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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 5


—Lilith —me saludó Mark. Se veía sonriente. Los rizos castaños le caían en la frente y vestía su traje de oficina. Odiaba reconocer lo atractivo que era—. Al fin te encuentro, cariño —añadió mientras caminaba con prisa hacia mí. Lo frené cuando intentó abrazarme.

—Ya no tienes derecho de llamarme así, Mark —me dio mucha satisfacción decirle eso. Sentí la mirada de Larissa sobre mí y al alzar la vista a ella, me di cuenta de que tenía el ceño fruncido.

—Por favor, Lili —insistió Mark—. Solo quiero hablar contigo.

—Pues yo no quiero —tomé la mano de Larissa y la obligué a caminar.

—¿Mark? —preguntó ella. Yo sabía que recordaba ese nombre.

—Te explico en el auto —respondí. Ella asintió. No sabía realmente cómo describir su expresión. Parecía preocupada y disgustada al mismo tiempo. La entendía. Mark ponía de mal humor a cualquiera.

—Solo un segundo, Lili.

De un momento a otro me encontré entre los dos. Cada uno me sujetaba una mano. Mark lo hacía con más fuerza. Larissa lo obligó a que me soltara y casi de un tirón me hizo quedar detrás de ella. Me sentí tan pequeña en ese momento, pero tan segura al mismo tiempo.

—Lilith ya le dijo que no quiere hablar con usted —intervino Larissa.

—Ni si quiera sé quién es usted —respondió Mark con desdén—. Mi asunto es con Lilith. Cariño...

—Ya no me digas así —lo tomé del brazo para llevarlo a la salida. Y antes de empezar caminar miré a Larissa—. Lo siento —le dije—. Solo dame un momento.

Ella simplemente asintió.Pero no  se quedó tranquila. Fingió observar los cuadros que estaban cerca de nosotros para cerciorarse de que nada se saliera de control. Para cuidarme. Larissa podía decir muy poco con palabras, pero todo eso era compensado con sus acciones. Era una mujer increíble.

—¿Qué haces aquí? —le pregunté a Mark. Y no me esforcé por sonar amable—¿Cómo supiste que yo estaba aquí?

—Me encontré con Joan uno de estos días y escuché cuando le dijo a otra de sus amigas que venías todos los sábados a la galería. Vine la semana pasada, pero creo que no lo hice a tiempo. ¿Dónde estás ahora? Creí que te había tragado la tierra.

—Mira, Mark, sé que tal vez te equivocaste, que tal vez estás arrepentido. Pero realmente eso a mi ya no me interesa —estaba ignorando sus preguntas a propósito. No quería decirle a dónde me había mudado y correr el riesgo de que se atreviera a buscarme—. Sin importar si te hubieras metido con esa chica o no, yo te habría dejado de cualquier forma. Nuestra relación no iba a llegar a ningún lado. Los dos lo sabíamos.

—¿Y con ella si? —cuestionó, mirando a Larissa.

Ella seguía relativamente cerca, pero ahora estaba atendiendo una llamada. Me sentía avergonzada. Si no le hubiera insistido en que me acompañara no habría tenido que pasar por esa situación tan bochornosa. Además, por un momento pensé en que seguramente ahora había surgido algún problema en la academia y ella estaba lejos.

—¿Y qué si así fuera?

—No creí que fueras esa clase de mujer, Lilith.

—¿Qué clase de mujer?

—De las que se acuestan con otras mujeres. Es una lástima. Si tan solo me dejaras...

—Soy bisexual —lo empujé al sentir sus manos en mi cintura—. Lo sabrías si te hubieras tomado la molestia de conocerme durante el tiempo que estuvimos juntos. Y lamento darte esta noticia, pero no me importa mucho lo que pienses, Mark. No te debo nada.

𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡 | 𝐋𝐚𝐫𝐢𝐬𝐬𝐚 𝐖𝐞𝐞𝐦𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora