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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 19


Afortunadamente mi departamento estuvo libre para ese mismo día, el domingo en la tarde, así que Larissa y yo nos trasladamos hacia allá. Hicimos una reservación en un restaurante, fuimos al bar en el que nos conocimos y pude darme el lujo de tocarla en el baño, tal como ella lo hizo esa noche. Para mí fue como cumplir una fantasía.

Para el lunes planeamos un almuerzo juntas. Ella no podía alejarse tanto de la academia, así que fui yo quien viajó. Conduje una hora entera para verla tan solo por una hora también. Fue extraño volver a estar en Nevemore en horario de clases, especialmente por que ya no estaba ahí como una maestra.

—Hola Beth —la saludé. No pareció sorprendida de verme, pero sonrió.

—Señorita Hart —respondió—. Cuando la señorita Weems me dijo que vendría creí que se trataba de una broma.

—¿Por qué? —cuestioné con confusión.

—No lo sé, solo creí que no volvería a verla por aquí.

—Bueno, aquí estoy —sonreí, enternecida ante el comentario de Beth. En varias ocasiones llegué a extrañar nuestras conversaciones—. ¿La señorita Weems?

—Está atendiendo a alguien más por ahora, pero...

—Tomaré asiento —terminé de decir por ella. Beth asintió.

Estar ahí, en esa silla, esperando en medio de ese pequeño pasillo, fue como viajar a mi primer día en Nevermore, cuando después de casi un año volví a encontrarme con Larissa. En ese momento yo solo quería terminar lo que habíamos iniciado en aquel bar.

No esperé nunca que ella se terminaría convirtiendo en alguien tan esencial para mí. Conocer a Larissa marcó un antes y un después en mi vida. Porque de esa Lilith ya no quedaba ni una pizca. Cuando la puerta de la oficina se abrió, tanto Beth como yo miramos en esa dirección.

Quien salió de primero fue una mujer de cabello rubio, alta y de complexión delgada. Larissa salió después. Ambas estaban sonriendo, conversando entre sí. Ninguna de las dos había reparado en mí y yo no quise interrumpir, así que me concentré en mi teléfono.

—Gracias por su atención, señorita Weems —dijo la mujer.

—Bueno, ese es mi trabajo —respondió Larissa. Yo deslicé la caja de aplicaciones de un lado a otro, fingiendo estar ocupada en algo—. Por cierto, ¿qué tal la relación con los muchachos? ¿Va mejor?

—Es difícil rellenar los zapatos de una buena maestra. Sobre todo si esa maestra es una gran artista. Y sin duda Lilith Hart lo es. Ellos aún hablan mucho de ella —al escuchar eso alcé la vista, con las cejas arqueadas. Tenía frente a mí a mi reemplazo, Zara. En ese momento mi mirada se cruzó con la de Larissa.

—Lili —me sonrió. Me puse de pie. Y Zara, que permanecía de espalda, volteó a verme.

—Hola —le dije a Larissa. Me acerqué para darle un abrazo y ella me dio un beso en la mejilla.

—¿Usted..? —Zara estaba sorprendida. Fue como si hubiera visto a un fantasma.

—Oh, sí. Lili, ella es la maestra Collins. Está cubriendo la plaza que dejaste.

—Me di cuenta —mencioné.

—No puedo creer que esté frente a usted —dijo Zara, igual de sorprendida, pero con una sonrisa tímida también. Yo reí. Miré a Larissa, que me estaba viendo ya. Me gustaba cuando sus ojos reflejaban orgullo hacia mí—. La he seguido desde sus inicios. La admiro tanto...

𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡 | 𝐋𝐚𝐫𝐢𝐬𝐬𝐚 𝐖𝐞𝐞𝐦𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora