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𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 16

ʀᴇᴄᴏᴍᴇɴᴅᴀᴄɪóɴ ᴍᴜsɪᴄᴀʟ: ʜᴇᴀᴠᴇɴʟʏ - ᴄɪɢᴀʀᴇᴛᴛᴇs ᴀғᴛᴇʀ sᴇx.


Siempre me había gustado la playa. Me gustaba observar la serenidad del mar, el agua extendiéndose en el horizonte sin un final aparente. Sentir la brisa salada golpeando mi rostro y despeinándome. Y ahora que estaba ahí, en un yate en medio del mar Egeo, más que todo eso,  me gustaba ver cómo la piel de Larissa se bronceaba poco a poco.

Yo estaba de pie, con la espalda apoyada en las barandillas, tomando sangría. Ella estaba acostada en una de las sillas, con los ojos cerrados. Su cabello brillaba con el sol. Las ondas poco definidas le caían en los hombros y le cubrían los pechos apenas un poco. Me gustaba admirar sus clavículas, lo prominentes que eran.

—¿Tengo algo en el rostro? —preguntó sin abrir los ojos. Reí. Recordé que la noche que nos conocimos me dijo algo similar. La vi incorporarse, pero no me acerqué.

—Sí —respondí—. Tienes dos cosas que me gustan mucho.

—¿Sí? —se puso de pie. Dos pasos le bastaron para llegar a donde yo estaba. Me quitó el vaso con sangría y tomó un sorbo.

—Me gustan tus ojos —le dije. Ella sonrió a través del cristal—. Lo azules que son. Y tus labios. Cuando tienes puesto el labial y cuando están así, naturales. De cualquier manera eres hermosa, Larissa.

—Tú también lo eres, Lili —acomodó una mano en mi rostro y después me dio un beso. Sus labios estaban fríos y dulces por la bebida. La mano de Larissa se deslizó de mi rostro hasta el área donde iniciaban mis glúteos. Me pegó contra sí. Me gustaba cuando hacía eso. Yo le aparté el cabello del frente y jugué con el tirante de su traje de baño mientras ella me besaba.

—Dijiste que solo te quedarías un par de semanas —mencioné. Larissa asintió—. Y eso hace fue hace varios días. Lo que quiere decir...

—Me iré la próxima semana. El martes.

Yo solté un suspiro. Me alejé de Larissa y volví a apoyarme en la barandilla. No me gustaba la idea de alejarme de ella otra vez, estar de nuevo a tantos kilómetros de distancia. Pero yo aún no me sentía lista para regresar. Y tampoco podía exigirle que se quedara, sabía muy bien que Larissa tenía la responsabilidad de la academia.

—¿Tan pronto?

—Sí, Lili. Se suponía que solo estaría aquí unos día, pero ya casi son tres semanas.

—Y de esas tres semanas solo estaremos juntas cuatro días contando este.

—Estuvimos juntas —replicó.

—Pero tú como otra persona —sin querer, mi voz salió más severa de lo que hubiera esperado.

—Lilith... —Larissa frunció el ceño con preocupación.

—No te estoy reclamando, solo... —suspiré mientras me encogía de hombros. Desvié la mirada al horizonte. Aunque casi de inmediato Larissa buscó mi atención y me besó—. Creí que ahora que estábamos juntas cambiarías el plan. 

—Por eso quiero estar contigo todo el tiempo que pueda —apoyó las manos en la barandilla, aprisionándome con su cuerpo. Tenía una buena vista con sus pechos en mi cara, pero aún así alcé la cabeza para poder mirarla a los ojos y besarla una vez más, alargando cada segundo.

De pronto sus labios pasaron de los míos a mi mejilla, bajaron a mi mentón hasta llegar a mi cuello. Pero después de lo que me acababa de decir, yo no estaba de humor, así que me removí, me alejé un poco. Larissa frunció el ceño y me miró sin decir nada mientras yo caminaba hacia las sillas. Me senté, dejé el vaso en la mesita que estaba a un lado y miré toda el agua que nos rodeaba. Por un momento quise quedarnos a vivir ahí.

𝐋𝐢𝐥𝐢𝐭𝐡 | 𝐋𝐚𝐫𝐢𝐬𝐬𝐚 𝐖𝐞𝐞𝐦𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora