Capitulo 13

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Joy..

Esta mañana amanece hermosa, con el canto de los pájaros y el sol en toda la cara, son las siete de la mañana, me levanto luego de asearme y cambiarme me dispongo a ir a la cocina a preparar el desayuno para todos, hoy esta Atlas.

Espero que mejoren las cosas entre nosotros, preparé un cheese cake un poco de café para acompañar y a Iker una leche chocolatada, creo que deben estar por bajar, pongo el café en dos tazas con estas en mano me doy la vuelta para dejarlos sobre la barra desayunadora.

—Bue… ¡aaaah Joy puta madre esta calienteee!— ¿Puedo decir que meti la pata? Las dos tazas cayeron sobre el sexi de mi jefe— n-no puedo respirar.

Esperen ¿Que?

— Perdón señor no lo vi, pense que estaba en la habitación y no senti cuando bajó, ¿Que ocurre Atlas? ¿Se encuentra bien?

Esta rojo y le cuesta respirar, dios ahora ¿que hago? Yo y mi torpeza entrando en acción.

—S-soy a-alergico al café, ¡Hospital!— ¡lo unico que me faltaba!

—Ikeeer— grito desesperada buscando las llaves, una camisa para Atlas.

—Ya estoy listo, ¿Subo al auto? Es alergico al café.

—Si me acabo de dar cuenta, ¿Por que nadie me lo dijo?

—V-vamos carajo, me estoy muriendo—Atlas sale para afuera apoyado sobre Iker, Harryson por suerte nos espera con el auto listo.

Hace veinte minutos llegamos a urgencias, llame a Estela la abuela de Atlas, me dijo que esté tranquila y calmada que llega en pocos minutos.

Solo espero que esté bien, ¡Carajo que torpe soy! Aunque también es su culpa por no decirme nada, ¿Como alguien es alérgico al cafe y no se lo dice a nadie?

—Señorita, ¿Usted es Joy?— un medico o enfermero se me acerca, no sé estoy un poco alterada por todo.

—Hola si soy Joy— sonrie calidamente como anticipando lo que vendrá y me da un poco de tiro de gracia.

—El paciente Atlas Wells esta pidiendo que le digamos que quiere verla, le recomiendo no discutir para que no se altere, tuvo un shock por la alergia pero fuera de eso se encuentra bien, por otro lado me presento soy Adam medico encargado de atenderlo. Es un gusto señora.

—Muchas gracias doctor y no soy señora soy señorita, si me disculpa paso a verlo— se hace a un lado me indica la habitación donde se encuentra en la guardia a lado de la enfermería.

Con el corazon en la boca me acerco a la puerta, respiro profundamente para relajarme aunque sea momentaneamente y toco.

—Adelante— por lo menos su voz se siente bien dentro de todo.

—Señor me llamó, ¿Como se encuentra?— tiene los ojos cerrados pero al escucharme hablar abre los ojos dandome una mirada gélida.

—Que ¿Como me siento? ¿Que te parece?— medio ladra, voy a tratar de cumplir con lo que me recomendó el medico y no pelear con él.

—Lo siento señor yo no tenia idea de que fuece alergico a algo, nadie me notificó, además entró sigilosamente a la cocina— puedo ver la furia en su mirada.

—Tu torpesa no te dejo ver por donde caminabas, no sirves para nada ni siquiera para cuidar a nadie, no se como pensé que mi hijo estaba en buenas manos contigo hoy me di cuenta que sos un peligro para la población, deberias desaparecer del planeta, sos una inepta, una inútil y fue un error el haberte contratado, está de más decir que estas despedida, no quiero verte en mi vida o sino haré la tuya un infierno como te metas en mi camino, ¿Esta claro señorita Enjell?— me trago amargamente las lágrimas, en estos momentos es donde quiero que un agujero se abra y me trague, no se hacer nada bien.

—L-lo siento mucho señor Wells, jamás fue mi intención hacerle mal, me retiro— no me dice nada cuando me voy.

—¿Que paso cielo?— niego con la cabeza al encontrarme a Estela en la puerta a punto de entrar, me muero de verguenza si escuchó la conversación.

—Nos vemos señora Estela, cuide mucho a Iker— sin dejarla responderme salgo del lugar, Harrison me dice si quiero ir algún lado, pero ahora necesito estar sola.

Salgo caminando por las frías y grises calles de esta ciudad que creí me ayudaria en estos meses, pero no puedo aparentar ser algo que no soy, soy torpe, tonta e ingenua.

Hace diez minutos se largó a llover, me senté en un parque de camino a mi casa o la casa de mi mamá, a estas alturas estoy mojada en todas partes imaginables, las lagrimas se mezclan con la lluvia, me siento patética.

Mi celular no deja de sonar, no se quién me llamará pero no tengo intención de atender, quiero sentir el frio de la lluvia y el viento en mi cuerpo, aunque quiza me levante enferma a la mañana siguiente, necesito sentir esto por un momento.

Voy a consultar si puedo realizar el traslado para Washington, quizá en una de esas mis papeles puedan ser agilizados y me voy antes de lo previsto. Ya la tarde dio paso a la noche voy a tener que volver a la casa, sino me hara mal el frio y mi cuerpo ya esta temblando.

Camino lentamente unas cinco cuadras acercándome cada vez mas a la meta, me siento cansada y triste ademas de muchos adjetivos más que no me pondré a contar, me siento más mal de lo que ya estaba, solo espero llegar entera a la casa, unas diez cuadras más me siento mareada, mi cuerpo tiembla, y estoy toda mojada.

—¡Oh cielo!— mamá se asombra de mi patetico aspecto— ¿Que pasó?— no se como decirle lo estupida que es su hija, que mi torpeza volvió a hacer acto de presencia arruinando todo.

—Ma, volví a meter la pata— lloro en su hombro, me abraza tratando de reconfortarme, es una gran madre siempre vio cosas buenas en mí cuando nadie me apoyaba.

—Vamos a dentro hija estas helada,¡ Joy… Joy reacciona hija!— la siento que me grita pero sucumbi al cansancio y frío que tomé de gusto, cayendo en la inconciencia.

El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora