Joy…
—Joy…— siento que golpean mi puerta y sé que es Tom, es el unico hombre aceptado en esta casa de chicas.
—Pasa Tom— abre la puerta y puedo ver cierto nerviosismo en él— ¿Pasa algo?
Se siente en el piso y juega con sus dedos, definitivamente esta nervioso.
—Quiero sorprender a tu mama mañana y queria preguntarte que te parecía.
Saca una cajita de anillo roja como le gusta a mama y al abrirlo un anillo con la piedra del color favorito de mi mama descansa en el flamante estuche.
—¿Es lo que creo que es?
—Si, quiero que sea mi esposa, ¿Te parece bien? O ¿es muy pronto?
—¡Hay Tom! Me encanta tu preocupación, pero ¿vos que sentis?—la mirada se le torna acuosa cuando me da la mejor respuesta que podia esperar.
—Que sin ella no soy nadie, no quiero vivir sin ella es mi felicidad, la amo como jamás creí capas de amar.
—Ahí tenes la respuesta, esperé tantos años para ver el momento en que un hombre este dispuesto a amarla y darle lo que merece, eso sí como hija mi deber es advertirte— se rie con lágrimas corriendo en sus mejillas de felicidad— que si le haces daño por mas minimo que sea, se varias formas de tortura que me gustaria experimentar y no tendria problema en usarte de conejillo de indias.
—Oh créeme planeo hacerla feliz y el resto me lo reservo.
—No quiero saber, ¿Tenes un plan?
—Si planeo llevarla a comer esta noche y pedírselo, tengo un poco de nervios, ¿Y si no me acepta? ¡Oh carajo no pense en eso!
Me rio por como divaga todo nervioso, es tan tierno ver como un hombre la ama realmente y no como la cucaracha de mi padre.
—Tom tranquilo, ella te ama y va a estar encantada.
—Sos grandiosa Joy, vas a ver que algun dia llegará el indicado para vos, también mereces ser amada.
—Gracias Tom, pero no pienso así, ¿Quien podria amarme? Si ni siquiera mi padre lo hizo y encima me maltrató.
—Es un idiota que se perdió una maravillosa jovencita, no creas las cosas que seguro te a dicho, nada de eso es cierto.
—Voy a comprar los ingredientes oara hacerle la torta a mamá para mañana.
—¿No vas con nosotros?—niego con una sonrisa, no quisiera ser la metiche.
—No ese es momento para que pasen solos los dos, asique que la pasen genial.
Me da un abrazo y sale contento a organizar la mejor noche que van a tener, les deseo lo mejor por que ambos lo merecen.
Feliz salgo a comprar las cosas que necesito, tuve que ordenar un poco mi habitación por que no me agradaba la forma en que estaba por suerte ya tengo ordenadas a mis bebés.
Una vez que tengo todo lo necesario me dispongo a pasar por caja a pagar, cuando me detengo en un estante, esta el libro que mi mama quería hace tiempo pero que jamás se lo compró, asique sin pensarlo se lo llevo.
Ahora mas que contenta me dispongo a irme a casa nuevamente con todo lo que compré, tendría que haberme traido mi auto, pero como la tarde/ noche esta tan agradable decidí caminar.
Lo que no me gusta de salir caminando son las zonas oscuras, por que obviamente pasan cosas raras, lo veo siempre en las películas y justo me toca pasar por la boca de un callejón medio a oscuras sin nadie al rededor, no voy a sentir miedo por que sé defenderme pero no me gusta la sensación que estoy sintiendo ahora.
—Oye nena, que buen culo tenés— esto es lo que digo, siempre habrá un baboso cerca.
—Oye amigo podriamos compartir, yo pido su dulce culito, y esas tetas son enloquecedoras.
Siento un rugido atras mio y creo que es alguno de estos malandras cuando me abrazan por atras, casi me pongo tensa Si no fuera por la corriente que me recorrio el cuerpo y las palabras que me dijo al oido.
—Por favor seguime la corriente— solo asenti con la cabeza, esa voz gruesa y baja me puso los pelos de punta, mandando una corriente extraña e inexplicable a lo largo de mi cuerpo— Oh cariño al fin te encuentro, ¿Donde te habias metido?
Si no fuece por que estamos en una situación rara va estoy yo, me quedaria babeando mientras lo escucho hablar.
—Pensé que me venias siguiendo cielo, pero al fin estas acá, vamos hacer torta.
—¡Mmm que rico!— dioses de todo lo caliente en esta tierra, no puede hacer así y pensar que no tiene ningún efecto en mí— pero mas rico es probarte a vos muñeca.
Me da un beso en el cuello que me corta la respiración y lo siguiente me derrite más, me besa suavemente.
—Ahora lacras si no quieren que les arranque la lengua les conviene evaporarse.
No termino su amenaza que ya habian salido corriendo para atrás.
—Muchas gracias por auyentarlos, me llamo Joy.
Me mira como si estuviera hipnotizado, a pesar de la oscuridad del lugar puedo ver su belleza, al contemplarlo puedo ver lo hermoso que es, las pestañas largas, lo alto y fornido que es y ahi comprendo por que huyeron los cobardes, por que esta delicia de hombre intimida.
—Un gusto linda, me llamo Atlas ¿Puedo acompañarte? ¿Estas bien?
—Si, estoy perfecta, gracias por ayudarme, ¿De donde saliste?
Me sonríe mientras entrelaza su brazo con el mio para empezar a caminar con destino a mi casa.
—Te vi cuando saliste y me quede de pie en la puerta de mi auto, me diste curiosidad y me quede viendote alejarte, pero vi justo los dos sujetos que se te acercaron y decidí intervenir.
—Te agradeceré siempre el que me ayudaras, aunque supongo que los hubiera podido derribar.
Suelta una risa incrédula y me mira esperando a que yo también lo acompañe pero eso no sucede, lo miro levantando una ceja.
—Créeme preciosa cuando te digo que te creo, pero esos hombres eran dos y quiza más fuerte que vos.
—Eso lo sé, pero se defenderme.
—Me encantan las chicas fuertes de alma guerrera.
—Eso es lo que ocurre cuando creces con una mama que te enseña a defenderte.
Me sonríe, seguimos hablando comodamente sin preocupaciones hasta que llegamos a mi casa.
—¿Querés pasar a tomar algo?— mira la hora en su reloj y hace una mueca.
—Lo siento me encantaría pero debo llegar a casa.
—Oh no hay problema, nuevamente gracias por tu ayuda, supongo que nos veremos por ahí.
Me sonríe casa una lapicera de su bolsillo y anota un numero en mi mano, se acerca y me da un pico en los labios.
—Nos vemos linda— me guiña un ojo y se va por donde vinimos.
Cuando me miro lo que escribió automáticamente se me dibuja una sonrisa en la cara.
(“Irradias luz” te dejo mi número por si querés tomar algo conmigo algún dia, no muerdo aunque quizá quiera morderte a ti.)
La mejor nota de mi vida.. Me la dio un extraño no tan extraño.
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El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)
RomanceAtlas es un jugador estrella de Rugby, es el chico adorado de los fanaticos de dicho deporte. lo que nadie sabe es que puertas adentro de su casa, él es padre soltero cerrado al amor por cosas pasadas por lo que su vida se centra en su profesion y...