Capítulo 25

71 4 0
                                    

Atlas..

No puedo dormir, doy vueltas en la cama sin ningun efecto positivo de que Morfeo me de un golpe que me duerma. Me dio miedo ir a su habitacion quise darle mas tiempo, pero creo que iré ahora.

Sí eso haré, salto de mi cama en boxer y de esta manera salgo, compruebo que Iker este dormido y bajo las escaleras, todo esta en silencio, a oscuras, mientras bajo las escaleras las luces de los escalones se va prendiendo.

Agarró el pasillo que da a su habitación— debo pedirle que duerma en las habitaciones de arriba para tenerla cerca, o en mi habitación— no sin antes mirar en direccion a la cocina, quiza estaba tomando agua o algo, pero estaba vacia.

Al llegar a su puerta esta se encuentra cerrada, no quiero tocar y despertarla de golpe, por lo que me decido a abrirla entrando directamente, como suponia todo esta apagado incluso sus computadoras algo que me parece extraño.

Prendo la luz del celular y con horror descubro que no está, ¿Se fue? ¿En que momento? Desesperado reviso su placard y el alma me vuelve al cuerpo un poco al comprobar que su ropa está acá, miro la hora son las cuatro de la mañana por lo que debe estar durmiendo donde sea que esté.

Decidí acostarme en su cama quiza de esa manera puedo dormir aunque sea unas horas. Hace una hora que estoy en su cama, rodeado de su olor y la tengo dura... Carajo, necesito dejar de pensar en ella y su delicioso cuerpo o tendre que usar la mano. Respiro profundo para relajarme.

Joy... Joy... Espero me perdones.

Joy..

El fin de semana pasó volando, ya debo regresar a mi lugar de trabajo cosa que en estos momentos no tengo animos de pisar. Solo regreso por Iker, a partir de ahora haré la ley de hielo y lo tratare como toda empleada.

—Te puse un tapper con tortas y ptras cosas que deje preparadas para que comas con Iker y Atlas— me dice mama muy entusiasmada.

—Atlas queda fuera de la ecuacion, no le gusta romper su dieta— ahora me mira mas calmada, seguro pensó que pasó algo y no entre en detalles de nada, quiero solucionar mis problemas sin hacerla preocupar.

—Cualquier cosa que necesites tenes mi número pequeña Hack— me nombra Tom por mi apodo sacandome una sonrisa.

—Lo sé, gracias— nos abrazamos los tres juntos.

—Bueno es hora de irme, quiero organizarme bien para mañana que comienzo con la rutina. Adios mama, adios Tom, cuidense.

Ambos me saludan, me subo a mi auto y emprendo marcha para la casa de Atlas, el dia esta hermoso, sol, sin nubes, aunque esta comenzando a oscurecer.

Tengo pensado entrar por la puerta de servicio, esa que me prohibió usar Atlas, por que decia que podia usar la principal, pero como no me gustó su trato voy a comenzar a usarla y dirijirme a él como cualquier empleada.

Termine de estacionar mi auto y en silencio me bajo, no quiero llamar la atencion de él y tener que enfrentarlo, lo haré mañana de todos modos, pero si puedo retrasarlo mejor. Entro por la puerta trasera, en silencio me dirijo a mi habitacion, por suerte todo esta en silencio y la luz de mi lugar apagada como la deje, eso quiere decir que no estuvo acá.

—Me alegra ver que volviste Rubia, perdón por tratarte mal— pego un grito a la vez que saltó en mi lugar.

—¡Mierda Aaaah!— me lleve el susto de mi vida, y eso que hackear conlleva ciertos sustos, pero el ser sorprendida a oscuras es terrorífico.

—Lo siento, lo siento tanto, sé que fuiste al entrenamiento con buenas intenciones, es mi culpa por no decírtelo— prendió la luz, esta a dos pasos de distancia, el corazon me late a toda maquina, no se si por el susto o por su cercania.

—No quiero hablar ahora señor, con su permiso debo descansar para atender a su hijo— veo decepcion y tristeza en su mirada y postura, tiene los hombros caídos. Pero no sabe el daño que las palabras pueden causar.

—Por favor Joy... Hablemos— no sabe si acercarse o quedarse quieto, por mi parte quiero la segunda opcion, creo que si lo tuviera cerca su aroma me idiotizaria y necesito estar centrada.

—Es tarde señor Wells, deberia descansar para el entrenamiento de mañana— le sugiero amablemente y espero que me haga caso, no quiero discutir.

—No quiero estar formalidad entre nosotros, cometí un error Joy, por favor no me apartes— me cruzo de brazos mirándolo enojada.

—Así fue como te referiste a mi Señor Wells soy una simple empleada, tiene razon en eso, estoy aquí para cuidar del niño Iker y le voy a pedir amablemente que se retire de mi habitación que quiero descansar— se tira de los pelos frustrado por mi negativa supongo, a mi me frusta su locura y no hago dramas.

—¡Dios! No quiero, pero por esta noche lo dejo pasar, en la mañana y todos los dias estaré buscando la manera de que me escuches, me perdones y volvamos a lo de hace unos dias— suelto una risa seca.

—No me apetece, pero gracias por la sugerencia— abro la puerta en una clara invitacion a que se valla a la mierda— Que tenga buenas noches.

—Lo siento realmente Joy, que descanses— se va como un cachorrito abandonado con la cabeza caída entre los hombros, me da un poco de lastima y quiero tirarme a sus brazos, pero si no me hago respetar nadie lo hará.

Acomodo un poco mis cosas, me desvisto para acostarme por que estoy agotadisima, el volver y encontrarlo escondido acá fue cansador, aunque me encante verlo, ahora siento cierta decepcion, no me explica las cosas y cuando hago algo que evidentemente no tenía que hacer pero nadie me dijo, se enoja a tal punto de lastimarme con sus palabras, eso es cansador ya lo pase con mi padre al que sentía que debía agradarle, hasta que mamá lo echó y me dijo que si no me queria por como era seria problema de el.

Sin ella no seria nada.

El sueño de Atlas (#3 S. Amores Tercos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora