacha un poco para estar a mi altura. Me mira a los ojos con ambas manos en mis mejillas.

—Dime...Dimelo otra vez Muñeca— no me deja apartar los ojos lagrimosos de su anatomía acuosa.

—Vamos a tener un bebé Atlas— se le cae una lágrima y me abraza, me levanta en brazos dandome vuelta mientras me besa— Amor, provablemente no deberias seguir dandome vuelta, a menos que quieras terminar vomitado.

Para en seco el festejos de vueltas. Comienza a reír como un maníaco.

—Oh Dios..  Un bebé. ¡Iker!— grita desde la habitación, siento unos pasos apurados por el pasillo hasta que entra— ¡Un hermanito!— ambos gritan escandalosamente.

—Siii debo ir a reclamarle al tío Miko que gané y el perdió ¡Yei!— lo miro asombrada por que festeja por una apuesta.

—No me mires a mí, no sabía nada— se excusa Atlas antes de tiempo— Debemos organizar una cena para decirselos a todos.

Habla super entusiasmado, casi mr cagó del miedo por su reacción y esta super encantado.

—Probablemente deberemos esperar, Mamá y Tom están en la casa de la playa. Mish y Dom tienen una cena por su aniversario. Después Amanda le tiene una sorpresa a John, asique esta noche no podrá ser— me besa en los labios mientras sonrie.

—Entonces esta noche es nuestro festejo privado, solo nosotros dos, la cama. El sillon, la ducha. Podemos festejar bajo todas las superficies visibles de la estancia— me mira con ojos pícaros— Ya regreso voy hablar con la abuela Estela que está abajo con Iker.

Sale disparado para abajo, decir que estoy contenta es quedarme corta. Estoy eufórica, la familia se agranda por fin... Las cosas se acomodan como deben ser.

—Ahora si... Sos toda mía por varias horas...— entra Atlas nuevamente en la habitación para comenzar a sacarse la ropa rapidamente.

—Pero no desayune..— se acerca en nada mas que boxers. Comienza a sacarme la remera seguido de los pantalones cortos de pijama.

—Desayunamos luego preciosa, necesito mi dosis de mami. Ademas debo bañarme estoy todo sudoroso. No alcanzo a enjabonarme la espalda— una vez logra su cometido de sacarme toda la ropa, se agacha, me sostiene de la caja torácica con una brazo mientras que con el otro me sostiene de las piernas. Así nos encamina al baño.

Luego de preparar el agua conmigo en brazos nos mete a ambos juntos. Me estampa contra la pared y gimo por la sensacion que me dan los azulejos fríos en mi piel.

—Oo señor Wells... ¿Está cachondo?— le pregunto con voz traviesa, siento como la punta de su miembro acaricia mi entrada, me da una sensacion de electricidad placentera que me roba un gemido.

Mis piernas rodean la cintura de mi flamante esposo mientras que él me sostiene fuertemente de las nalgas.

—Me calienta mucho me que digas señor Wells... ¿Preparada?— solo puedo asentir por que lentamente se va hundiendo en mi interior. Cuando llega al fondo debo hacer un esfuerzo por no acabar por el roce en la zona g— Tan mojada... Tan mía... Te amo mi Joy...

Comienza el vaivén delirante de sus caderas haciendome perder la razón.

—Te amo... Mucho— suelto entre jadeos placenteros.

El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora