Capítulo 23

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Joy..

Siento algo pesado en mis piernas y cadera, quiero darme la vuelta pero es bastante pesado, al mirar para la zona obstruida me doy cuenta de que es una pierna musculosa muy deliciosa dandome cuenta de que es Atlas, ¿A que hora habrá llegado? ¡Dios me quede dormida!

—Llegue muy tarde, no te aflijas, mejor sigamos durmiendo—me habla pegado a la oreja, con una voz ronca y rasposa.

No puedo evitar el escalofrío que me recorre el cuerpo, erizandome la piel en el camino, siento besos por la espalda hasta el cuello, cierro los ojos sintiendo muchas sensaciones muy lindas que nadie me habia provocado.

Quiero decirle tantas cosas... Pero no me animo, quiza por miedo pero me imagine como nos diríamos te amo, mientras lo haciamos hace unos dias, una lagrima solitaria rueda por mi mejilla, disimuladamente la limpio, no puedo sentir con él, por que sé me romperá el corazón.

—Que rico es tu olor preciosa, deberiamos desayunar acá, ¿Te parece?— siento una opresion en la garganta.

—Debemos levantarnos por que nos puede ver Iker— me levanto rápido, encerrandome en el baño sin dejarlo responder, me siento a veces como el secreto sucio que no quiere que nadie sepa, aunque a veces trato de entender su posición, pero nadie entiende la misma.

—¿Está todo bien? ¿Hice o dije algo malo?— no y sí, me siento patética.

—Está todo bien, solo necesitaba pasar al baño, me dio un cólico— lo siento pegado a la puerta.

—Voy a preparar el desayuno y llevamos juntos a Iker al jardín, ¿Te parece?— no no me parece, pienso, ¿Por que de un momento sintiendome feliz y cálida paso a sentirme triste? Simplemente no lo entiendo.

—Si esta bien— contestó aparentando tranquilidad que no siento, pero debo reprimir lo que sea que me esté ocurriendo, no puedo hacer un berrinche o escena.

Me lavo rápidamente, me cambió poniendome ropa limpia, me miro al espejo sonrío para mejorar un poco mi animo, "Mereces todo el amor del mundo Joy" me repito, ahora con una actitud positiva salgo del baño para encaminarme a la cocina.

Al salir de la habitación puedo escuchar a Iker hablar con Atlas muy entretenido.

—Com Hoy te hicimos la tarta, ¿Te gusto papi?— el tono de su voz me enternece cada que lo escucho hablar.

—Si hijo me encanto, ¿Queres probar?— justo entro cuando Atlas esta cortandole un trozo de tarta.

—Buenos días— saludo con una sonrisa, miro a Atlas que no me saca los ojos de encima me guiña un ojo y le da tarta a Iker, por otro lado el pequeño se levanta como si tuviera hormigas en los bolsillos y viene con brazos abiertos a saludarme, son lo mejor del universo sus abrazos.

—Buen diiiiaaaa Joooyyy— me rio por su alegria y efusividad al verme.

—Hola hermoso, vamos a desayunar que debes ir al jardín— me siento a su lado, atlas me sirve una taza de té y luego de poner un plato con torta y otras cosas ricas se sienta a mi lado a desayunar, algo raro por que siempre se sentaba a lado de Iker, pero a este ultimo parece no importarle.

Estoy comiendo y observando a Iker que me cuenta sobre una de sus locomotoras cuando siento una mano en mi rodilla que va subiendo lentamente por mi pierna, la sensacion del calor de su mano en mi piel envia electricidad a traves de mi cuerpo.

Luego de desayunar los tres juntos, ayudamos a cambiar a Iker aunque le gusta hacerlo solo, dice que ya es un adulto en proceso y que debe hacerlo por su cuenta, con Atlas nos miramos para luego estallar en carcajadas mientras Iker nos miraba ceñudo.

Dejamos a Iker en el jardin, despues lleve a Atlas a buscar su moto para irse a entrenar. Ahora estoy con Iker que hace unas horas salio del jardin y queremos sorprender a Atlas en su entrenamiento, para luego ir los tres juntos a merendar a una confiteria nueva que abrio unas calles abajo.

—Papá va a estar encantado de que lo visitemos— aplaude ilusionado, sonrió con su entusiasmo.

—Eso espero enano— hace el intento de guiñarme el ojo, sigo manejando hasta llegar al estadio del equipo.

—No te alejes de mi lado cuando entremos, este lugar es enorme— le digo al pequeño por que ya puedo darme cuenta que es verdaderamente grande el lugar.

—Si Joy, bajemos— luego de estacionar y admirar la majestuosidad del lugar bajamos a la ves del auto, con Iker de la mano entramos.



Atlas..

—No me digas que hasta ahora no le has dicho aunque sea que la querés— pregunta asombrado Miko.

—No pude, me dio miedo que se ría en mi cara y me diga lo patético que fui— ambos se miran para luego hacerlo juntos a mi.

—Hay por favor no seas idiota At, hasta un crío se daria cuenta— me reprende Joss.

—¿Co...— quedó helado sin poder terminar la frase al creer escuchar una vocecita.

—Papiiii— efectivamente es él, pero...

Joss y Miko se miran, miran a Iker y luego a mí, estoy helado en mi lugar, no se a donde mirar o hacia donde disparar.

—¡Wellssss!— cierro los ojos con fuerza al sentir el grito del entrenador que al parecer se dirije a nosotros, me giro a buscar a la culpable de este desastre y no se si odiarla o besarla, me sonrie dulcemente pero al ver mi rostro enojado su sonrisa se borra.

—Sacalo de acá, esperame en el auto Señorita Enjell— puedo ver como sus ojos muestran sorpresa y luego tristeza, pero ahora en estos momentos estoy furioso.

—Lo siento— sale con mi hijo de la mano, Joss me mira con desaprobación mientras Miko directamente me dice que soy un idiota.

—¿Como es eso de que tenias un hijo y nadie del equipo estaba al tanto?— me dice el entrenador un poco envalentonado, creo que me sentiria igual a él.

—Eso es mi vida privada, por eso nadie lo sabia— niega con la cabeza.

—Somos una familia y entre todos nos cuidamos— ese comentario me enfurece mas todavía.

—Ninguno de esta "Gran" familia impidió que mataran a su madre— todos exclaman asombrados y tristes, salvo Joss y Miko— asique lo siento si no estuve vomitando rosas alardeando de mi hijo.

—Atlas calmate viejo, respira hondo— aconseja Miko, lo que menos quiero ahora es calmarme.

—¿Por que no acudiste a nosotros? Se supone que les doy apoyo a todos y trato de ser una figura paterna para los que han perdido a los suyos— ese comentario me hace respirar hondo, si no fuece por él estaria perdido— vamos a mi despacho a hablar tranquilos.

Estamos treinta minutos en su despacho donde me descargo de todo, se lamentó no estar para mi en ese momento, me dio un abrazo que De cierta manera me reconforto.

Me despedí del resto del equipo para luego irme al auto, ahora debo hablar con Joy, sólo espero no cagarla.

El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora