Atlas..
Luego de esperar a que busquen a su amiga por fin nos vamos a un hotel cerca de esta ubicación, no puedo llevarla a mi departamento por que mi hijo está con mi prima y no me parece correcto.
—Contame algo de vos linda.
Me mira y puedo sentir su perfume flotar en mi deportivo, jamás volvere a lavarlo así no se va su olor.
—Ammmm, vivo con mi mamá que esta a punto de casarse y hace poco volvimos al pueblo, va aunque ahora ya es una ciudad.
—¿Donde estabas? Si se puede saber.
—En Rusia por trabajo con mi mamá, se terminó el plazo y volvimos.
Seguimos hablando de nosotros un poco, omito la parte que soy un jugador famoso y padre, por primera vez en mucho tiempo puedo ser yo mismo, sin presiones externas. Solo Atlas, el joven que soñaba en grande.
Entramos al hotel luego de estacionarnos en el sótano del lugar, el hotel es de lujo y tengo un departamento solo para mí, subimos directamente por el ascensor ella no deja de mirarme.
—Me encantas— me tiro a sus labios, son como me los imaginé, suaves y sedosos.
Suelta un jadeo de la sorpresa y aprovecho a explorar su boca con mi lengua, suelta pequeños gemidos que me enloquecen y suben mi libido por las nubes.
—No contengas tus gemidos, quiero escucharte cuando grites mi nombre, fuerte y claro.
Llegamos a la dichosa habitación, le arranco la ropa entre jadeos y gemidos, la tiro en la cama una vez la dejp en ropa interior, se me corta la respiración al contemplarla.
—¿Tomas pastillas? Yo estoy limpio pero no quiero ponerme preservativo.
—Si tomo la pildora.
Me saco la ropa a la velocidad de la luz, no puedo contenerme tengo una necesidad impediosa de unirme a ella, le saco el corpiño y la tanga mientras la beso en cada rincón de su delicioso cuerpo.
La beso y la hago ponerse en cuatro, así se siente menos sentimental, solo es sexo.
—¿Lista?— asiente con la cabeza entre jadeos y gemidos por mis caricias.
Pocisiono mi miembro en su entrada, al principio cuesta que entre, ella se pone rigida cuando metí hasta la mitad y ahí me doy cuenta, salgo y la acuesto.
—¿Sos virgen?— va a girar la mirada pero me acuesto encima suyo sin dejarla que corra su rostro— mirame a los ojos preciosa.
Asiente con la cabeza, iba a darle rudo pero al descubrir esto cambie de planes, voy hacérselo suave.
La beso por el cuello, bajo a sus pechos llenos los muerdo, lamo y chupo, ella se retuerce en mis brazos, la hago estremecer y cuando siento que está bien mojada vuelvo a intentar entrar, pero mas suave.
La beso en los labios mientras me sumerjo en ella.
—Relajate linda, va a doler un poco pero te prometo que luego sentirás mas placer— asiente con la cabeza mientras me atrae a sus deliciosos labios.
Me sumerjo completamente, espero un momento a que se acostumbre a mi tamaño y cuando balancea sus caderas comienzo a moverme en su interior, la presión que me ejerce es tanta que no puedo evitar gemir como loco.
Planeo darle la mejor noche de su vida y que luego quiera repetir, por que para mí con una sola noche no me bastará. Quiero mas.
Suelto un gruñido al darme el sol en toda la cara, maldita sea con el sueño que estaba teniendo, en él la encontraba a la chica de mis sueños y le hacia el amor toda la noche.
Abro los ojos de golpe al sentir una respiración acompasada, la veo… es una ángel y no fue un sueño, fue real.
Me pongo de costado para admirarla mientras duerme profundamente, delineo su figura con mi dedo, le planto un beso en sus labios y me dispongo a ver la hora, quizá me de tiempo a darle un mañanero antes de tener que irme a entrenar.
Me doy la vuelta hacia el reloj con una sonrisa hasta que… ¡Mierda! Llego media hora tarde, salto de la cama y me visto a la velocidad de la luz. Agarro mis cosas y salgo a toda maquina, en recepción le escribo una nota, le pido que le compren flores y que le manden el desayuno.
Antes de irme agarre su celular y me llamé al mio para que me quede su número, no podré llevarla a mi casa pero puedo traerla acá.
—¡Llegas tarde Wells!— me grita Ward mi agente.
—Descubriste América Ward, muy gracioso.
—¿Te pasaste de diversión anoche?—suelto un gruñido.
—No me jodas, no tengo ganas de sermones— apoya las manos en las caderas.
—Domenico esta que escupe fuego de lo enojado que está, te sugiero que contemples las salidas de emergencias y por favor la proxima pone una maldita alarma.
Se da la vuelta para dirijirse a su despacho mientras yo hago tripa y corazón mientras abro las puertas de la cancha donde todo el equipo esta concentrado.
—¡TARDE WEEELLSSSS! maldita sea debes estar con la mente en el juego, en vez de eso andas tras valla a saber que zorra.
Ese puto comentario me enfurece, ella no es nada de eso.
—Lavate la boca con lavandina, ¡cabron!— se da la vuelta con una mirada colerica y ladra en mi dirección.
—¡Suspendido! Fuera de mi campo de juego.
Mierda, aprieto la mandíbula y me voy de este puto lugar, estoy arto de que quieran controlar mi vida y lo que hago o dejo de hacer.
—¿A donde crees que vas?— corre a mi lado Ward, genial.
—A mi casa, ¿Que parece?
—Primero me bajas el tono, ¿Que paso?
—Me suspendió, me largo de acá.
Salgo como bala de este estadio, siempre que ocurren suspensiones son tres dias, asique podré acomodar mis ideas.
Me subo a mi deportivo para dirijirme a mi casa, ahi me esperan Timy y mi hijo, anoche se quedaron a dormir los tres ahí, mi prima, su esposa y mi hijo por supuesto.
Quiza se me fue la mano con el entrenador, pero no voy a permitir que hablen así de ella.
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El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)
RomanceAtlas es un jugador estrella de Rugby, es el chico adorado de los fanaticos de dicho deporte. lo que nadie sabe es que puertas adentro de su casa, él es padre soltero cerrado al amor por cosas pasadas por lo que su vida se centra en su profesion y...