Parece que la carta de navidad a los reyes magos no la había escrito bien, porque estaba segura de haber pedido específicamente "tranquilidad" para ese año, no tener a un cretino capitán de fútbol americano como compañero de habitación. Ah, y no tan solo era cretino, sinó también había desarrollado algún tipo de fijación en mi, porque se había autoencargado de hacerme un tour personalizado por el instituto, sin siquiera preguntarme si me parecía bien.
Supongo que eso era lo que le llamaban "arrogancia estadounidense". Pues vaya, menuda mierda.
-Oye, nena. ¿Me estás escuchando?
Zarandeé la cabeza y volví al mundo real, donde un tío de metro noventa, musculado y bronceado por el sol -al más estilo surfer- estaba con las manos cruzadas sobre el pecho, mirándome con la ceja alzada.
Vaya, ¿era eso el mundo real, o una escena salida de Wattpad? No podía decirlo.
-Había desconectado. ¿Podrías volver a explicarmelo? -pregunté, cortante-. Ah, y no me llames nena.
-Nunca nadie se había quejado de que la llamase así.
-Estoy segura de que mucha gente piensa muchas cosas sobre ti y no te las dicen, Taylor.
Él me guiñó un ojo. Un maldito ojo.
-Mi club de fans personal se encargan de decirme muchas cosas, eso tenlo por seguro.
Puse los ojos en blanco.
-Al grano.
-Te estaba diciendo que en el instituto Élite todos los alumnos deben especializarse en algún tipo de club -Jack reanudó la caminata y abrió un panfleto informativo por la mitad-. Hay todo tipo de clubs: natación, equitación, golf, ajedrez...
-¿Es obligatorio? -renegué. Dios, nunca me habían gustado las actividades extracurriculares. Si estaba allí no era para hacer amigos, sinó más bien por presión social. Quería que mi estancia en aquella academia fuera lo menos molesta que pudiera evitar.
-Para ti, que solo te quedaras tres meses, tienes que recoger por lo menos treinta puntos de actividad extracurricular. Si no los consigues, no te van a poder tramitar el expediente.
Suspiré, frustrada.
-Por lo menos, ¿hay algún tipo de club que sea para la gente normal? Dios mío, nunca he subido a un caballo ni he cogido un bate de golf. De hecho, lo considero un deporte elitista y aburrido. ¿Qué tiene de divertido coger un palo y meter la pelota en el hoyo?
Jack sonrió malvadamente.
-Puedo decirte que meter la pelota en el hoyo suena completamente tentador.
Me di cuenta del doble sentido que podían tener mis palabras y me puse colorada.
-¿Y natación? -Jack cambió de tema con una sonrisa traviesa. Si su intención era pillarme totalmente descolocada, bien, lo había conseguido. Y él lo sabía-. Seguro que te quedaría bien el bañador.
-Me quedé en el caballito naranja. Más que nadar, floto. Lo básico, ya sabes: crol y tirarse de bomba al agua. Ni siquiera sé meterme de cabeza.
Jack se acarició la barbilla, pensativo.
-Va a ser difícil encontrarte un club.
-¿Realmente encontrais placer en... -arranqué el panfleto de las manos de Jack-. hacer swing? Es una broma, ¿verdad? Dime que es una broma.
-Hay gente que le gusta el swing.
-Estoy rodeada de psicópatas. ¿A quién le gusta el swing en plena era 21?
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An Endless Summer Love | DISPONIBLE EN FÍSICO
RomanceCuando a Noah Vázquez, estudiante de último año de instituto, le comunican por carta que deberá pasar el verano en un instituto de Estados Unidos, nunca pensaba que su vida cambiaría por completo. La Academia Élite es un completo Infierno: llena de...